
El senderismo amenaza las crías del buitre negro: «La primavera es para las aves, el otoño para los excursionistas»
En los ochenta, el ave rapaz se vio gravemente dañada por la ignorancia de quienes las veían como una amenaza para el ganado. Aunque ha habido una recuperación, el ‘boom’ del ‘trekking’ en Mallorca coincide con la época de cría y hace peligrar la supervivencia de los nuevos pollitos
La pesca amenaza a los tiburones y el calentamiento del mar les expulsa del Mediterráneo
El buitre negro, también conocido como buitre monje por su nombre científico (Aegypius monachus, monje en latín) y el símil del plumaje de su cabeza con el hábito religioso, comienza su época de cría, en Mallorca, entre turistas entregados a la belleza de la Serra de Tramuntana, perfecta para hacer senderismo, barranquismo y otras aventuras que amenazan la paz de estas aves. El momento de nacimiento de los primeros pollos de este tipo de buitre en el enclave mallorquín, el único lugar insular del mundo donde hay una población estable, se da entre la masificación turística de la sierra al coincidir con la temporada alta de excursionismo.
“El turista no es el culpable, la culpa es de la mala gestión que se hace de la Serra de Tramuntana, que es un parque temático donde todo el mundo va a hacer sus actividades”, denuncia Pep Tàpia, coordinador del proyecto ‘Voltor Negre’ de la Fundación Vida Silvestre Mediterráneo (FVSM). Estas actividades engloban desde senderismo hasta carreras de coches y motos. A esto, además, se suma la pérdida de la Mallorca rural, que se traduce en la desaparición del hábitat de la especie: centenares de fincas se han reconvertido en agroturismos y se ha abandonado la práctica agricultora y ganadera.
“Si las ovejas se intercambian por turistas, los buitres no encuentran comida”, apunta el experto. Uno de los proyectos de la Fundación consiste en la gestión de fincas, donde mantienen en algunos casos a rebaños de ovejas a pesar de ser “muy poco productivas” para que las aves rapaces y otros pájaros se puedan beneficiar.
El turista no es el culpable, la culpa es de la mala gestión que se hace de la Serra de Tramuntana, que es un parque temático donde todo el mundo va a hacer sus actividades
Una cría de buitre negro en la Serra de Tramuntana.
Un ejemplar de la especie que, aunque ya no está en peligro de extinción, sigue catalogada como vulnerable.
Hace cien o ciento cincuenta años, la población estable que se mantiene en Mallorca también se podía encontrar en otras islas del Mediterráneo como Córcega o Cerdeña. Pero la persecución que sufrieron provocó la extinción del buitre negro en estos territorios insulares y a día de hoy solo permanece en la Tramuntana.
Aun así, en los años ochenta estuvo al borde de la desaparición. El “desconocimiento” de cazadores y pagesos, que los interpretaban como una amenaza al ganado cuando en realidad se trata de un ave carroñera, las puso en peligro de extinción también en las Balears. “Se pensaba que era como un halcón y que podía matar a las perdices, los conejos y las gallinas de las fincas”, cuenta Tàpia. Quedaron solo una veintena. La realidad es que el buitre negro se alimenta de animales muertos y actúa como una especie de limpiador natural de las zonas que sobrevuela.
El buitre negro se alimenta de animales muertos y actúa como una especie de limpiador natural de las zonas que sobrevuela, pero en los años ochenta estuvo al borde de la desaparición por el desconocimiento de la población
No fue, en aquella época, la única ave rapaz amenazada, sino que prácticamente todas se perseguían, como el águila calzada, la milana o el halcón peregrino, que terminaba con la vida de las palomas criadas en las casas como alimento. A veces, incluso, se les atribuía la culpa de matanzas que habían propiciado otros animales, como la gineta. Estos depredadores amenazantes se mataban de mil maneras diferentes, aunque la técnica más extendida y fulminante era el envenenamiento.
La persecución duró hasta que se publicó el día 23 de julio de 1966, en el Boletín Oficial del Estado (BOE), una ley que establecía la protección legal de todas las aves rapaces —tanto diurnas como nocturnas— en España. El hecho fue crucial para la conservación de la avifauna española. “Para proteger al buitre negro, en concreto, se hizo mucha educación ambiental y se persiguió el uso del veneno”, especifica el portavoz de la FVSM. “También se instalaron comederos para facilitar la alimentación de la especie”, añade el coordinador. Además, se llevaron a la Tramuntana 35 buitres de otros lugares de la Península y de Europa para repoblar y fomentar que se reprodujeran los veinte que ya había en el paraje natural de Mallorca.
Dos buitres, aves carroñeras, se alimentan de una cabra sin vida.
Con las alas extendidas, el buitre negro llega a medir hasta tres metros, lo que la convierte en el ave más grande de Europa.
Un nuevo polluelo
Según datos de la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medi Natural del Govern, la primavera pasada, en época de cría, había en la Serra de Tramuntana 49 parejas territoriales de buitre negro que hicieron puesta en 46 nidos en total. De estos, se perdieron diez puestas y un pollo. Por otro lado, 35 parejas se reprodujeron con éxito y, finalmente, 34 pollos lograron volar cuando se terminó la temporada que permanecen junto a sus progenitores.
Los agentes de Medio Ambiente del Ejecutivo balear, en colaboración con entidades privadas entre las que están la Fundación Vida Silvestre del Mediterráneo y el GOB Mallorca, llevan el recuento en el marco del Plan Terrasse, de recuperación, conservación y seguimiento de las rapaces diurnas de Balears.
