
Los viajes excéntricos
Noboa en sus dos años escasos de mandato ha destacado por las acusaciones de violación permanente de los derechos humanos y por el mantenimiento de los estados de excepción como norma. ¿Sabrá esto la Ayuso que le reprochaba a Sánchez los estados de alarma?
A partir de ahora no viajaré más que en sueños
Les voyages excentriques son una serie de aventuras publicadas por Paul d’Ivoi entre 1894 y 1914 a la estela y en competencia con Les voyages extraordinaires de Jules Verne. Espléndidos relatos a la par que excéntricos. Soltándose de la ciencia, que era el leiv motiv de Verne, d’Ivoi fantasea con una decimonónica ciencia ficción realmente extravagante. Los disfruté mucho cuando mi padre me regaló doce de los veintiún tomos de d’Ivoi, allá en mi juventud, con su encuadernación en tela roja y sus grabados de portada en oro y color obra de Blombed, en la estela de las ediciones del propio Verne. Nunca he podido conseguir el resto. Cierto que en una librería especializada exclusivamente en la obra original de Verne y d’Ivoi de Saint-Germain-des-Prés encontré varios de ellos en buen estado y prohibitivo precio. Hubo una edición réplica exacta de la original del librero suizo Slatkine que tampoco es ni accesible ni barata. Me encantaría completar la colección, pasé muy buenos ratos leyéndola. No sé cómo llegó mi progenitor a hacerse con tal regalo en Logroño pero o bien fue excesivamente generoso o bien el librero que se los vendió no sabía lo que tenía o no tenía expectativas de venderlo estando en francés.
Todo esto me ha venido a la mente ante la acumulación abundante de viajes al exterior de los próceres políticos. Me ha llamado mucho la atención la excentricidad de Ayuso de irse a Ecuador a apoyar el cierre de campaña de Noboa. Estrafalario ha sido un rato. No se entiende qué pinche interés le iba en ese viaje mientras que sí se comprendía el interés de Noboa que va a necesitar rascar hasta el último voto del último inmigrante para llegar a gobernar y si algo hay en Madrid son ecuatorianos. Pero, ¿y Ayuso, qué saca de ir a mitinear con un tipo cuyo respeto de los derechos humanos, sus métodos y sus oscuras miserias no riman para nada con una democracia liberal? Quiero poner en valor la contradicción que supone poner verde a Sánchez por poner flores en la tumba de Ho Chi Minh (cuyo nombre real era Nguyen Sinh Cung, saberlo me sumó un punto en un examen) e irte tú a comer ceviche con un tipo que necesita que la policía y decenas de militares le escolten durante la comida y, además, que se la prueben para asegurarse de no ser envenenado. Un riesgo que Ayuso corrió con una sonrisa, ¿a cambio de qué? No termina de entenderse.
Noboa en sus dos años escasos de mandato ha destacado por las acusaciones de violación permanente de los derechos humanos y por el mantenimiento de los estados de excepción como norma. ¿Sabrá esto la Ayuso que le reprochaba a Sánchez los estados de alarma? Amnistía Internacional ha reportado miles de detenciones sin garantías ni procedimiento, en concreto y dentro del Plan Fénix, 34.945 en seis meses el año pasado. Junto a eso se reportan torturas, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzosas. Por fuerza tiene que parecer excéntrico que la diosa de la libertad madrileña se suba a una tarima con este tipo a gritar: “Decimos no a las dictaduras, a la opresión y al socialismo bolivariano”. No es fácil saber si todo esto le parece justificable contra el socialismo bolivariano o, simplemente, lo desconoce. Desconocer no exime excepto si eres consejera de Mazón, como se sabe.
Así que sí, hasta d’Ivoi que iba sembrando pequeños cristales que congelaban instantáneamente lo que tocaban o que hacía a sus héroes emprender una loca vuelta al mundo que en el fondo busca desenmascarar al malvado millonario que ha robado el radium para convertir piedras en joyas, hasta él hubiera encontrado excéntrico irse sin necesidad a apoyar a semejante elemento. Un tipo que en un país enano ha registrado más asesinatos en las prisiones en un año que en toda España en el mismo periodo. Y no me digan que la lideresa se ha ido a silbar mientras interrogan porque podría haber elegido mil sitios donde sorber y soplar mucho menos conflictivos para la libertad y los derechos humanos.
Que lo de Sánchez también tiene su miga, justo en este momento, aunque sepamos que está organizado desde hace meses y que, por tanto, probablemente hubiera sido más dañino dejar plantado al líder de la gran potencia en liza por ser la primera del mundo. Delicado era y entiendo que así lo ha visto también la propia Unión Europea, que ha optado por la cautela y por secundar el viaje. Ahora bien, una cosa es reforzar las relaciones comerciales y otra que sea buena idea convertir a China en potencia imperial de referencia ante el abandono y la deriva estadounidense. China, que defiende la libertad de comercio, pero tiene capado Internet, desaparece a disidentes y realiza puntuaciones sociales propias de Black Mirror para premiar o castigar a sus ciudadanos, también con su derecho a estudiar, a las vacaciones o el turno para operarse. Noboa es un dictador sudamericano y populista en toda la regla y Xi Jinping con guante de seda da un miedo que te mueres. Quienes dicen que se ha ido para tapar los problemas con su esposa o su hermano o con Ábalos, del que cada vez hay datos más preocupantes, es obvio que yerran. Miren que hasta la propia Moncloa es inexpugnable sin necesidad de subir al Falcon.
Trump ha descuadrado el mundo en tres meses y aún le queda hasta las elecciones de medio mandato, a las que puede que quiera llegar con el destrozo hecho, así que antes de viajar con la soltura con la que se hacía antes, con los empresarios y la chequera abierta, siempre hay que tentarse las ropas y no salirse de los esquemas comunes de la Unión Europea, que a estas alturas sigue siendo nuestra única verdad segura. Y Ayuso, con el dineral que paga su novio por el ático de arriba, con su gym y su zona de recibir, mejor haría enclaustrándose en él mientras que el ciudadano particular lo tenga, que puede que no sea por mucho tiempo.
Y ya saben, si conocen el paradero de alguno de los 21 tomos de d’Ivoi, avisen. Yo prefiero viajar en mi sillón Voltaire, es mucho más difícil cagarla. A ustedes, si viajan esta semana, les deseo el mejor regreso. Es lo más importante. No elijan USA como destino, que está la cosa complicada. Trump emula a Xi Jinping por la derecha. Cuidado.