
El Supremo da la razón a ‘El Barrio’ en la guerra por las partituras de «Pa Madrid» y otros éxitos
El tribunal estima un recurso del artista gaditano y sentencia que la editorial musical con la que trabajó durante 15 años no cumplió sus compromisos a la hora de imprimir y distribuir partituras de algunas de sus canciones más conocidas como «Orgullo» o «Pa Madrid»
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El Tribunal Supremo ha dado la razón a José Luis Figuereo, cantautor gaditano conocido como ‘El Barrio’, en su guerra con la empresa que estuvo detrás de la edición y explotación de algunos de sus mayores éxitos. Los jueces entienden que Oripando Producciones incumplió varias veces el contrato que había firmado con el artista: poniendo a la venta menos partituras de los que habían pactado o distribuyendo menos de las establecidas en el trato. Los jueces reconocen que ‘El Barrio’ no sufrió grandes pérdidas económicas por estos incumplimientos, pero reconoce que “desde el punto de vista jurídico la vulneración contractual ha sido sustancial”.
Figuereo lanzó su carrera en solitario en 1996, bajo el pseudónimo de ‘El Barrio’ y mezclando pop y flamenco y llegando a obtener varios discos de oro y platino, convirtiéndose en un artista reconocido a nivel nacional. El año de su debut como ‘El Barrio’ firmó un contrato con la editora Oripando, el primero de 20 tratos con la firma para editar algunos de los grandes éxitos de su carrera: “Orgullo”, “Pa Madrid”, “Ángel malherido”, “Quiéreme” o “Ábreme la puerta”. El contrato incluía ceder los derechos de explotación de las canciones a cambio de repartir un porcentaje por las ventas de discos.
La relación entre editora y artista se truncó cuando ‘El Barrio’ llevó a la editora de sus grandes éxitos a los tribunales de Sevilla, denunciando que había incurrido hasta en diez incumplimientos de contrato. Un juzgado dio la razón parcialmente al artista: la empresa, efectivamente, había incurrido en dos de las diez faltas denunciadas. No había cumplido en cuanto a las tiradas de partituras pactadas para poner a la venta, y tampoco había distribuido en plazo los ejemplares de las partituras que habían acordado. El cantautor llevó el caso hasta el Supremo cuando la Audiencia de Sevilla dio la razón a la empresa.
El Supremo recuerda cuál es el trabajo de un editor musical: el autor le ceden los derechos de reproducción y distribución que el editor se compromete a cumplir. Y esta empresa, dicen los jueces, incumplió dos puntos del contrato. El primero tiene que ver con que no puso a la venta o en circulación suficientes partituras de sus canciones. Los jueces de Sevilla habían alegado que no hay pruebas de que exista “un mercado de partituras”, pero el Supremo contesta que era algo que estaba en el contrato y que no se cumplió. La empresa editoria solo difundió las mínimas y necesarias para depositarlas en la SGAE.
También concluyen que la empresa editora no llevó el control exigido sobre las tiradas de partituras de ‘El Barrio’: la cantidad que salen al mercado. “El autor tiene interés legítimo en conocer la tirada realizada para comprobar si se ha llevado a cabo esa distribución de ejemplares de la obra en cantidad suficiente”, explica el Supremo. No es lo mismo para el artista, explica la Sala, que los ingresos caigan por falta de demanda en el mercado o porque “el editor musical no ha procedido a imprimir ejemplares y a distribuirlos”.
Los jueces explican que no saben cuál fue la afectación económica que todo esto tuvo para ‘El Barrio’: “Puede presumirse que no ha sido excesiva”. Pero añaden que “desde el punto de vista jurídico la vulneración contractual ha sido sustancial, y este aspecto es un factor igualmente relevante”.