Los equipos electrógenos de emergencia permiten a los hospitales mantener los servicios esenciales

Los equipos electrógenos de emergencia permiten a los hospitales mantener los servicios esenciales

Los centros están reorganizando su actividad, suspendiendo en algunos casos las cirugías y consultadas programadas para la tarde que no son urgentes. El Ministerio de Sanidad asegura que «no hay constancia de ninguna incidencia grave derivada del apagón del suministro»

España sufre un apagón eléctrico en todo el país, excepto en Canarias y Baleares

Los hospitales españoles –salvo los de Canarias y Baleares que funcionan con normalidad– están capeando el gran apagón gracias a unos equipos electrógenos de emergencia que les permiten, al menos por el momento, tener electricidad para los servicios esenciales como los respiradores, los monitores con las constantes vitales o los aparatos necesarios para concluir las cirugías iniciadas cuando se ha producido el corte eléctrico. La mayoría de los centros han activado comités de crisis para tomar decisiones sobre cómo enfrentar una situación sin precedentes que va a durar, al menos, entre seis y diez horas según Red Eléctrica.

El Ministerio de Sanidad ha informado de que está “en permanente comunicación y coordinación con las comunidaes autónomas” y “por el momento no hay constancia de ninguna incidencia grave derivada del apagón del suministro eléctrico”. Ante las dudas de cuánto puede durar el suministro, el departamento de Mónica García asegura que “hay suficiente combustible para mantener la actividad”, aunque la situación está obligando a los centros a reorganizarse.

La actividad está lejos de parecerse a la normalidad. En la Fundación Jiménez Díaz, en el centro de Madrid, la dirección ha informado de que se mantiene“ la atención a todos los servicios críticos” aunque se han suspendido las cirugías y las consultas programadas para la tarde de este lunes, según un comunicado enviado a los trabajadores. A solo unos metros, el hospital Clínico San Carlos están desalojando sus instalaciones a excepción de los pacientes ingresados, confirman desde uno de los puntos de información del centro.

Sin embargo, en el hospital del Mar de Barcelona “no ha habido alteraciones”, explican fuentes del centro a elDiario.es. Los generadores han permitido seguir con la actividad prevista y no se ha suspendido ninguna visita ni intervención quirúrgica programada. Como funcionan con combustible, podrían seguir operando con normalidad aunque la situación se alargase, explican. Incluso algunos de los ordenadores han seguido funcionando, por lo que se ha podido dar paso a los pacientes y programar nuevas citas.

En Galicia están todos los hospitales funcionando con generadores, según han señalado a esta redacción fuentes del Gobierno gallego. También ha tirado de generadores la catedral de Santiago, que sigue recibiendo a fieles y turistas; y en Castilla-La Mancha, fuentes oficiales también confirman normalidad en los centros hospitalarios gracias a grupos electrógenos. El Servicio de Emergencias 112 autonómico ha pedido a la ciudadanía que solo llame “en caso de urgencia o emergencia con riesgo para la vida”.


Puerta de urgencias del hospital Clínico San Carlos.

Los puntos críticos están en las urgencias y en las unidades de cuidados intensivos (UCI). “Estamos reorganizando a los pacientes más graves en un solo área, los que requieren ventilación mecánica, para garantizar su atención”, explica Mercedes, una intensivista del Clínico. La orden es que se gaste electricidad solo en lo imprescindible. A las puertas del servicio de urgencias, muchos sanitarios y sanitarias se arremolinaban en la puerta, desconcertadas y esperando que no llegara ningún paciente muy grave. En todo caso, la atención urgente está garantizada, aunque puede haber problemas para realizar algunas pruebas como escáneres.

La situación ha sido muy distinta en los Centros de Atención Primaria. En el CAP de Casc Antic, por ejemplo, el personal espera en la entrada: “Ni ordenadores, ni ascensores, ni pruebas, no podemos hacer nada”, cuenta Teresa, médica del centro. Asegura que sólo pueden realizar atenciones de urgencia “y siempre u cuando sean cosas sencillas, como suturas o curas”. La paralización de los ascensores están generando problemas en los hospitales. Los celadores tienen dificultades para trasladar a los pacientes no pueden de las urgencias a las plantas; o de los quirófanos a las UCI.

Muchas farmacias sí han cerrado sus puertas por la imposibilidad de acceder a las recetas electrónicas para expender los medicamentos. Y se enfrentan al desafío de la conservación de ciertos fármacos. Andrea y Toni tienen suerte y pueden poner a resguardo la insulina en la farmacia barcelonesa en la que la han comprado. Pero a dos calles, otra farmacia se lamenta: “No tenemos más neveras que las que van conectadas a la corriente. Tenemos unas cuatro horas hasta que se empiecen a estropear medicamentos”.