
Sevilla entre ratas: ¿problema o síntoma?
La presencia de ratas en barrios de la ciudad se ha convertido en una preocupación creciente entre vecinos y autoridades. Los expertos aseguran que ese no es el problema, sino el síntoma de otra afección: la mala gestión de los residuos
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La presencia de ratas en las calles de Sevilla “es un problema importante que tiene esta ciudad”. Lo ha reconocido el propio alcalde, José Luis Sanz, y lo ha denunciado Facua hace unos días ante el Ayuntamiento, recogiendo el malestar de los vecinos que han documentado con vídeos la “proliferación” de roedores “en numerosos barrios y más de una veintena de calles de la ciudad”. Pero, ¿tiene Sevilla un problema recurrente con las ratas? Y si es así, ¿cómo se podría combatir?
Biólogos y expertos en control de plagas consultados por este periódico señalan directamente a la suciedad como el principal factor que favorece la proliferación de roedores en núcleos urbanos. Los expertos coinciden en afirmar que la presencia de ratas es una tónica que se replica en las grandes capitales, por lo que no se trata de una situación que se produzca de forma excepcional en Sevilla, que lleva años conviviendo con estos roedores.
Un síntoma, no el problema
Jacinto Román, técnico de la Estación Biológica de Doñana, explica que “las ratas no son en sí el problema: son un síntoma que nos está indicando algún problema y ese problema es la gestión de los residuos”. Como en el campo de la salud, “tenemos que ver si queremos tratar el síntoma o tratar la enfermedad”. Es decir, promover campañas de desratización para matar a esos animales o incidir en el origen del problema que es “la gestión de los residuos y la cantidad de alimentos que como sociedad les estamos dando a las ratas sin ser conscientes de ello”.
En esa misma línea, Rafael Sánchez, director técnico de la empresa de fumigación Dedesin SL, achaca a “nuestra forma de vida” que las ratas estén tan “socializadas” en los entornos urbanos. “Somos nosotros los que favorecemos que ellas se reproduzcan porque generamos mucha, mucha basura y las ratas se alimentan de ella, entonces tenemos que tener unos planes de limpieza y control muy buenos para evitar esos focos de suciedad que son dianas para que aparezcan”, expone este experto en control de plagas.
De acuerdo con el biólogo especializado en mamíferos, la especie que más preocupa es la rata de alcantarilla o rata parda porque es la que prolifera en las ciudades. Dado que su propósito de vida es “comer y no ser comida”, en los entornos urbanos han encontrado las condiciones necesarias para sobrevivir: “En las ciudades no tienen depredadores como en el campo, viven asociadas a la basura y a los residuos que generamos y cuentan con refugio en nuestras edificaciones”, apunta Román. Además, la rata de alcantarilla se siente atraída por la humedad, por lo que la presencia del río también favorece la inclinación de las ratas por capitales como Sevilla.
Remedios para atajar la raíz del problema
Como en toda enfermedad, no basta con calmar los síntomas: hay que atacar la causa. En el caso de las ratas, el biólogo identifica dos líneas de trabajo. Una de ellas compete a las administraciones y tiene que ver con garantizar una gestión de los residuos y un servicio de limpieza adecuados. Como experto en fumigación, Rafael Sánchez alude también a la importancia de realizar campañas preventivas antes de las fechas en las que proliferan los roedores, esto es “la primavera y cuando va llegando el otoño”.
No obstante, el fumigador también prioriza el trabajo de prevención por parte del Ayuntamiento, apostando por las “medidas físicas” (contenedores en buenas condiciones o mantenimiento de la vegetación para evitar que aniden los roedores) por encima de las “químicas”. “Prevenir es mucho más efectivo que actuar sobre una plaga, que supone matar mosquitos a cañonazos”, asegura el director técnico de Dedesin SL, antes de añadir que “mantener la vegetación en buen estado, contar con un buen sistema de recogida de basura y evitar que se acumulen residuos en las calles son claves para no tener problemas de roedores”.
El otro pilar del tratamiento que plantean los expertos radica en “la educación de la población”. En lo que respecta a la actuación ciudadana, Román apunta a la necesidad de depositar correctamente los residuos orgánicos y de evitar gestos cotidianos como verter restos de comida por el retrete o dejar alimentos en las colonias felinas: “Eso se lo van a comer las ratas, por eso está muy bien protestar subiendo vídeos a redes sociales, pero hay que ser consciente de que somos nosotros los que las alimentamos con ese tipo de acciones”, añade, recordando que estos animales omnívoros “comen cualquier cosa”.
Actuaciones realizadas
Ante las imágenes que circulan en redes sociales y tras la carta que Facua remitió al alcalde –en castellano, inglés y catalán por imitar la iniciativa que tuvo el propio regidor del PP cuando le envió una misiva al ministro de Transportes, Óscar Puente (PSOE), reclamando más inversión en infraestructuras para Sevilla–, fuentes municipales explican a elDiario.es Andalucía que desde que los populares se pusieron al frente del Ayuntamiento hispalense, la inversión destinada a reforzar las labores de desinfección y desratización en toda la ciudad se ha multiplicado.
