
La Universitat de Barcelona suspende 18 meses a un profesor por mantener relaciones con una alumna
El centro considera que el docente, que fue absuelto por la justicia en dos ocasiones por este caso, se aprovechó de su condición de funcionario público para «obtener un beneficio indebido»
Hemeroteca – “Hoy he vuelto a soñar contigo, nos lo pasábamos muy bien”: los mensajes del exvicerrector de la UB a una alumna
La Universitat de Barcelona (UB) ha suspendido durante 18 meses de funciones y sueldo a un profesor de literatura por haber mantenido relaciones con al menos una de sus alumnas, entre otros hechos. En una resolución firmada por el rector, el centro le atribuye una “falta muy grave” por haberse aprovechado de su condición de profesor para “obtener un beneficio indebido”, según han informado a este periódico fuentes conocedoras del caso.
El profesor lleva suspendido de forma cautelar desde septiembre de 2023, después de que la alumna presentara una denuncia por acoso sexual ante la Unidad de Igualdad de la UB. Paralelamente, la estudiante acudió a los Mossos y a la justicia, que desestimó hasta en dos ocasiones el caso al considerar que se trató de una relación consentida.
El último archivo se dictó el pasado marzo, cuando la Audiencia Provincial de Barcelona señaló en un auto, al que tuvo acceso elDiario.es, que en ninguno de los encuentros hubo “falta de consentimiento” ni el uso de “violencia, intimidación o abuso de una situación de superioridad o de vulnerabilidad” respecto a la denunciante.
El auto de la Audiencia, con todo, mantenía la puerta abierta a una sanción administrativa al recordar que los “criterios sobre la existencia de situaciones de acoso sexual” que puedan recoger los protocolos en empresas, centros docentes o administraciones “no tienen porqué ser coincidentes con los que informan la jurisdicción penal”.
Tras el revés judicial, la alumna denunció su caso con un comunicado publicado en redes sociales. “Quiero denunciar acercamientos, comentarios fuera de tono, insinuaciones, acoso y tocamientos en su despacho”, escribió la alumna. “Insistencias de demandas sexuales y diversas intimidaciones hasta el punto de obligarme, (cerrando las ventanas y la puerta con llave y asegurándose de que no había nadie cerca) a tener sexo en tres ocasiones distintas”, aseguró.
El docente respondió con otro comunicado en el que aseguraba ser víctima de una “persecución” y una “campaña de desprestigio, calúmnias, insultos y amenazas” que le hacían sentir “impotencia e indefensión” ya que se le acusaba de unos delitos que según la justicia no había cometido.
Tras la presentación de la denuncia interna a la UB, hubo siete alumnas más que también se sumaron al procedimiento y señalaron haber sufrido hechos similares. Dos de estas presuntas víctimas no pudieron formar parte del proceso porque los hechos ya habían prescrito, aseguran las mismas fuentes.
Tras 10 meses de instrucción en las que se han analizado mensajes, correos y el relato de más de 15 testimonios (10 de ellos aportados por parte del profesor sancionado), la universidad ha considerado que el profesor cometió la mencionada falta muy grave y así lo ha considerado en la resolución que ha firmado el rector, Joan Guàrdia, entregada la semana pasada y que todavía es recurrible por parte del profesor.
Las fuentes consultadas señalan que el cambio en el código ético que implementó la universidad el pasado marzo, cuando pasó a considerar “mala praxis” las relaciones sexoafectivas entre profesores y alumnos, ha facilitado la adopción de una medida de este calado.
El cambio en el código ético llegó pocos meses después de que elDiario.es revelara en una investigación los mensajes que el entonces vicerrector del centro, Jordi Matas, mandó a una alumna a la que le iba a tutorizar el trabajo de final de grado, años antes de acceder al cargo de vicerrector. Matas dimitió de su puesto al cabo de pocos días de la publicación del reportaje para “poder emprender sin limitaciones institucionales” acciones legales contra elDiario.es.