
Los aranceles de Trump y la subida del euro allanan otro recorte de los tipos de interés del BCE
Algunos expertos señalan que el Consejo de Gobierno del banco central debería poner sobre la mesa una bajada de medio punto, del 2,5% al 2%, aunque la mayoría considera que el recorte tras su reunión de este jueves será de 0,25 puntos
El euro sube un 10% frente al dólar y potencia el daño de los aranceles de Trump
La guerra comercial escalada por Estados Unidos y la apreciación del euro en su cruce con el dólar allanan un nuevo recorte de los tipos interés del Banco Central Europeo (BCE). Algunos expertos señalan que el Consejo de Gobierno de la institución monetaria debería poner sobre la mesa incluso una bajada del ‘precio’ oficial del dinero en la eurozona de medio punto, del 2,5% al 2%, aunque la mayoría considera que el recorte tras su reunión de este jueves será de 0,25 puntos. Será la sexta bajada consecutiva de este mismo calibre, y la séptima desde junio de 2024.
La subida del euro “presiona a la baja la inflación”, apunta Jumana Saleheen, economista jefe para Europa de la gestora Vanguard, en declaraciones recogidas por la agencia ‘Bloomberg’. “El coste en euros de algunos bienes y servicios importados, aquellos cotizados en dólares [principalmente el petróleo y el gas], está disminuyendo debido a la depreciación de esta moneda [precisamente por la incertidumbre debido al daño de los aranceles a la economía de Estados Unidos]”, coincide Eric Dor, director de estudios económicos del IESE, según transmite a elDiario.es.
El dato interanual de inflación en marzo en la eurozona se moderó al 2,2%, respecto al mismo mes del año pasado. En España, bajó al 2,3%. Esta tasa de subida de los precios de consumo está muy cerca del objetivo teórico de los bancos centrales. Su principal mandato es ese, mantener controlado el aumento de los precios. Sus herramientas para conseguirlo son dos. Una, la intervención directa sobre los tipos de interés, que se traslada al Euríbor y, por tanto, a las hipotecas y al crédito en general. Dos, la intervención indirecta sobre el coste de los préstamos con su participación en el mercado secundario de deuda —en resumen, creando dinero y comprando bonos para abaratarlos o, al contrario, vendiendo los que tiene guardados en su balance para encarecerlos—.
Con el petróleo cayendo, el euro subiendo y la incertidumbre en la economía mundial por la guerra comercial, el BCE se encuentra en un escenario en el que el objetivo del 2% de inflación se puede dar por hecho. “La política proteccionista de Estados Unidos debería reforzar la reducción de la inflación en la eurozona”, admite Eric Dor. “Esto se debería en parte a su efecto recesivo sobre la demanda de exportaciones y en parte al aumento inducido de la oferta, en el mercado europeo, de bienes locales o extranjeros cuya demanda disminuirá en Estados Unidos”, explica este experto.
“Por supuesto, el aumento de los aranceles aduaneros europeos sobre los bienes procedentes de Estados Unidos, como medida de represalia, elevaría ciertos precios en la eurozona. Pero el impacto desinflacionario sería mayor”, prosigue.
Estancamiento del crecimiento económico en la eurozona
La preocupación entonces pasa a ser otra, en concreto el estancamiento de la actividad económica en un momento en los países de la Unión Europea (UE) se están viendo obligados a aumentar el gasto en defensa y en el que vuelve a ser necesario invertir en la transición energética, en la digital y en planes de ayuda para avanzar en lo que están denominando “autonomía estratégica”, que viene a significar que hay que depender menos del exterior ante el clima internacional de absoluta inestabilidad. Para todo eso hace falta dinero ‘barato’.
Desde 2022 hasta mediados de 2024, como se puede observar en el gráfico de esta información, el BCE, la Reserva Federal de Estados Unidos y el resto de bancos centrales encarecieron y dificultaron el acceso a la financiación para ahogar a las empresas y a las familias y moderar así la inflación. Fue un agresivo ciclo de austeridad monetaria que llevó los tipos de interés de referencia al 4% en la eurozona, y hasta el 5,5% en Estados Unidos. Desde junio del año pasado, el camino es el contrario.
“Es muy plausible que el BCE decida recortar sus tipos de interés 0,25 puntos este jueves. El tipo de la facilidad de depósito caería así al 2,25%. Dado que la situación macroeconómica es extremadamente incierta, en particular debido a las políticas erráticas de Estados Unidos, el BCE seguramente seguirá evitando cualquier comunicación prospectiva sobre la dirección futura de los tipos e indicará que las decisiones futuras dependerán de los datos y, en particular, de los factores que contribuyen a la inflación”, concluye Eric Dor.
“Los responsables de la política monetaria del BCE [el Consejo de Gobierno, con la presidenta Christine Lagarde, el vicepresidente Luis de Guindos, y los gobernadores de los bancos centrales de los países del euro, como José Luis Escrivá] mantienen el rumbo, imperturbables ante la tempestad. Los resultados parecen bastante seguros: un recorte de un cuarto de punto porcentual, junto con cierta inquietud ante la creciente incertidumbre. Eso no va a cambiar el rumbo de la economía”, lamenta el economista Marcus Ashworth en una tribuna reciente.
“El BCE debería recortar 0,5 puntos y tomar la iniciativa antes de que no quede nada que aprovechar. Además, está el alza del euro: una moneda más fuerte solo agravará los impactos negativos en la economía de la eurozona, dificultando aún más el crecimiento de su base industrial”, incide este experto. La moneda ‘común’ se ha apreciado un 10% frente al dólar desde principios de enero.
En marzo, tanto el BCE como la Reserva Federal (la Fed, el banco central de Estados Unidos) recortaron sus perspectivas de crecimiento económico. En el caso de la eurozona, hasta dejarlas por debajo del 1% para el conjunto de los socios, con la única excepción positiva de España, como corroboró luego el FMI. Con el paso de las semanas, la propia presidenta Lagarde ha reconocido que la guerra comercial restará otro medio punto al avance del PIB de la eurozona si sigue escalando en los próximos meses.
“Si tras la reunión del pasado mes de marzo, el mercado daba por hecho que estábamos cada vez más cerca del nivel de llegada [en este ciclo de recortes de los tipos de interés] y se hablaba de una pausa en el proceso de bajadas, ahora [ese horizonte de medio plazo] se sitúa más cerca del 1,5% para tratar de frenar la desaceleración económica a la que la guerra arancelaria parece abocarnos”, opina Cristina Gavín, jefa de renta y gestora de fondos de Ibercaja.
Mientras, la Reserva Federal se enfrenta a un dilema mucho mayor. “Un rápido deterioro de las perspectivas de crecimiento y unas expectativas de inflación demasiado elevadas”, según sintetiza el equipo de economistas de la gestora suiza Julius Baer. Una situación que ha separado su trayectoria de tipos de la del BCE. El banco central se mantiene a la espera de poder analizar las decisiones sobre los aranceles de la Administración de Donald Trump, y sus consecuencias.
Esta misma semana, el presidente de la Reserva Federal de Atlanta, Raphael Bostic, enfatizó que el banco central de Estados Unidos debe esperar más claridad sobre las políticas del presidente Donald Trump antes de ajustar los tipos de interés. “El rumbo específico de la economía depende crucialmente de los detalles de la política”, declaró.