
La carrera hacia el cónclave empieza con una derrota para los ultras: el cardenal Becciu da un paso al costado
El purpurado enemigo de Francisco y condenado por corrupción cede y ya no intentará participar en el cónclave del 7 de mayo, que estará presidido por el secretario de Estado (y uno de los candidatos más destacados para convertirse en el nuevo Papa) Pierto Parolin
No votan, pero pueden ser claves: el peso de los mayores de 80 años ante el cónclave
Primera gran derrota del sector ultra en el precónclave que elegirá al sucesor de Francisco al frente de la Iglesia católica. El cardenal Angelo Becciu, enemigo declarado de Bergoglio, parece haberse bajado del cónclave que comenzará el 7 de mayo.
Becciu, condenado por malversación de fondos, llegó a amenazar con impugnar el cónclave si no le dejaban participa, en una polémica que empañaba desde hace días el proceso. “Estamos sufriendo por esto”, confesó un cardenal antes de la congregación general de este lunes por la mañana. Sin embargo, tal y como apunta la prensa italiana y ha podido confirmar eldiario.es de fuentes presentes en la reunión, Becciu ha anunciado que da un paso al costado “por el bien de la Iglesia”, y retira su voluntad de votar.
El purpurado italiano anunció “entre lágrimas” que se aparta para no “dañar la imagen de la Iglesia”, después de que muchos cardenales, tanto del sector liberal como del conservador, le hubieran urgido a hacerlo, señalan esas fuentes.
El cardinal Giovanni Angelo Becciu en el funeral del Papa Francisco
De no hacerlo, los cardenales tendrían que hacer una votación secreta para decidir si se admiten como válidas o no las cartas que el secretario de Estado, Pietro Parolin, presentó el pasado jueves. Firmadas por el Papa (una datada en 2023, y la otra este mismo mes de marzo, esta última rubricada con una ‘F’), en las misivas el pontífice fallecido reiteraba su deseo de excluir a Becciu de un posible cónclave.
El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, explicó a los periodistas que los cardenales reunidos en la quinta Congregación general previa al cónclave habían hablado del caso del cardenal Angelo Becciu, pero que aún no había “ninguna decisión”. Sin embargo, con el correr de las horas comenzó a trascender el contenido de la “conversación” a la que Bruni se refería.
En todo caso, apuntan otras fuentes en diferentes medios italianos, Becciu ha aclarado a varios de los presentes que esta renuncia no supone de ninguna manera una asunción de responsabilidad sobre su caso, ya que el cardenal sardo sigue sosteniendo su inocencia y está convencido de que detrás su condena hay un complot. De hecho, les ha asegurado que está listo para aportar pruebas sobre ello y que podría hacerlo en las próximas horas.
Los cardenales protagonistas
Con la renuncia de Becciu se produce la primera derrota del sector ultra del cónclave, desde la muerte de Bergoglio ha buscado emponzoñar el debate, tanto dentro del aula como fuera, con declaraciones como las del cardenal Gerhard Müller subrayando el riesgo de cisma si no se elige un un Papa “ortodoxo” y se revierten las reformas de Francisco, o las de Timothy Dolan (Nueva York) reclamando más “orden” en la institución.
Imagen de archivo del cardenal filipino Luis Antonio Tagle, cuyo nombre se baraja como uno de los favoritos para suceder como papa a Francisco. EFE/ Maurizio Brambatti
También, intentos externos de deslegitimar a candidatos liberales, como el filipino Tagle, con la difusión de unas imágenes del purpurado cantando Imagine, de John Lennon. En el vídeo lamentan que pueda aspirar a ser Papa un cardenal que canta una canción que clama por un mundo sin religiones.
La ausencia de Becciu en el cónclave supone un voto menos para el sector conservador y una victoria para el que, a día de hoy, parece el candidato más claro: Pietro Parolin. Aunque los vaticanistas no dejan de advertir: “Quien entra Papa a la Capilla Sixtina, suele salir cardenal”.
Un Parolin que, además, presidirá el cónclave, tal y como desveló el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni. En puridad, los responsables de la elección deberían ser el decano y el vicedecano, pero en febrero pasado, antes de ser ingresado en el hospital Gemelli, Francisco decidió prorrogar en el cargo al cardenal Re (91 años) y a Dominique Mamberti (81). Como ninguno, por edad, podrá entrar en la Capilla Sixtina, el máximo responsable de las votaciones será el secretario de Estado, que es señalado como favorito a ser elegido, o al menos para desempeñar un papel clave en la elección.
Junto a él, asistirán al cardenal camarlengo Kevin Farrell, quien sí entrará en en cónclave, tres purpurados designados por sorteo: el alemán Reinhard Marx, como coordinador del Consejo de Asuntos Económicos, el filipino Luis Antonio Tagle (otro de los papables) y el italiano Dominique Mamberti.
Parolin, en una foto de archivo.
De hecho, se podría dar la curiosidad de que Tagle pudiera ir leyendo las papeletas y, llegado el caso, escuchar su nombre en muchas ocasiones, mientras que Parolin, como presidente, podría llegar a ser el encargado de validar su propia elección.
Lo que también se conoce es que a la congregación general de hoy se sumaron casi 190 cardenales, de los cuales más un centenar son electores. Faltaría en torno a una treintena para conformar a todo el Colegio que entrará en Cónclave el 7 de mayo.
Entre los temas abordados en la veintena de intervenciones de la jornada, estuvieron la relación de la Iglesia con el mundo contemporáneo y algunos de los retos que se plantean, la evangelización, la relación con otras confesiones, la cuestión de los abusos. También se habló de las cualidades que deberá poseer el nuevo Pontífice para responder eficazmente a estos retos, sin que trascendieran de cuáles se tratan.
Los cardenales continuarán reuniéndose cada día a las nueve de la mañana para definir lo que sucederá a partir del 7 de mayo y para resolver todos los asuntos relacionados con la elección del nuevo Papa. Bueno, en realidad no todos los días: como trabajadores de la Iglesia que son, se tomarán libre el 1 de mayo, y también descansarán el domingo 4.