
Una jueza de Barcelona imputa a cinco directivos de la empresa que modera los contenidos de Tiktok
La magistrada admite la querella de una trabajadora contra la firma Majorel SP Solutions por daños psicológicos al revisar vídeos
Una trabajadora de la empresa que modera vídeos de Tiktok se querella por daños psicológicos
Una jueza de Barcelona ha imputado a cinco directivos de la empresa Majorel SP Solutions, encargada de vigilar los contenidos de TikTok, por delitos relacionados con los daños psicológicos y el sufrimiento que padece una moderadora de la red social fruto del contenido violento al que está expuesta en su trabajo.
Tal y como ha adelantado El Periódico y ha confirmado a elDiario.es el abogado de la denunciante, Francesc Feliu, la querella sobre los contenidos violentos de TikTok –hay otras causas abiertas en Barcelona sobre los efectos de los contenidos violentos en los trabajadores de Facebook–, ha sido admitida a trámite por la titular del juzgado de instrucción 9 de Barcelona.
Los directivos de la empresa de moderación declararán en septiembre, mientras que antes del verano la magistrada podrá escuchar el testimonio de la mujer, que debido a su trabajo estuvo expuesta a miles de videos violentos.
En su escrito de denuncia, la empleada acusaba a la empresa de someter a la plantilla a condiciones laborales “absolutamente inhumanas” y aseguraba que los directivos saben “perfectamente” que los moderadores están sometidos a riesgos para la salud mental debido a la cantidad y tipo de vídeos qe deben supervisar. En total, entre 800 y 1.200 vídeos al día.
Antes de la querella, la Inspección de Trabajo ya propuso una sanción de 15.000 euros a Majorel por incumplir la normativa en materia de prevención de riesgos. Según la inspección, en esa división de la empresa –en la que trabajan unas 650 personas–, las medidas para amortiguar la exposición a esos vídeos eran insuficientes.
Entre otros razonamientos, la querellante, que comenzó a trabajar en Majorel en 2019, exponía en el escrito de denuncia que debía revisar vídeos reportados por tener un “nivel de violencia extremo” y que para ello no había recibido ninguna formación previa ni advertimiendo sobre los daños psíquicos que podían provocar. Según explica, la empresa lo “minimizaba” tanto en las entrevistas de trabajo como en las preparaciones posteriores.