
La huelga más larga de la historia de España cumple 45 años: Crimidesa, escenario de la lucha obrera en Burgos
Los 290 días que duró el conflicto laboral estuvo marcado por la postura inflexible de la empresa, la voluntad inquebrantable de los trabajadores y una marcha a pie de más de 300 kilómetros hasta Madrid de la conocida ‘columna del sulfato’
30 años del 14-D: una huelga general “irrepetible” que paralizó España
La historia de la lucha de clases cumple en este 2025 uno de sus aniversarios más relevantes. El pasado 12 de abril se cumplieron 45 años de la huelga más larga de la historia del movimiento obrero español. Duró 290 días y la protagonizaron los trabajadores de la empresa Crimidesa en Cerezo de Río Tirón, en la provincia de Burgos.
La huelga de Crimidesa tuvo lugar entre abril de 1980 y enero de 1981 en este municipio burgalés que vivió uno de los conflictos más importantes de los años 80. Un movimiento que no solo evidenció las tensiones laborales de la época, sino que también reflejó la determinación y unidad de una comunidad que luchaba por sus derechos frente a una empresa poderosa y una administración que, en muchos casos, se mostró indiferente a sus demandas.
Crimidesa era una empresa minera dedicada a la extracción de sulfato sódico, un producto esencial para la industria química. Situada en Cerezo de Río Tirón, la mina era una de las principales productoras del país, con una facturación superior a los 800 millones de pesetas en 1979. A pesar de su rentabilidad, la empresa priorizó sus intereses económicos por encima de las condiciones laborales de sus empleados.
Crónica de Diario 16 sobre la huelga de Crimidesa. Enlace al texto completo en el siguiente párrafo
El 10 de abril de 1980, tras la ruptura de acuerdos verbales sobre el convenio colectivo por parte de la empresa, el 90% de los trabajadores votó a favor de iniciar una huelga. La empresa adoptó una postura inflexible, se negó a negociar durante la huelga y mantuvo una producción mínima de uno a dos tercios del montante habitual. Como resultado, 18 trabajadores fueron despedidos, lo que agravó aún más el conflicto.
Uno de los episodios más tensos ocurrió el 28 de octubre de 1980, cuando los trabajadores, acompañados por sus familias, retuvieron durante 12 horas a varios directivos de la empresa en las instalaciones de la mina para evitar la salida de camiones cargados con sulfato. Sucedió tan solo dos días después de que la huelga cumpliera los 200 días de duración, convirtiéndose en la más duradera – en ese momento – de la historia del país. El encierro fue interpretado por la empresa como una detención ilegal, mientras que los trabajadores lo consideraron una medida legítima para defender su derecho a la huelga. Dos días después, el 30 de octubre de 1980, los obreros abandonaron la mina y dejaron salir a los directivos.
En diciembre de 1980, noventa mineros iniciaron una marcha a pie desde Cerezo de Río Tirón hasta Madrid, conocida como la ‘columna del sulfato’. Más de 300 kilómetros a pie que recorrieron desde el 6 de diciembre hasta su llegada a la capital el 18 de diciembre de 1980. Allí fueron recibidos por más de 80.000 personas, y el líder de CCOO, Marcelino Camacho, declaró sobre esta huelga: “Crimidesa es el Fuenteovejuna de la democracia”.
Las crónicas de la época señalan las dificultades que existieron durante el conflicto, con la posición inamovible de la empresa, manteniendo los despidos; y los trabajadores exigiendo el final de estas represalias. El 6 de diciembre de 1980, Francisco Umbral escribió en El País una columna con las siguientes líneas: “Crimidesa: ni un nombre comercial ni una persona jurídica ni una firma industrial: Crimidesa es ya el emblema perdido y tardío, voluntarioso y solo, de un Fuenteovejuna minero que se ha venido a Madrid, todos a una, echando un pie delante de otro, con más épica que política, y que aguanta la huelga, el hambre, el sueño, la distancia, la pesada mano de la gran ciudad sobre el hombro adolescente del niño que es minero casi antes de ser persona”.
Artículo de Diario 16 tras la llegada de la columna a Madrid
Los despidos, detenciones y enfrentamientos fueron constantes durante los 290 días durante los que se extendió esta huelga. El pueblo fue incluso ocupado por la Guardia Civil. Según las crónicas de la época, la Guardia Civil hirió a un trabajador con dos disparos en la pierna. Este hecho está recogido en Mundo Obrero, que señala que el reportero Santiago Aroca fue el único en relatar lo sucedido aquel día en su crónica.
Tras intensas negociaciones, y 290 días de huelga, el 28 de enero de 1981 se firmó un acuerdo que puso fin al conflicto. Aunque la empresa aceptó reincorporar a la mayoría de los despedidos y respetar la categoría profesional y la antigüedad, el acuerdo no fue totalmente satisfactorio para los trabajadores. Se confirmaron cinco despidos y no se atendieron algunas de sus principales demandas.
Sin embargo, las reivindicaciones continuaron y fue dos años después cuando los trabajadores consiguieron firmar un buen convenio colectivo. También hubo represalias judiciales, dos años después, cuando nueve mineros y un líder sindical fueron juzgados por los incidentes ocurridos durante la retención de los directivos. Se solicitaron penas de hasta 52 años de prisión por delitos como atentado, coacciones, daños y detención ilegal. Este juicio fue percibido como una represalia por la lucha obrera y una amenaza a los derechos sindicales.
‘La huelga más larga’, una crónica de Manuel González
La huelga de Crimidesa dejó una huella profunda en la memoria colectiva de la clase trabajadora española. Recientemente, este abril de 2025, con motivo del 45 aniversario del conflicto, se ha publicado el libro ‘La huelga más larga’, escrito por el periodista burgalés Manuel González, que recoge testimonios y análisis de aquella lucha.
El relato documenta los hechos y rinde homenaje a la valentía y solidaridad de los trabajadores de Cerezo de Río Tirón. Una crónica mes a mes de lo sucedido en un conflicto colectivo que fue extenso en el tiempo e intenso durante cada día. La huelga de Crimidesa fue un ejemplo de cómo la unidad y determinación de los trabajadores desafiaron las estructuras de poder y exigieron justicia. A pesar de las adversidades, los mineros de Cerezo de Río Tirón demostraron que la lucha por los derechos laborales es una causa que merece ser recordada y celebrada.