Durante su etapa como candidato a la alcaldía de Sevilla, José Luis Sanz ya incorporó a su lista de prioridades acabar con “la suciedad y las ratas” que “invadían la ciudad”, como dijo entonces. “Nos hemos empeñado en acabar con las plagas de ratas”, dejó escrito en sus redes sociales el ahora alcalde.
Por eso, cuando el pasado 9 de abril la organización de consumidores Facua reclamó al Centro Municipal de Protección y Control Animal del Ayuntamiento hispalense medidas de control ante “la creciente proliferación de ratas”, el delegado de Espacio Público, José Lugo, sacó pecho de la gestión del Gobierno de Sanz, asegurando que han logrado reducir el número de incidencias por ratas “en más de un 30 %” durante el primer trimestre de 2025.
Desde el Gobierno de Sanz atribuyen esa reducción de las incidencias al refuerzo de control de plagas desplegado en los últimos meses de 2024. Periodo en el que se activó un plan de desratización con una inversión de 160.000 euros, duplicando la inversión respecto al año anterior. Este plan incluye cerca de 30.000 intervenciones en diversas zonas de la ciudad y en la mayoría de las calles señaladas por Facua, según declaran fuentes municipales.
Por otro lado, se recuerda que solo en tratamiento e inspección de pozas se han realizado más de 15.000 intervenciones durante el primer trimestre de 2025 en todos los distritos. De cara a los próximos meses, la delegada de Espacio Público, Evelia Rincón, ha anunciado una inversión extraordinaria de 480.000 euros para seguir reforzando estas tareas de desratización, desinfección y desinsectación de toda la ciudad a lo largo del año.
Desde la oposición, el grupo municipal socialista recrimina que “Sevilla va a ser trending topic por las ratas que tiene nuestra ciudad” y responsabiliza al alcalde de la presencia de estos roedores, que achaca a “un problema de gestión”. En ese sentido, el biólogo de la Estación Biológica de Doñana incide en que “matar las ratas no es más que tratar el síntoma”, pero no solucionar la causa de fondo.
Un problema crónico que ha ganado en visibilidad
A pesar del aumento de las intervenciones municipales y del refuerzo presupuestario para combatir la presencia de ratas en Sevilla, los expertos en control de plagas aseveran que no se trata de un fenómeno nuevo, sino de un problema estructural con años de historia que ha ganado visibilidad al calor de las imágenes difundidas en redes sociales.
“Ahora se ha puesto el foco mediático porque los vecinos tienen móviles y lo suben a redes, pero yo creo que el nivel de roedores en Sevilla se ha mantenido más o menos estable a lo largo de los años”, afirma el director técnico de Dedesin SL., empresa de fumigación que lleva operando en la ciudad desde hace seis décadas. “Lo ideal sería bajarlo, sí, pero no es que haya habido un repunte: es un problema que ya existía”, insiste Rafael Sánchez, quien esgrime que la presencia de ratas está extendida en los diferentes distritos de la ciudad, desde el casco histórico hasta las barriadas más alejadas del centro.
Una opinión compartida por Ramón Villa, presidente de la Asociación de Vecinos El Triángulo, que representa a barrios especialmente afectados por la presencia de ratas como San José Obrero o El Fontanal, en el distrito de San Pablo-Santa Justa. Villa señala que las plagas de roedores han sido una constante en estas zonas desde hace décadas, especialmente por la antigüedad de las edificaciones y el estado del saneamiento. “Estamos hablando de barrios de los años 50 y 60, con infraestructuras envejecidas y zonas sin uso cercanas a la estación de Santa Justa donde se acumula maleza o escombros”, explica este vecino.
Recogiendo el sentir del barrio, el representante vecinal reconoce que esta situación “afecta muy negativamente a los vecinos”, hasta el punto de que en ocasiones las ratas suben por los naranjos y hay vecinos que se las encuentran en las ventanas“. Si bien reconoce que se han realizado podas y ha mejorado la limpieza en algunos puntos, la acumulación de naranjas sin recoger en el suelo sigue siendo un problema en determinadas épocas del año: ”Se pueden juntar cientos de kilos de naranja alrededor de los árboles en algunas calles y tardan semanas en retirarse“, cuenta el representante de los vecinos.
Según Ramón Villa, destaca que la presión mediática ha sido clave para acelerar respuestas por parte de la administración local. De hecho, esta misma semana, el delegado de Espacio Público ha realizado una visita al barrio junto con los representantes vecinales, el director del distrito y técnicos municipales con vistas a “planificar actuaciones concretas en el alcantarillado y en espacios que son susceptibles de que los animales aniden y críen” cuenta.
En cualquier caso, tanto expertos como vecinos coinciden en que las campañas de desratización, aunque necesarias, son solo parte de la solución. El problema real, como advierten los biólogos, no son las ratas en sí, sino el contexto que las hace posibles: carencias estructurales como la gestión de residuos, el saneamiento y el mantenimiento urbano.