
La placa a un vallecano asesinado por Falange que quiere ser colocada 89 años después de su aprobación
Las Fundación Manuel Fernández “Lito” custodia la placa en bronce de una calle que el Ayuntamiento de Vallecas aprobó dedicar a Antonio Eulogio Menéndez García, asesinado por pistoleros de Falange en 1936. No piden que se cambie el nombre actual de la vía, llamada paseo de Federico García Lorca, pero sí que la placa ocupe un lugar en el espacio público vallecano para poner en valor un suceso que en su momento llevó a miles de obreros al entierro de la víctima
Una excavación para desenterrar la memoria del Madrid arrasado por la Guerra Civil que retrató Robert Capa
El 20 de enero de 1936 un grupo de militantes de Falange Española entraron en El Gran bar, un establecimiento vallecano, para repartir propaganda fascista. El entonces municipio independiente de Vallecas era, como ahora el distrito, un importante foco obrero del extrarradio madrileño, y los camisas azules se toparon con la oposición de los clientes del bar. Se produjo entonces un altercado que acabó con los falangistas disparando y un joven, que estaba tomando algo, muerto.
Dos días después, el joven Antonio Eulogio Menéndez García, que era militante de UGT y de las Juventudes Socialistas de Vallecas, fue enterrado en el cementerio del pueblo. Muchos obreros de todo Madrid asistieron al sepelio y las estampas de duelo fueron inmortalizadas por el fotógrafo Alfonso para el diario La Libertad.
Según la crónica del periódico, diversas sociedades obreras depositaron junto a la tumba una treintena de coronas. “A las tres y media de la tarde fue sacado el cadáver y llevado por cuatro jóvenes socialistas hasta la fosa. A estos les acompañaban cuatro muchachas jóvenes que vestían de rojo. A continuación, marchaban los familiares del muerto y, por último, unos tres mil obreros con el puño en alto”, detallaba la crónica.
Esta es la primera parte de la historia, bastante desconocida hoy, del asesinato de Antonio Menéndez. La segunda, convertida también en esfuerzo por la recuperación de su memoria, tendría lugar muchos años después. Y comenzó con una casualidad afortunada de esas que, como la inspiración, han de encontrarte trabajando.
José María Uría Fernández, director del Centro Documental de la Fundación Anastasio de Gracia, documentó las fotos de la exposición Vallecas en la mirada de Alfonso, que tuvo lugar en 2007. Entre otras, se fijó en las imágenes del entierro de Menéndez, que solo contaban con una descripción escueta: “fotografías de un obrero asesinado en Puente de Vallecas”.
Desde la Fundación Anastasio de Gracia, hoy rebautizada como Fundación Manuel Fernández “Lito”, comenzaron a recuperar la biografía de la imagen. “Me pareció una historia desconocida que relata bien la violencia que surge en el ámbito falangista mucho tiempo antes de que estalle la guerra”, explica Uría.
Retrato del joven Antonio Eulogio Menéndez García
El tercer capítulo de la historia tendría lugar en 2018. Apareció entonces en la fundación Manuel León Rodríguez: quería donar una placa de bronce dedicada a Antonio Menéndez que obraba en su poder. En ese momento pensaba que pertenecía a una calle de la ciudad de Salamanca, pero el documentalista, familiarizado con la historia de la población, en seguida se dio cuenta de que llevaba el escudo de Vallecas.
La placa había hecho un curioso viaje hasta llegar a las manos de Manuel León. Fue llevada al negocio familiar de metales en la calle Cabestreros, de El Rastro, al final de la guerra como pago de un trabajo. Su tío se le pasó a él en los años setenta, cuando León había entrado en la universidad y empezaba a militar en el Partido Socialista Popular (el grupo liderado por Enrique Tierno Galván, luego integrado en el PSOE).
“Es una placa de carácter monumental, en su realización se observa el cuidado con el que se ha llevado a cabo su fundición en bronce. Pesa quince kilos y tiene unas medidas de 62 centímetros por 41 de alto. Queda por responder la pregunta de quién fue el artista”, detallan desde la fundación.
Libro de actas del Ayuntamiento de Vallecas donde figura la decisión
Buceando en los legajos del Archivo de Villa, se documentó la decisión del Ayuntamiento de Vallecas de poner el nombre del joven a la calle Juan de Dios Raboso, en la que se había producido su asesinato. Se aprobó el 21 de febrero, cuando acababa de acceder a la alcaldía el socialista Amós Acero, y fue la primera decisión de aquel consistorio. “Esto revela la importancia que tuvieron el hecho y el personaje”, explica Uría.
La calle elegida en su momento es el actual paseo Federico García Lorca. La fundación no propone que la calle cambie de nombre, pero sí hacer respetar aquella decisión democrática de 1936 colocando una réplica de la placa en un lugar destacado, quizá la fachada de la Junta de Distrito de Villla de Vallecas (al monumento original habrá que buscarle una ubicación también). “Y que se recuerde la historia, lo fundamental es que se contextualice”, señalan.
Desde la fundación Lito se han puesto también en contacto con la Fundación Pablo Iglesias y el grupo municipal socialista para colaborar en la iniciativa. Jorge Donaire Huertas, concejal y portavoz de la Comisión de Cultura, Turismo y Deporte, explica que el grupo llevará el mes de abril iniciativas a los plenos de los distritos de Puente y de Villa de Vallecas para poner en valor la figura de Antonio Menéndez. “Coincidimos con la Fundación Manuel Fernández ”Lito“ en la necesidad de colocar la placa, que ellos llevan tiempo salvaguardando, para que pase a formar parte de nuestro espacio urbano, tal y como se recogía en el acuerdo de pleno de enero de 1936”, explica.
Siguiendo la labor de reconstrucción del caso, se encontró la tumba en el cementerio de Villa de Vallecas. En la lápida figura que el joven asesinado comparte sepultura con el aviador republicano Matías Yglesias Romo, pero parecer ser que el cuerpo de este último pasó a una fosa común en un momento indeterminado. La investigación los llevó, incluso, a adentrarse en la genealogía familiar de Menéndez. Era hermano e hijo de dos de las mujeres que luego serían fusiladas en las tapias del cementerio de La Almudena. “No hemos podido encontrar por el momento rastro de ningún descendiente por parte de sus hermanos para poder sumarles al reconocimiento que pretendemos hacerle como nos gustaría”, explica el investigador.
Hace 89 años que el Ayuntamiento vallecano decidió nombrar una calle en honor de un vecino víctima del fascismo. El alcalde que presidía entonces la corporación fue fusilado en las tapias del cementerio de La Almudena después de la guerra. Hoy, un colegio público lleva su nombre y una estatua lo recuerda en el parque Amós Acero. Pero son muchas las historias que quedaron en el olvido después de cuarenta años de franquismo y hay un lugar en el espacio público vallecano esperando ser ocupado por la memoria de Antonio Eulogio Menéndez García, a cuyo entierro acudieron miles de obreros.
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