
Las infracciones laborales derivadas de la economía sumergida se disparan en Catalunya
La Inspección de Trabajo detecta un 35% más de anomalías en los permisos de trabajo, abusos en la jornada laboral y altas a la Seguridad Social de inmigrantes
Trabajo obliga a Desigual a pagar más de 800.000 euros por emplear a una veintena de falsos autónomos
Las infracciones laborales relacionadas con la economía sumergida se disparan en Catalunya. Las irregularidades afectan especialmente a los inmigrantes, según los datos de la Inspección de Trabajo catalana: la autoridad laboral detectó 1.453 infracciones vinculadas con extranjería en 2024, un 35% más que el ejercicio anterior. Los expedientes se saldaron con multas de 14,3 millones de euros.
Muchas empresas emplean a inmigrantes en condiciones irregulares. Las principales faltas tienen que ver con anomalías en los permisos de trabajo, el incumplimiento de la jornada laboral y las altas a la Seguridad Social, según ha detallado de la directora de la Inspección de Trabajo de Catalunya, Laura Freixas.
Un clásico son los supermercados 24 horas. Solo en Barcelona, donde estos establecimientos proliferan, una macroinspección liderada por el Ayuntamiento el pasado mes de diciembre, detectó 24 infracciones laborales. Pero la afectación es “bastante transversal: afecta a empresas del comercio, pero también de la construcción, a los talleres de reparación de vehículos, el transporte y la hostelería”, explica el secretario general de Trabajo de la Generalitat, Paco Ramos.
Las actuaciones conjuntas de los inspectores de trabajo a con los cuerpos y fuerzas de seguridad, como el caso de macrooperativo de los supermercados 24 horas, está demostrando ser una buena praxis, puesto que las infracciones detectadas por la Inspección de Trabajo por esta vía han aumentado un, 82,5% en 2024. “Las actuaciones programadas nos permite afinar más y aflorar más irregularidades, estamos empezando a ver los frutos de una curva de aprendizaje”, según Ramos.
Pero los frutos podrían ser aún mayores con más recursos. El volumen de inspectores actuales no alcanza para un mercado de trabajo que vive su mejor momento de la historia, con 3,8 millones de personas trabajando, 55.200 más que hace un año, y la tasa de desempleo por debajo del 8%.
La Inspección de Trabajo de Catalunya tenía 191 efectivos, 123 de ellos inspectores, y la del Estado, 116 más. La segunda se ocupa solo de la Seguridad Social y la catalana del resto (relaciones laborales, seguridad y salud, y empleo y extranjería), tras el traspaso de competencias en 2010.
Según Freixas, entre los dos organismos, Catalunya tiene un inspector por cada 10.000 empleados por cuenta ajena, cuando la situación óptima que recomienda la Organización Internacional del Trabajo (OIT) es de un inspector por cada 7.000 trabajadores.
Esta diferencia es importante porque los datos demuestran que cuando se busca, se encuentra. De los más de 33.500 expedientes abiertos el año pasado, el 56% terminaron con una propuesta de infracción, como la inspección llevada a cabo hace unos meses en Desigual que obligó a la empresa de ropa a pagar más de 800.000 euros por emplear a una veintena de falsos autónomos.
Récord de multas
El año pasado se zanjó con un récord de multas de la Inspección de Trabajo por infracciones laborales desde que Catalunya asumió las competencias en 2010. El organismo impuso infracciones por valor de 49,4 millones de euros, lo que representa un 7,7% más que el ejercicio anterior. Las denuncias, que representan dos tercios de les actuaciones de la Inspección (el resto son planificadas, de oficio), se incrementaron un 9%.
Las principales irregularidades están relacionadas, por este orden, con el incumplimiento de la jornada laboral (que crecieron un 7% en relación a 2023), permisos de trabajo, contratos y seguridad. También con la integración de las personas con discapacidad, como Amazon, entre otros casos, y la discriminación por igualdad.