
El apagón y el cinismo sin límites de Mazón
El Gobierno debe rendir cuentas por el apagón pero escuchar al presidente valenciano exigir explicaciones y hacerlo el día en que se cumplían seis meses de la DANA es de una desvergüenza difícil de superar
Los cinco segundos y tres “errores en cadena” que desencadenaron el gran apagón
Permíteme que empiece con una pequeña disquisición personal. Mi padre trabajaba en una central hidroeléctrica y cuando le tocaba turno el fin de semana y a veces podíamos ir a verle para llevarle la merienda (una excusa como otra para recorrer un túnel que ahora hace las delicias de los turistas) nos ponía delante de unos paneles dignos de una película de la antigua URSS y nos decía: “Mirad, sin nosotros en Barcelona ahora no tendrían luz”.
Era una exageración pero tenía algo de cierto. Nos aseguraba también que los obreros de las hidroeléctricas no podían hacer huelga porque si ellos no trabajaban se paralizaba el país. Nunca supe si lo tenían prohibido o no. Lo que sí recuerdo es que los turnos nunca pararon y que entre los papeles que llevaba en la cartera estaba el carné de Comisiones Obreras.
Hace un tiempo tuve ocasión de visitar la sede de Endesa en Barcelona y allí, frente a otros paneles, estos más de película de la NASA, me explicaron cómo de monitorizada tenían la red eléctrica. Me sorprendió que si cae algo en un cable, por alejado que esté, pueden detectarlo desde esa sala. Además, y es otra de las cosas de las que me he acordado estos días, me enteré de que los responsables de comunicación preparan simulacros para ver cómo respondería toda la cadena de la empresa si se produjese un apagón. Desde la manera de comunicarlo a la población a qué debería hacer cada departamento en esa circunstancia.
Que nadie entienda la disertación familiar inicial como una defensa de ninguna empresa. No es la intención ni mucho menos. Sí aspira a ser un agradecimiento a los que en centrales, hospitales, residencias, transportes o escuelas se desvivieron para minimizar los efectos del apagón y que el resto de ciudadanos pudiésemos recuperar la normalidad lo antes posible.
Una vez resuelta la emergencia (bastante rápido si se compara con episodios similares en otros países) lo más interesante es la batalla que ha empezado a librarse entre el Gobierno y las compañías energéticas, incluida Red Eléctrica Española. Ninguna quiere asumir la culpa y sobre todo lo que intentan evitar estas empresas es un aluvión de denuncias, o sea, hacer frente a las aseguradoras. En resumen y en el sentido literal, que alguien tiene que pagar esto.
Menos interesante por previsible, muy previsible, ha sido la reacción del PP. Ha intentado convertir el gran apagón en la DANA de Sánchez. Es una estrategia que directamente da grima porque ver a Carlos Mazón pidiendo explicaciones tendría que avergonzar a cualquiera pero sobre todo a sus compañeros de partido. No debe ser así porque si se mantiene como presidente de la Generalitat valenciana es porque Feijóo lo permite. Que Mazón demostrase ese fatídico 29 de octubre que era el gobernante más incompetente que hemos visto en tiempo es culpa de su total inutilidad. Que siga en un cargo que no debería ocupar y encima pretenda dar lecciones es atribuible a su partido y en última instancia a quien lidera el PP.
La oposición está para fiscalizar al Gobierno y obligarlo a rendir cuentas. Es su trabajo del mismo modo que el Ejecutivo debe dar todas las explicaciones y cumplir con la promesa de que se tomarán tantas medidas como sean necesarias para evitar que se pueda repetir un episodio como este. Ahora bien, una cosa es ejercer el papel de oposición y otra es hacerlo como lo hace el PP.
“Otra vez no ha querido asumir el mando”, afirmó Feijóo en referencia al Gobierno. ¿Otra vez? ¿Cuál fue la anterior? Tuvo el cuajo de decirlo el mismo día en que se cumplían seis meses de la DANA, seis meses después de que Mazón no reclamase el nivel 3 de emergencia. Eso es lo que dijo Feijóo, y encima desde Valencia, y esto es lo que reclamó Mazón también al día siguiente al apagón: “Esperamos explicaciones, saber qué ha ocurrido, por qué y sobre todo, si puede volver a ocurrir”. Sí, has leído bien, es Mazón reclamando explicaciones. Y las pidió tras difundir una fotografía en la que aparecía sentado en una especie de mesa camilla, una imagen que le dejaba una vez más en ridículo si se comparaba con las reuniones que otros presidentes improvisaron en sus comunidades para hacer frente a la situación provocada por el apagón.
Además del cinismo de Mazón, podría dedicar un boletín entero a todos los despropósitos que su compañero Miguel Tellado ha ido esparciendo esta semana en redes y entrevistas. Pero por el respeto que me merecéis los socios y socias de elDiario.es y que el portavoz no tiene por quienes le leen o le escuchan os las voy a evitar. Íñigo Sáenz de Ugarte le definió hace un tiempo en uno de sus excelentes artículos como “el leal escudero de Feijóo que se ocupa del trabajo sucio y de prender fuego a la política, y además le encanta”.
Por suerte la ciudadanía ha demostrado una vez más, y eso que en esta ocasión no era fácil, que es capaz de actuar con la sensatez y la solidaridad que falta en la mayoría de debates políticos. Estaría bien que empezasen a tomar ejemplo.