
¿A qué está jugando Feijóo?
La escasa relevancia política de su reunión del jueves en La Moncloa –esa media hora “sólo” que el PP ha denunciado– le debería indicar al líder del PP la importancia muy relativa que Sánchez da a sus tratos con la oposición en el diseño de su política internacional
El pretendido rearme de las fuerzas de defensa españolas no va a provocar grandes efectos políticos a corto ni probablemente tampoco a medio plazo. Todo sugiere que Pedro Sánchez va a optar por la prudencia en este terreno. En primer lugar, para evitar la ruptura de la coalición de gobierno que llevaría a adelantar las elecciones. Y, en segundo, para esquivar el pacto con el PP, que sería la única vía para aprobar un aumento significativo del gasto militar que, por otra parte, podría ser electoralmente desastroso. La pregunta es cómo queda Alberto Núñez Feijóo si también en este frente deja de contar para algo.
Superadas, cuando menos por ahora, las tensiones con Junts, a cambio de concesiones no particularmente gravosas, y gozando de una cierta sintonía, también provisional, con Esquerra, el mayor problema de Pedro Sánchez está a su izquierda. Sumar atraviesa una crisis que se agrava cada día que pasa, Yolanda Díaz ve cada vez más cuestionado su supuesto liderazgo a manos de Izquierda Unida y de Compromís, y Podemos ha emprendido un camino de ruptura sin paliativos con el Gobierno. Como colofón de todo ello, Sumar no deja de caer en los sondeos, sin que sus rivales en la izquierda mejoren sus posiciones. Si los resultados de hoy se repitieran en las futuras elecciones, la izquierda perdería irremisiblemente el gobierno.