La jueza ratifica por el riesgo de fuga la prisión para la pareja que retenía desde 2021 a sus hijos en un chalé de Oviedo

La jueza ratifica por el riesgo de fuga la prisión para la pareja que retenía desde 2021 a sus hijos en un chalé de Oviedo

El matrimonio continará como preventivo en la cárcel de Asturias ante los indicios de una posible huida del país por carecer de arraigo en España y ante la necesidad de proteger a los niños y evitar una reiteración delictiva

Buscan a familiares del matrimonio que tenía retenidos y sin escolarizar desde 2021 a sus tres hijos menores en Oviedo

El matrimonio que desde 2021 mantenía retenidos a sus tres hijos -dos gemelos de ocho años y un niño de diez- en su domicilio en Toleo (Fitoria), en la zona rural ovetense, continuará ingresado en prisión provisional. Así lo ha acordado la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Oviedo al considerar que persiste el riesgo de fuga, al carecer de todo arraigo en España, y ante la necesidad de dar protección a las víctimas y evitar una reiteración delictiva.

El Tribunal Superior de Justicia de Justicia de Asturias (TSJA) ha confirmado este jueves que el Juzgado de Instrucción número 2 de Oviedo se ha hecho cargo del procedimiento, después de que el pasado martes recibiera la causa tras la inhibición del Juzgado de Instrucción número 3 de Oviedo. Éste último se había hecho cargo en un principio de la causa al estar de guardia el 30 de abril, cuando el matrimonio pasó a disposición judicial 24 horas después de la detención.

El mismo martes, la magistrada acordó la práctica de diligencias de instrucción y convocó a las partes a una comparecencia para resolver sobre la ratificación de la prisión provisional comunicada y sin fianza que había acordado el Juzgado de Instrucción número 3 el pasado 30 de abril.


El matrimonio permanece ingresado en el Centro Penitenciario de Asturias.

Videoconferencia desde la cárcel

La comparecencia se celebró ayer, en Oviedo. El matrimonio, que permanece ingresado en la Unidad Terapéutica y Educativa (UTE) del Centro Penitenciario de Asturias, asistió a la vista a través de una videoconferencia.

En la sala, además de la magistrada, se encontraban el fiscal, los dos letrados de la defensa y una traductora de alemán, idioma nativo del acusado Christian S., de 53 años. Su mujer, Melisa A.S, de 48 años, es norteamericana y tiene también la nacionalidad alemana.

La Fiscalía solicitó a la magistrada que ratificara la prisión provisional que había acordado previamente la guardia del juzgado número 3, así como que se mantuviera en este momento, y sin perjuicio de lo que resulte de las diligencias de instrucción que se practiquen, la calificación para ambos acusados de su presunta autoría en los delitos de abandono de menores, maltrato psicológico habitual así como un posible delito de detención ilegal.

La necesidad de proteger a los menores

La magistrada ha acordado seguir el criterio del Ministerio Fiscal, al entender que no se habían modificado las circunstancias que habían sido valoradas por el Juzgado de Instrucción número 3 para acordar el ingreso en prisión.

Por ello, ha dictado un auto donde ratifica la prisión provisional de ambos acusados al estimar que continúan vigentes los indicios que llevaron a su ingreso en la cárcel de Asturias por existir aún el riesgo de fuga, dado que ambos carecen de todo arraigo en España, además de la necesidad de protección de las víctimas y la de evitar una reiteración delictiva.

“A partir de este momento, el matrimonio queda como preso preventivo a disposición del Juzgado de Instrucción número 2 de Oviedo, donde proseguirá la Instruccion con la práctica de varias diligencias”, según ha confirmado el portavoz del TSJA.

Autoconfinados por temor al covid

La familia vivió en Alemania, país natal del marido, hasta 2021. A finales de ese año, el padre Christian S. alquiló a través de una agencia inmobiliaria un chalé en el pueblo de Toleo, en Fitoria, una tranquila zona rural de Oviedo, situada a la falda del Naranco y a menos de dos kilómetros del centro urbano.

Los cinco miembros de la familia se trasladaron a la vivienda y la vida de los tres niños cambió radicalmente. A partir de su desplazamiento a Asturias, el miedo a contraer el covid les aisló del mundo exterior. Uno de los datos que más llamó la atención de los investigadores fue la obsesión de la familia por llevar puestas hasta tres mascarillas para evitar contagios.