En la primavera pasada, había en la Serra de Tramuntana 29 parejas que hicieron la puesta de 46 nidos, de los cuales se perdieron diez puestas y un pollo
De hecho, este miércoles ha nacido un nuevo polluelo, como ha documentado la fundación, que video-vigila el nido de forma remota con una webcam. Ha sido por esta cámara instalada estratégicamente en las inmediaciones del nido que se ha podido testificar el momento exacto de eclosión del huevo.
Un logro que “destaca como símbolo del éxito y la importancia de los esfuerzos en conservación realizados en Mallorca” para proteger la especie, han considerado desde FVSM. A raíz de este nacimiento, han llamado a la cooperación conjunta para evitar aproximarse a estas áreas sensibles entre enero y septiembre y ha recordado que se ha demostrado “cómo las molestias humanas cerca de los nidos afectan directamente al éxito reproductivo” de los buitres.
Un buitre negro con un polluelo recién nacido en Mallorca.
El ave más grande de Europa
En cuanto al Servicio de Protección de Especies de la Conselleria, coordina los trabajos del buitre negro, el ave la más grande de todo el continente europeo cuando tiene las alas extendidas. “Es la que tiene mayor envergadura, llega casi a los tres metros. Eso sí, no llega a ser la más pesada”, detalla Tàpia. Aun así, puede alcanzar los catorce kilos de peso, que se cubren con un plumaje oscuro que recorta su silueta en el cielo con facilidad.
Se trata de una especie que anida en la copa de los árboles, a diferencia de otros buitres que lo hacen en la roca de los acantilados y su hábitat natural son zonas montañosas y boscosas, en teoría alejadas de los humanos. Es el motivo de que sus principales refugios en España estén en la Sierra de Gredos, la Sierra de Guadarrama o Sierra Morena, donde reutiliza año tras año sus nidos, de grandes dimensiones, elaborados con mimo.
Aunque en Mallorca el buitre negro ya no está catalogado en peligro de extinción, sí que sigue siendo una especie vulnerable. De hecho, está legalmente protegido en toda Europa y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) lo clasifica como un animal “casi amenazado”. Sobre todo, por la intoxicación por la caza ilegal, la electrocución con los cables de tendidos eléctricos o su frecuente colisión con infraestructuras, informa la Conselleria de Agricultura, Pesca i Medi Natural.
El buitre negro es el ave más grande de Europa cuando tiene las alas extendidas. Es una especie vulnerable en Mallorca y está legalmente protegido en toda Europa. Sus principales amenazas son la caza, la electrocución y la colisión con infraestructuras
“Ahora mismo esas son las principales amenazas, así como la continua pérdida de hábitat consecuencia de la masificación de la Serra y molestias causadas por actividades humanas”, lamenta Tàpia. No solo para el buitre negro, sino que otras especies avícolas también lo “pasan fatal” por culpa de estos factores. Por ejemplo, el Águila Peixatera, muy característica de Balears, que está viviendo un decrecimiento poblacional “preocupante”.
A las amenazas humanas para el buitre se suma que su ciclo reproductivo es muy lento, lo que convierte todavía en más vulnerable: solo pone un huevo por temporada y este huevo necesita un periodo de incubación de casi dos meses. El proceso empieza en enero, con la ocupación de los territorios de cría y los vuelos nupciales -una serie de movimientos acrobáticos del macho para impresionar a la hembra durante el apareamiento- que se llevan a cabo a lo largo de todo el mes. Luego, en febrero, empieza la época de nidificación (que termina en agosto), cuando hacen la puesta de su único huevo.
A las amenazas humanas para el buitre se suma que su ciclo reproductivo es muy lento, lo que convierte todavía en más vulnerable: solo pone un huevo por temporada y este huevo necesita un periodo de incubación de casi dos meses
Una de estas aves, sobrevolando el cielo sobre la Serra de Tramuntana, el único territorio insular donde existe una población estable de la especie.
Molestias “nefastas” en la época de incubación
“Una de las particularidades de la especie es que el macho y la hembra colaboran un 50% cada uno con la crianza y la incubación del pollito”, detalla Tàpia. “La nidificación coincide justamente con la temporada alta de excursionismo en la Serra”, lamenta el coordinador. Las molestias en la época de incubación pueden ser “nefastas”, ha señalado el Govern, que ha pedido a las personas que visiten la zona en esta época que tengan cuidado.
Un progenitor guarda uno de los nidos durante la época nidificación, en la que el macho y la hembra se reparten al 50% las tareas de crianza.
La Dirección General de Medio Natural y Gestión Forestal ha solicitado que eviten entrar en las zonas de exclusión del Paraje Natural de la Serra de Tramuntana con el objetivo de que afecten lo menos posible a esta etapa delicada de la especie vulnerable. Durante la nidificación, el huevo puede quedar desprotegido, enfriarse y volverse inviable o ser devorado por depredadores. También son críticas las primeras semanas después del nacimiento de los pollos, cuando necesitan la mayor protección posible y el calor de los adultos. Aunque en julio los pollos ya son suficientemente grandes para volar, aún se mantienen protegidos y seguros cerca del nido.
Por otro lado, el Govern ha instado a los usuarios de aeronaves de ocio y de las diferentes administraciones evitar sobrevolar las zonas sensibles para esta especie, sobre todo, las que abarque la Red Natura 2000 ZEPA Costa Brava de Mallorca (en la costa norte de la Tramuntana).
En ese sentido, además, se ha recordado a la población que cuando se desarrollen actividades recreativas en el medio natural es “importante mantener silencio”, ya que se han detectado zonas nuevas de cría incluso fuera de la Serra de Tramuntana. “Lo ideal sería fomentar el excursionismo durante el otoño, cuando no se perturba a la naturaleza, y dejar la primavera para que las aves rapaces críen con tranquilidad”, reflexiona el portavoz de la Fundación Vida Silvestre Mediterráneo.