
Aumentan al 33% los ciudadanos que se sienten discriminados por su origen racial o étnico en España
El informe “Percepción de la discriminación por origen racial o étnico por parte de sus potenciales víctimas en 2024” ha sido presentado este miércoles durante la V Semana Antirracista que se celebra en Madrid hasta el próximo 21 de marzo
Las denuncias por delitos de odio crecieron un 21,3% en 2023 con el racismo y la xenofobia como principales amenazas
Los resultados del nuevo estudio realizado por el Ministerio de Igualdad de España han reflejado un aumento de las personas que se sienten discriminadas por su origen racial o étnico, del 31% en el año 2020 al 33% en 2024. La directora general de Igualdad de Trato y No Discriminación, Beatriz Carrillo, ha señalado en la presentación del informe que “el racismo, la discriminación y la xenofobia no son hechos aislados, sino que tienen raíces históricas y estructurales”. También ha alertado del auge de discursos políticos que promueven la supremacía racial y la xenofobia: “Se está produciendo un incremento de los discursos de odio racial, con lo cual esto hace que se manifiesten de manera más abierta estas formas de discriminación”.
El estudio detalla que las personas que dicen sufrir discriminación por su color de piel o rasgos físicos han aumentado al 61%, mientras que disminuyen quienes dicen padecerlo por sus costumbres o prácticas culturales (36%). Además, se han incrementado las experiencias de discriminación por el sexo, la identidad de género y/o la orientación sexual.
El momento de acceder a una vivienda sigue siendo cuando más personas declaran sentirse discriminadas (27,5%), seguido del acceso a los lugares públicos (22%), donde la población afrodescendiente, la negra africana y la gitana son quienes más denuncian haber vivido situaciones de discriminación y afirman haber sufrido vigilancia y seguimiento una vez logran estar en esos lugares. También en el trato policial (20%). Además, se han identificado situaciones de segregación escolar y acoso en el ámbito educativo, a los que se suman los obstáculos administrativos con los que se encuentran como la dificultad para empadronarse, y todo ello restringe el acceso a múltiples derechos y servicios básicos.
Según el informe, los hombres sufren más situaciones discriminatorias en lugares públicos, con un 12,5% que señaló que no les han dejado entrar en discotecas, bares o restaurantes; un 24,2% asegura haber percibido malas miradas en tiendas o centros comerciales y un 15,9% dice haber sido insultado por la calle. Mientras, las mujeres identifican estas situaciones en espacios privados como la vivienda y en espacios educativos o sanitarios. Un 24,15% de las mujeres encuestadas indica haber sufrido alguna situación de violencia sexual por motivos raciales o étnicos, en especial las mujeres blancas latinoamericanas.
Uno de los datos más alarmantes del informe es el impacto de la discriminación en la salud mental de las víctimas. “El 47% de quienes sufren racismo reportan consecuencias psicológicas como depresión, ansiedad y estrés”, según Carrillo. La encuesta refleja la infradenuncia de las víctimas de discriminación: solo el 22,4% de las personas afectadas decide interponer una denuncia. “Mucha gente no denuncia porque cree que no servirá para nada o porque simplemente no sabe cómo hacerlo”, ha lamentado la directora.
Un 52% de los encuestados afirma haber vivido en los doce meses anteriores al menos una situación que podría calificarse como delito de odio. Los grupos proporcionalmente más afectados son las personas negras africanas (17%) y árabes y norteafricanas no árabes (13%). Durante el conversatorio posterior a la presentación, diversos activistas y representantes de colectivos racializados compartieron testimonios sobre las barreras y abusos a los que se enfrentan en su día a día. Entre ellos, estaban Francine Gálvez, Xirou Xiao, Fernando Macías-Aranda, Sara Belbeida y Rosalía Polo. Xirou Xiao, de la diáspora china en España, relató cómo muchas familias de su comunidad sufren violencia y discriminación en sus negocios. “A mi madre le echaron cerveza en la cabeza durante un robo. ¿Cómo canalizamos esa rabia?”, preguntó.
El estudio plantea una serie de propuestas para mejorar la situación, entre ellas, reforzar la protección a las víctimas, implementar medidas preventivas desde el ámbito educativo y fomentar la representación de personas racializadas en instituciones y medios de comunicación. “El racismo corroe las entrañas de nuestra sociedad y erosiona nuestra convivencia. Es urgente combatirlo con acciones concretas y no solo con discursos”, ha sentenciado Carrillo en el cierre del evento.