Ni los niños, ni la madre volvieron a pisar la calle. Solo el padre salía unos minutos a la puerta de entrada para recoger los pedidos de comida o la correspondencia. Christian S. trabajaba en Alemania dando clases de Filosofía y cuando llegó a Asturias teletrabaja como asesor de Recursos Humanos.

La estupefacción de los vecinos

Aunque los vecinos de las casas más cercanas e incluso las monjas del convento de las Carmelitas Descalzas, situado enfrente del domicilio de la familia, habían visto en alguna ocasión a los repartidores con paquetes voluminosos de comida, no llegaron nunca a sospechar que en ese chalé vivía una familia.

Solo la vecina del chalé más próximo al suyo había escuchado en alguna ocasión “voces de niños” y había visto cómo se movían las cortinas de una ventana cuando el padre salía a recoger los pedidos.

Esta vecina contactó con el Servicio de Familia e Infancia del Ayuntamiento de Oviedo, al que transmitió su preocupación por estos hechos. Su alerta activó toda la maquinaria policial y judicial.

La sorpresa de los niños al salir al exterior

La Concejalía de Seguridad Ciudadana puso el caso en conocimiento de la Fiscalía de Menores y la letrada del menor. La Policía Local vigiló la vivienda durante 14 días y el día 28 de abril, coincidiendo con la jornada del gran apagón que dejó a oscuras al país, se llevó a cabo la detención del matrimonio y la liberación de los menores.

La estupefacción de los vecinos fue generalizada cuando trascendió públicamente la noticia de que los agentes de la Policía Local de Oviedo habían accedido a la vivienda y detenido al matrimonio.

Entre tanto, la administración regional se hacía cargo de los tres hermanos que eran internados en un centro de menores. Previamente, fueron sometidos a un primer examen médico en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), donde se comprobó que físicamente “estaban bien”, según indicaron fuentes cercanas a la investigación.

Marino Guardado, que reside a escasos metros del chalé de la familia, era uno de los vecinos más sorprendidos. Lleva 23 años viviendo en Toleo y en los últimos cuatro años jamás vio, ni oyó nada. A continuación reproducimos sus declaraciones a elDiario.es Asturias.

Si la sorpresa de los vecinos fue mayúscula, no lo fue menos la de los niños quienes, según el relato de los mandos policiales que participaron en el operativo, respiraron profundamente al salir al exterior e incluso uno de ellos había mostrado su perplejidad al tocar la hierba del jardín de la vivienda “como si fuera la primera vez que lo hiciera”.

Las condiciones de insalubridad

Otro detalle que los mandos policiales aportaron en una multitudinaria rueda de prensa fue el relativo a las mascarillas. Aseguraron que el padre solo puso como condición a los agentes para que registraran la vivienda que ellos mismos se colocaran un cubrebocas.

Una fijación por evitar contagios de covid que contrastaba con las escasas condiciones higiénico-sanitarias en las que se encontraba el interior del chalé, con una ingente cantidad de basura y pañales sucios escondidos en armarios.

Los responsables del operativo policial llegaron a calificar la vivienda como “el chalé de los horrores”.

Con pañales y durmiendo en cunas

Los menores pese a haber superado los ocho años seguían llevando pañales. Los gemelos dormían en cunas y su hermano mayor en una cama pequeña. Aunque los menores estaban sin escolarizar, sus padres habían habilitado un aula en el domicilio familiar.

La investigación se centra ahora en la localización de familiares del matrimonio para ver si alguno de ellos pudiera cumplir las condiciones necesarias para hacerse cargo de los menores y no romper así el vínculo familiar.

Los tres niños se han adaptado “bien” a su nueva vida en el centro donde han empezado a interactuar con los trabajadores y la dirección. Poco a poco se van integrando. Aún están pendientes de ser sometidos a pruebas para conocer su estado psicológico.


Guillermo Peláez, portavoz del Gobierno del Principado de Asturias.

Búsqueda de familiares

El portavoz del Ejecutivo asturiano, Guillermo Peláez, adelantó el pasado 5 de mayo que la administración autonómica se personará en la causa que se sigue contra los padres al haber asumido provisionalmente la tutela y representación de los menores.

Peláez confirmó que la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar está tratando de contactar con familiares de los menores para “encontrarles la mejor situación posible” y que puedan desarrollar una “vida digna”.