La asfixia económica de la universidad madrileña estalla y tumba a una rectora: «Vamos al desgobierno»

La asfixia económica de la universidad madrileña estalla y tumba a una rectora: «Vamos al desgobierno»

El ambiente causado por la infrafinanciación de la Comunidad de Madrid de Isabel Díaz Ayuso acaba en que una candidata única ‘pierda’ las elecciones de la UAM contra el voto en blanco, mientras se suceden protestas y encierros contra la precariedad

José Vicente Saz, rector: “En Madrid hay decenas de centros que imparten títulos universitarios, es un buen negocio”

La universidad madrileña se agita mientras vive su periodo más incierto de las últimas décadas. Con los seis centros públicos ahogados económicamente por la Comunidad de Madrid y cuando se están jugando su futuro en la negociación de los presupuestos, la comunidad universitaria se revuelve. A las acciones de protesta que se han realizado en los últimos meses en la Universidad Complutense, que pasa los días de recorte en recorte, se une ahora una situación inédita en la Autónoma de Madrid (UAM): la actual rectora, Amaya Mendikoetxea, perdió este martes las elecciones pese a que era la única candidata.

La catedrática recibió más papeletas en blanco que a favor (44,6% de apoyo una vez ponderados los votos), lo que según la normativa aboca a la repetición de los comicios. Será dentro de tres meses, ha anunciado el centro, pero con la duda de quién se va a presentar, si es que lo hace alguien. Fuentes de la universidad muestran su preocupación por esta situación, que además no prevé la ley. Si no se presentase nadie a la repetición electoral, la Comunidad de Madrid podría verse abocada a intervenir el rectorado.

Nadie quiso retar a Mendikoetxea para mandar en la UAM en un periodo de vacas flacas y la rectora habla de “un nuevo equipo rectoral” en una carta abierta publicada este miércoles. No se va a presentar otra vez. Las mismas fuentes lamentan que este bloqueo solo da alas a la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, en su cruzada contra los centros públicos. Una de las universidades más beligerantes de la región, en un contexto en el que los rectores optaron por un perfil bajo pese a la ruina que manejan, queda descabezada en plena negociación con el Gobierno regional.

“Malestar atroz”

Fuentes conocedoras de la situación de las universidades madrileñas advierten del momento que viven los centros: “Vamos a una desgobierno en las universidades. Hay un malestar atroz, pero nadie da la cara, ese sentimiento no es capaz de vertebrarse a través de expresiones organizadas de participación política e institucional, y a la vez se está gestando un movimiento por debajo importante”, explican, con mención especial a la “radicalización en posiciones antisistema y de extrema derecha en muchos casos” de algunas asociaciones de estudiantes.

Lo que ha sucedido en la UAM casi tiene un episodio previo en las elecciones de la Universidad Rey Juan Carlos que se celebraron hace unos días y van a segunda ronda. “El candidato del rector, Fernando García Muiña, que se suponía iba a barrer, empató con un outsider que montó su candidatura en un mes sin el apoyo de partidos ni nadie. Le empató y todo apunta que va a ganar las elecciones”, explican fuentes universitarias. Es una cuenta especulativa, pero el voto en blanco y el del candidato alternativo, Abrahán Duarte, suman más (50,89%) que el oficialista (49,11%). Esta fuente augura que García Muiña podría haber sido Mendikoetxea antes de Mendikoetxea si no hubiera aparecido una alternativa a última hora.


Mendikoetxea, con los rectores de las universidades públicas en el pasado abril.

Varios rectores viven en el filo: el de la Complutense, Joaquín Goyache, está fuertemente cuestionado en su institución, víctima de los recortes de Ayuso, que se ve obligado a traspasar a sus facultades, y de sus propias decisiones; la de la UAM no ha recibido el apoyo necesario para renovar incluso con la nada como alternativa; en la Rey Juan Carlos el oficialismo se tambalea; la Politécnica acaba de cambiar mandatario. Solo la Carlos III y la de Alcalá viven en una relativa calma, aunque comparten el ahogo del resto.

En estas circunstancias están negociando los rectorados el modelo de financiación futuro con la Comunidad de Madrid. Además de estar infrafinanciados –según llevan denunciando varios meses los rectores respaldados por una estadística que dice que Madrid es la región de la España que peor financia a sus universidades–, los campus de la región son de los pocos que no tienen un plan multianual que les permita conocer sus ingresos a medio plazo y planificar su actividad acorde a ello. Y el Gobierno regional quiere limitar por ley su aportación a los presupuestos al 70%, una cifra inasumible para los rectores, según explicó José Vicente Saz, presidente de turno de la Conferencia de Rectores de Universidades Madrileñas (Cruma), a este diario.

Mendikoetxea advierte en su carta abierta de “la necesidad” de lograr tras las elecciones “una UAM fortalecida, con legitimidad y capacidad de negociación en los procesos abiertos”. “Es mucho lo que hay en juego”, concluye la todavía rectora.

Protagonismo estudiantil

Como consecuencia de la situación de las universidades y la actitud poco beligerante (al menos públicamente) de los mandatarios, el estudiantado se está posicionando como un actor relevante en la crisis que viven los campus. En la Complutense están llevando buena parte del peso del movimiento de protesta contra los recortes, encierros incluidos, y en la UAM son el colectivo que menos apoyo ha dado a la rectora. A ellos se ha unido este miércoles un cententar de estudiantes de la Carlos III, que protestaron por la futura ley de universidades que esboza el Gobierno regional, según contó la Cadena Ser.

El análisis de los resultados de las elecciones en la universidad muestra que solo los profesores titulares y catedráticos (el PDI) han respaldado a Mendikoetxea, con un 59,3% de apoyo. Los estudiantes (19% a favor), el PAS (personal de administración y servicios, un 31% de síes) y los investigadores predoctorales (25%) son los colectivos que han tumbado a la todavía mandataria. La ponderación de los votos (cada colectivo tiene un peso diferente) dejó un apoyo inferior al 50%, pese a que el grupo que más poder tiene, el PDI, respaldó a Mendikoetxea.

“¡Alternativa Estudiantil pone fin al mandato progresista de la actual rectora! Gracias al histórico aumento de la participación electoral del estudiantado de la UAM, movilizados por Alternativa en su campaña de voto en blanco, las elecciones a Rectorado se repetirán”, ha expresado una de las asociaciones en X. Además de las diferencias ideológicas (la acusaban de “progresista”), este colectivo, que con sus llamadas al patriotismo podría encajar en la advertencia de la deriva extremista de algunas asociaciones, esgrimía también razones materiales como argumentos para el rechazo: “La situación económica ha empeorado y las instalaciones siguen degradándose”.

No estaban solos. El descontento con Mendikoetxea era transversal en la universidad, cuentan fuentes conocedoras del centro, y varios sectores habían hecho campaña por el voto en blanco a modo de protesta contra la rectora aunque no hubiera alternativa. Lo han hecho, además, por todos sus compañeros, dado que con la nueva ley los mandatos duran seis años en vez de cuatro, lo que quiere decir que habrá generaciones enteras que pasen por las universidades sin elegir rector o rectora porque los grados tienen cuatro cursos.