
La única ciudad Patrimonio de la Humanidad que por número de habitantes se considera pueblo
Con poco más de 15.000 habitantes, esta es una de las mayores joyas monumentales declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en España
No es Ávila ni Cuenca: qué ver en la ciudad Patrimonio de la Humanidad más pequeña de España
España es un país con grandes urbes que acaparan la atención internacional. Sin embargo, a veces, el patrimonio más impresionante se esconde en los lugares más pequeños.
Es el caso de Baeza, en la provincia de Jaén, una ciudad que ostenta el título de Patrimonio de la Humanidad desde 2003, junto a su vecina Úbeda, pero que por población —apenas 15.000 habitantes— podría considerarse perfectamente un pueblo.
Y sin embargo, basta con poner un pie en su casco histórico impoluto, repleto de iglesias, palacios, plazas empedradas y callejuelas cargadas de historia, para entender por qué la UNESCO la elevó a los altares del patrimonio universal.
Una visita de un día, pero para recordar siempre
Uno de los grandes atractivos de Baeza es que puede recorrerse cómodamente en una jornada, lo que la convierte en una escapada ideal desde ciudades cercanas como Jaén, Granada o Córdoba.
En apenas unas horas, el visitante puede perderse por la Plaza del Pópulo, con su Fuente de los Leones, la Puerta de Jaén y la antigua carnicería convertida hoy en oficina de turismo.
A escasos pasos, la Catedral de la Natividad de Nuestra Señora se levanta sobre los restos de una antigua mezquita y mezcla estilos gótico, renacentista y barroco.
Otro de sus emblemas es el Palacio de Jabalquinto, una joya del gótico flamígero con un interior renacentista que hoy acoge parte de la Universidad Internacional de Andalucía.
Justo al lado, el Antiguo Seminario de San Felipe Neri y la Iglesia de Santa Cruz, uno de los pocos templos románicos de Andalucía, completan el paseo más monumental de Baeza.
Una ciudad que formó a Antonio Machado
Además de su belleza arquitectónica, Baeza tiene un lugar destacado en la literatura española. Antonio Machado vivió y dio clases aquí entre 1912 y 1919, y su legado se conserva en el antiguo Instituto de Enseñanza Secundaria, hoy instituto Santísima Trinidad, donde aún se puede visitar su aula y su escritorio.
Pasear por Baeza es también seguir las huellas del poeta, que escribió algunas de sus obras más conmovedoras bajo la melancolía de sus calles.
Un mar de olivos y un horizonte sin prisas
Rodeada por el mar de olivos que cubre gran parte de Jaén, Baeza ofrece también una experiencia pausada, sin aglomeraciones ni prisas. Sus cafés y terrazas invitan a detenerse, su gastronomía —con platos como el ajoblanco, la pipirrana o el lomo de orza— habla de tradición, y la luz dorada que tiñe la piedra de sus edificios al atardecerconvierte cada rincón en una postal.
Baeza, la gran ciudad “pequeña”
Hay pocas ciudades en el mundo que puedan presumir de un patrimonio tan deslumbrante y, al mismo tiempo, de una vida tan tranquila. Baeza es una ciudad en los papeles, pero un pueblo en el alma, donde el tiempo parece haberse detenido para conservar lo mejor de su historia.
Ideal para una excursión de un día, perfecta para desconectar y cargarse de belleza sin necesidad de planes complicados. A veces, lo pequeño también puede ser Patrimonio de la Humanidad.