La playa de Galicia que esconde una ermita medieval a la que solo se puede llegar con marea baja

La playa de Galicia que esconde una ermita medieval a la que solo se puede llegar con marea baja

Entre acantilados y rocas del litoral coruñés, una antigua construcción religiosa emerge al descender el nivel del mar, transformando el paisaje costero en un escenario de espiritualidad

Parece Costa Rica, pero está en Galicia: un paraíso natural con un salto de agua y senderos para desconectar en la naturaleza

En la costa norte de Galicia se oculta una joya histórica a la que solo se puede acceder en ciertos momentos. En el municipio de Valdoviño, A Coruña, la Ermida da Virxe do Porto se alza sobre un islote rocoso. Su ubicación no es accesible en todo momento, sino que solo se puede alcanzar a pie cuando la marea baja, desvelando un sendero que conecta la playa de A Frouxeira con la capilla, la cual permanece aislada durante la pleamar.

En medio del paisaje, rodeado por la fuerza del mar y las olas, esta ermita adquiere una aura de misterio y devoción. Cada día, el vaivén de las mareas cubre y descubre el camino que lleva a este santuario, un rincón donde lo natural y lo espiritual se encuentran. La singularidad de este acceso, que depende del ritmo de la marea, hace de la ermita un destino único para aquellos que buscan un lugar donde la historia, la tradición y el entorno natural se fusionan de forma perfecta.

La historia de la Ermida da Virxe do Porto está marcada por una tradición que remonta sus orígenes a tiempos medievales. La construcción de la capilla es una de las muchas historias que los habitantes de Meirás y la zona han transmitido a lo largo de los siglos.

Aunque los documentos históricos no revelan una fecha exacta de su fundación, se sabe que la ermita ha sido un símbolo de protección para los marineros y pescadores locales, quienes durante años han venerado a la Virgen que, según cuenta la leyenda, fue encontrada flotando en el mar.

Un lugar de culto entre las rocas y el mar

La ermita está emplazada sobre un pequeño islote rocoso, accesible solo cuando la marea baja. Este peculiar acceso, que varía a lo largo del día, requiere que los visitantes sincronicen sus visitas con las mareas, lo que le confiere un aire de exclusividad y misterio. El sendero que conduce a la capilla es sinuoso y rocoso, un camino que a menudo se convierte en una aventura. Durante la pleamar, el islote queda completamente aislado, lo que refuerza su carácter de refugio espiritual en medio de la naturaleza de la costa gallega.

La ermita es de pequeñas dimensiones, pero su simplicidad es parte de su encanto. En su interior, se conserva una imagen de la Virgen, conocida como Nosa Señora do Porto, que ha sido venerada durante generaciones. La devoción hacia la Virgen es uno de los pilares de la tradición local, que cada año reúne a numerosos fieles en la festividad de la Virgen del Mar, el 11 de julio.

Durante esta celebración, los devotos realizan una procesión hacia la ermita, cruzando la playa de A Frouxeira cuando la marea lo permite, para rendir homenaje a la imagen de la Virgen. Esta romería es un evento popular que refleja la estrecha relación entre la comunidad y el mar.

Un paraíso natural que acompaña a la ermita

El entorno que rodea la Ermida da Virxe do Porto es igualmente fascinante y digno de ser explorado. La playa de A Frouxeira, situada cerca de la ermita, es un espacio natural, conocido por su belleza natural y su tranquilidad. A menudo menos concurrida que otras playas cercanas, ofrece un refugio perfecto para quienes buscan disfrutar de la calma y la serenidad de la costa gallega.

A pocos kilómetros de la ermita se encuentra el Espacio Natural Laguna y Arenal de Valdoviño, una zona protegida que alberga una rica biodiversidad. Este humedal es un lugar privilegiado para la observación de aves y otros animales autóctonos, convirtiéndolo en un destino ideal para los amantes de la naturaleza y la fotografía. El contraste entre la vegetación, el agua y el mar crea un paisaje pintoresco que acompaña la presencia de la ermita, añadiendo una capa adicional de belleza al lugar.

El faro de Punta Frouxeira, también cercano, completa el escenario. Desde su mirador, se pueden ver la ermita y la playa en su totalidad, ofreciendo una de las mejores vistas panorámicas de la costa. Además, la estructura del faro, moderna y funcional, contrasta con la antigüedad de la ermita, ofreciendo un contraste visual interesante que refleja la coexistencia de lo antiguo y lo nuevo en esta parte de Galicia.