
El museo Tate devuelve un cuadro expoliado por los nazis a los descendientes de su legítimo dueño
El museo londinense ha comunicado la devolución de la obra ‘Eneas y su familia huyendo de Troya en llamas’, pintada en 1654 por Henry Gibbs, a los descencientes del coleccionista de arte judío en Bélgica Samuel Hartveld, que tuvo que huir precipitadamente del país ante la llegada de los nazis
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El gobierno británico informó el pasado sábado de que el cuadro Eneas y su familia huyendo de Troya en llamas, pintado en el siglo XVII por el maestro Henry Gibbs y que ha pertenecido hasta la fecha a la colección del museo Tate Britain de Londres, será devuelto a los herederos de su legítimo propietario, el comerciante judío belga Samuel Hartveld, que lo perdió tras el expolio nazi de sus bienes, según informa la BBC.
La obra fue adquirida por el museo londinense en 1994 a la galería Jan de Maere de Bruselas, pero no se expone actualmente debido a la existencia en los últimos meses de una investigación sobre su origen por parte del Comité Asesor de Expoliación, un organismo independiente británico creado en el año 2000 para revisar las denuncias de robos nazis de arte. La misma se inicio a raíz de las reclamaciones de los herederos de Hartveld.
Tras comprobar que en efecto Eneas y su familia huyendo de Troya en llamas perteneció al comerciante de Amberes y que los nazis se apropiaron del lienzo al tomar la ciudad, y tras tener que salir Hartveld precipitadamente de Bélgica, el citado comité recomendó su devolución. Asegura el informe emitido que “la propiedad, la biblioteca y las pinturas de la pinacoteca fueron saqueadas en un acto de persecución racial”. El mismo considera como “obvios” los argumentos legales y morales para restituir la pintura a los bisnietos de Hartveld.
El fallo fue expuesto al ministro de Artes británico, Chris Bryant, que elogió la comisión por su empeño en “ayudar a reunir a las familias con sus posesiones más preciadas”. Seguidamente calificó la decision de devolver el cuadro de “correcta”. En este sentido, la ley británica permite la devolución de obras expoliadas por los nazis que sean propiedad de museos públicos británicos si así lo autoriza el ministro de Artes del gobierno vigente. No ocurre lo mismo con el arte reclamado por otros países con motivo del expolio colonial británico en tiempos del imperio.
El Pissarro del Thyssen, más cerca de su devolución
Un caso similar, pero sobre el que todavía no se ha tomado una decisión en firme, es el de la pintura Rue Saint-Honoré por la tarde. Efecto de lluvia, del pintor impresionista francés Camille Pissarro. Esta obra, actualmente propiedad del Estado Español a través de la colección del Museo Thyssen de Madrid, perteneció a la familia judía de industriales y mecenas alemanes Cassirer hasta la llegada al poder de los nazis.
En 1939, Lilly Cassirer, antes de escapar del país, se vio obligada a “vender” la obra a los jerarcas nazis a cambio de un pasaporte para poder salir de Alemania. La pintura acabó en manos del barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza en 1976, que lo compró en una galería de Nueva York y, en 1993, lo vendió a la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza, propiedad del Estado.
El nieto de la mujer, el fotógrafo Claude Cassirer, descubrió expuesto el cuadro en el Museo Thyssen en Madrid en 1999. Pidió la devolución, pero le fue denegada y en 2005 inició una batalla legal en California. Tras varias instancias, en 2022 el Tribunal Supremo de EEUU dictó una resolución por la que dio marcha atrás, al resolver que a la obra se le debería haber aplicado la norma de conflicto de leyes de California.
Esta institución ordenó a los tribunales inferiores reabrir el caso para determinar qué derecho se debía aplicar: el derecho español, como se había hecho hasta el momento –y por el que la obra es propiedad del Thyssen–, o el de California, que, en caso de aplicarse, reconocería a los Cassirer como propietarios.
Hace unas semanas, el fallo dictado por un tribunal de apelación estadounidense, que confirmaba que un cuadro de Camille Pissarro robado por los nazis en Alemania en 1939 pertenece al Museo Thyssen-Bornemisza, ha sido anulado por el Tribunal Supremo de Estados Unidos. Este movimiento supone que el caso retorne al Tribunal de Apelaciones de California para que se tome una nueva decisión a la luz de la ley californiana. Según la misma, no se puede aplicar el derecho de un país extranjero para determinar quién es el legítimo propietario de una obra de arte.