
Mantén tus gafas como nuevas: qué debes hacer y qué evitar para que duren más tiempo
Un cuidado adecuado de las gafas, tanto si son para ver mejor como si son para protegernos del sol, no solo garantiza una mejor visión, sino que también alarga su vida útil. Mantenerlas limpias es solo una parte de su cuidado diario
Varices, no son solo un problema estético: por qué debes prestarles atención
Las gafas son, para muchas personas, una parte esencial de su vida diaria. En España, hasta 24,4 millones de personas mayores de 15 años usan gafas o lentillas, lo que supone el 61% de la población, según demuestran los datos de la Encuesta Europea de Salud Pública por el Instituto Nacional de Estadística (INE) del año 2020. Son objetos que están expuestos a un sinfín de adversidades y pueden ensuciarse muy rápidamente. Si somos de los que las necesitamos a diario, sabremos las molestias que puede ocasionarnos tenerlas sucias o en mal estado.
Un cuidado adecuado de las gafas, tanto si son para ver mejor como si son las que usamos para protegernos del sol, no solo garantiza una mejor visión, sino que también alarga su vida útil. Mantenerlas limpias es solo una parte de su cuidado diario.
Para quienes usan gafas es importante saber no solo cómo limpiarlas, sino también cómo no hacerlo y qué otras precauciones deben tomarse. Hacerlo de la manera correcta, además de ayudarnos a ver el mundo con más claridad, nos ahorrará la molestia (y el dinero) de cambiarlas cada dos por tres.
Limpieza de las gafas
Líquido de lavavajillas, un pañuelo de papel, el borde de nuestra camisa… resulta tentador recurrir a lo que tenemos más cerca cuando necesitamos limpiar las gafas rápidamente. Pero, ¿cuál es la mejor manera de hacerlo? ¿Qué es lo que debemos evitar? Encontrar la mejor manera de limpiarlas no solo nos ayudará a que duren más, sino que permitiremos que cumplan con la función para la que fueron creadas: mantener nuestra visión nítida.
Aunque para muchos es una práctica habitual, usar un extremo de nuestra camiseta o la punta de nuestra manga del jersey para limpiar las gafas, pese a que pueda parecer un acto inofensivo, a largo plazo hace más daño que bien porque, si bien los materiales parecen suaves, las diminutas fibras de la tela pueden causar daños microscópicos que estropean las lentes con el tiempo. Tampoco es higiénico ni recomendable usar la saliva para humedecer las lentes y, además, no logra limpiar las gafas.
Tampoco los limpiadores de cristales de uso doméstico nos servirán, ya que la mayoría contienen ingredientes que pueden dañar las lentes y la montura. También deberíamos evitar usar servilletas o pañuelos de papel porque, además de que también pueden rayar las gafas, pueden dejarlas llenas de pelusa.
Para limpiarlas bien debemos empezar por nuestras manos, puesto que si están limpias de polvo y suciedades evitaremos rayar las lentes y garantiza que no haya bacterias ni virus que puedan transferirse a las gafas y a los ojos.
Como indica el Consejo General de Ópticos-Optometristas (CGCOO), limpiar las gafas debe convertirse en un ritual diario y la mejor manera de hacerlo es usar la gamuza seca y suave que nos ha proporcionado nuestro óptico-optometrista. Es poco probable que se rayen las lentes actuales, ya que se fabrican con tratamientos de endurecido y antirrayado. Solo en el caso de que la montura sea de material plástico, y cuando no lo desaconseje el experto, es posible lavarlas con agua tibia y jabón neutro, no sin después aclararlas bien y sacarlas con un paño fino.
Aquí debemos tener en cuenta que las fibras que se desprenden de muchos de los materiales durante el proceso de secado pueden anular el trabajo de limpieza, igual que si usamos un paño sucio para secarlas, aunque sea de microfibra.
Debemos tener especial cuidado con las gafas que tienen una montura metálica, ya que si usamos sustancias abrasivas podríamos dañar la superficie. En este caso, los expertos aconsejan limpiarlas con un paño de algodón o suave.
Manipulación de las gafas
Un gesto tan simple como aparentemente inocente es cuando nos quitamos las gafas, que hacemos muchas veces con una sola mano. Sin embargo, hacerlo así aumenta el riesgo de que las varillas se deformen. Lo más recomendable es quitarnos las gafas con las dos manos —es mejor para las bisagras y las patillas y, además, evita que nuestros dedos manchen los cristales— y dejarlas apoyadas de manera que las lentes no toquen ninguna superficie para que no se rayen.
Otra práctica común, pero también desaconsejada es usar nuestras gafas como si fueran una diadema. Aunque pueda parecer práctico y cómodo hacerlo, dejar nuestras gafas en la cabeza, además de acumular suciedad de forma más rápido, puede afectar a su alineación y la forma en la que se ubican frente a nuestros ojos, pueden aflojarse y dañarse.
La forma correcta de almacenar las gafas
Guardar las gafas de la forma correcta ayuda a mantenerlas libres de polvo y garantiza que no se golpeen ni se rayen mientras no las usamos. Por tanto, nuestras gafas merecen un buen lugar de almacenaje, que son los estuches rígidos, diseñados específicamente para proteger las gafas de los factores externos que podrían romperlas o dañarlas: las colocaremos en el estuche con los cristales hacia arriba. Las fundas blandas, en cambio, no cumplen con la misma función que las rígidas, aunque sí protegen las gafas de arañazos y polvo.
Por supuesto, deberemos asegurarnos de que el estuche donde las guardamos también está limpio.
Si no tenemos un estuche rígido a mano, debemos asegurarnos de colocarlas en un lugar seguro, con las lentes hacia arriba y mejor con las dos patillas abiertas, lejos de cualquier fuente de calor o dentro del coche a pleno sol —algo especialmente recomendable para las gafas con monturas de plástico, ya que el calor dilata el material y lo deforma.
También debemos evitar guardar las gafas en lugares donde puedan entrar en contacto con productos químicos, como el baño. Los productos como un perfume, un protector solar, laca para el pelo o cualquier otro producto químico en aerosol, si se adhieren a las lentes, pueden ser peligrosos si después nos ponemos las gafas.