Almeida se lanza a privatizar centros culturales después del fracaso de un modelo similar en los polideportivos

Almeida se lanza a privatizar centros culturales después del fracaso de un modelo similar en los polideportivos

El Ayuntamiento de la capital publica la licitación para externalizar la gestión del nuevo centro cultural del barrio de Butarque, una fórmula sin apenas precedentes en este tipo de recintos municipales. Más Madrid critica que al alcalde «le da igual hacer negocio a costa de lo que necesitan los barrios»

Polémica vecinal en Villaverde: el concejal de distrito propone dedicar un edificio cultural a una militante del PP fallecida

Nueva apuesta del Ayuntamiento de Madrid por la gestión y explotación privada de los equipamientos públicos. Después de aplicar con varios fracasos un modelo con esas características en los centros deportivos municipales, donde seis concursos de licitación quedaron desiertos, ahora el Gobierno de José Luis Martínez-Almeida traslada la fórmula al nuevo centro cultural del barrio de Butarque con una oferta destinada a empresas privadas. Situado en el número 1 de la calle Calcio, en el distrito de Villaverde, el espacio comparte recinto con una biblioteca que, en principio, sí conservará la titularidad municipal.

Según la licitación del contrato a la que ha tenido acceso este periódico y que data del pasado 25 de enero, la entidad beneficiaria disfrutará de “la gestión del centro mediante la organización, desarrollo y evaluación de una amplia y variada programación que incluirá talleres, cursos, eventos, festivales, torneos, concursos, etcétera”.

El documento refleja que el adjudicatario “deberá ofrecer una variada propuesta cultural (teatro, títeres, cine, conciertos, musicales, danza, etc.) dirigida a todos los públicos y grupos de edad” y “asumirá la labor de coordinación de todas las propuestas de actividad que se promuevan desde la biblioteca o desde entidades, asociaciones o vecinos que soliciten el uso de los espacios”. El pliego recoge además la posibilidad de incorporar un proyecto de explotación que se rija a través de tarifas abonadas por los futuros usuarios. La compañía adjudicataria recibirá 1,4 millones de euros de remuneración por parte de la administración.

La polémica afecta además a una instalación municipal envuelta ya en un intenso debate previo, a cuenta de su propio nombre. Diversas entidades vecinales Villaverde tacharon de “partidista” la propuesta de nombrar la dotación como Marta Escudero Díaz-Tejeiro, la que fuera secretaria general del Partido Popular del distrito y diputada regional, que falleció en 2022. Estas organizaciones recuerdan que el tejido del barrio apostó por el nombre de Biblioteca de los Mil Soles.

Un desarrollo cultural troceado

Otro aspecto criticado es la insistencia del equipo de Almeida en el diseño de recintos culturales troceados, es decir, que aglutinan distintas dotaciones (centro cultural, biblioteca, zonas comunes, auditorio…) en un mismo desarrollo. En el caso de Villaverde, solo un 25% de la construcción albergará la biblioteca (642 metros cuadrados), por el 38% del centro cultural (960 metros cuadrados) y el 37% de otras zonas comunes (951 metros cuadrados).

Este enfoque permite al Ayuntamiento, y a las futuras adjudicatarias, implantar distintos equipamientos en una misma parcela de suelo público. La paradoja está en que esta apuesta se está comenzando a ejecutar en nuevos desarrollos urbanos, donde los suelos con utilización y edificación vacante son más abundantes que en otras áreas de la ciudad y los residentes esperan la llegada de servicios municipales todavía precarios.

Eduardo Fernández Rubiño, portavoz de Más Madrid en la Comisión municipal de Cultura, argumenta en declaraciones a Somos Madrid que “la estrategia de Almeida desde su llegada a la alcaldía ha sido privatizar todo lo privatizable, independientemente de si esto va en contra de las necesidades y demandas de las vecinas y vecinos”. Cree que “al Gobierno de la ciudad le da exactamente igual hacer negocio a costa de lo que necesitan los barrios”.

Desde la Asociación Vecinal Independiente de Butarque (AVIB) se muestran más cautos en conversación con este periódico: “No vemos nada diferente a como se gestionan el resto de centros culturales y a lo que se lleva a cabo en Madrid desde hace décadas. Es lo que hacen en todos, privatizan la actividad. En estos sitios realmente el funcionariado está limitado a la directora o director, es muy habitual que el resto el personal suela pertenecer a una empresa que se encarga de la actividad”. Apostillan, no obstante, que el modelo les genera importantes dudas: “Que no lo veamos como una novedad no quiere decir que nos parezca bien”.

Rubiño, en cambio, observa en esta nueva política un golpe de timón con un claro precedente: “Igual que ha intentado hacer con los centros deportivos de nueva construcción, ahora Almeida ha decidido privatizar la gestión de los nuevos centros culturales. Esto supone una estafa en toda regla a los residentes de barrios como Butarque, Montecarmelo, Las Tablas o el Ensanche de Vallecas, que tienen un gran déficit de dotaciones públicas”. El edil recuerda que el regidor “retrasó la construcción de las bibliotecas que dejamos proyectadas durante nuestro Gobierno para luego reducir las dimensiones en un 80%, destinar esa superficie a centros culturales y, de esta forma, hacerlas rentables”. Atisba como prioridad del Ejecutivo municipal del PP “que las empresas privadas hagan caja”.

Almeida retrasó la construcción de las bibliotecas que dejamos proyectadas durante nuestro Gobierno para luego reducir las dimensiones en un 80%, destinar esa superficie a centros culturales y, de esta forma, hacerlas rentables

Eduardo Fernández Rubiño
Portavoz de Más Madrid en la Comisión municipal de Cultura

En el área de Cultura del Ejecutivo municipal, que dirige la concejala Marta Rivera de la Cruz, aclaran a este medio que la biblioteca funcionará con un sistema netamente público y recalcan que el centro cultural es competencia de la Junta del Distrito de Villaverde. Fuentes cercanas a dicho organismo exponen que “el Ayuntamiento considera la colaboración público-privada beneficiosa para la gestión de equipamientos y, en consecuencia, para los vecinos”. Sobre la convivencia de biblioteca y centro cultural, desde Cultura defienden que este modelo “permite unir sinergias y enriquecer la actividad de ambos centros; viene funcionando así, de manera exitosa y desde hace bastantes años, en 14 bibliotecas”.

A día de hoy, en cambio, solo un único centro cultural de la capital cuenta con una gestión externalizada. Se trata del Centro Cultural Sanchinarro, que gestiona desde 2011 (por entonces era alcalde Alberto Ruiz-Gallardón) la empresa Tritoma S.L. Dicha entidad privada es responsable directa, aunque sea en coordinación con el Ayuntamiento, de la programación y las actividades de este recinto ubicado en el distrito de Hortaleza.

“No se trata de que los vecinos estén reclamando una biblioteca antes que un centro cultural o un auditorio o un polideportivo, es que hablamos de barrios que necesitan todos estos equipamientos, porque las casas llegaron antes que los servicios públicos, esta es la política del PP”, denuncia por su parte Rubiño. “Lo que exigimos es que se ponga fin a ese 3×1 de contenedores mixtos y que todas las parcelas públicas vacantes en los nuevos desarrollos se destinen a la construcción de las dotaciones prometidas y demandadas por los vecinos. No es de recibo que Almeida aproveche la privatización de los nuevos equipamientos para ahorrarse la construcción de los servicios públicos que necesitan los barrios”, sentencia.

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