Ni transgénica, ni insegura, ni afecta a la fertilidad: lo que sabemos hoy sobre la soja
Desde la relación con la soja y el hipotiroidismo, a sus supuestas proteínas de baja calidad o su origen transgénico, las falsas creencias sobre la soja son fácilmente rebatibles
La soja es una planta leguminosa originaria de Asia que lleva usándose en la alimentación —especialmente en China— desde hace milenios. Actualmente, se ha extendido por todo el mundo como prueba el hecho de que su producción anual está cerca de las 400 millones de toneladas y sus mayores productores se encuentran en América latina. Sin embargo, su presencia en las cocinas españolas es aún minoritaria y se reduce a algunos pocos platos. Eso sí, prácticamente desde que la soja entró en los mercados españoles han corrido innumerables mitos sobre ella que se repiten cíclicamente. Por eso, en esta ocasión, vamos a buscar las falsas creencias más habituales sobre la soja y desmontarlas de una vez por todas.
Mito 1: La soja transgénica
Es posiblemente uno de los mitos más extendidos y de los primeros que apareció, el de que la soja que se consume es transgénica y eso es un peligro para la salud. “No me suelo fiar de la soja porque hay muchas posibilidades de que sea transgénica así que busco otras opciones más seguras”, asegura Susana Riaza, de 51 años. Lo cierto es que ni en Europa ni en España se puede cultivar soja transgénica además de que, según la legislación comunitaria, es obligatorio que si un alimento está modificado genéticamente esto se encuentre especificado en la etiqueta de manera clara. Además, existen productos como las bebidas de Soja Superior de Vivesoy que solo emplean soja 100% cultivada en España y certificada como no transgénica.
Mito 2: La soja y el hipotiroidismo
Otro de los mitos habituales sobre este cultivo es que su consumo aumenta el riesgo de hipotiroidismo. Sin embargo, lo único que deben tener en cuenta quienes tengan la función tiroidea alterada es consumir la soja o los productos que la contengan dejando pasar un tiempo prudencial desde la ingesta de la medicación. Algo a lo que ya están acostumbrados quienes sufren de hipotiroidismo que ya saben que deben tomar su medicación en ayunas. Y por supuesto, quienes no sufren de ningún problema de tiroides, no corren ningún riesgo en consumirla.
Granos de soja
Mito 3: La soja causa inflamación
Este mito en realidad tiene dos variantes. “Yo la evito porque me sienta fatal, me inflama, me produce gases… Intento no tomar este tipo de legumbres si no es estrictamente necesario”, señala Marta Sáez, de 29 años. Lo cierto es que la soja, precisamente al ser una legumbre puede provocar un ligero y puntual aumento de la producción de gases, algo completamente normal, pero no es inflamatoria, más bien lo contrario, debido a su contenido en fibra, grasas insaturadas y fitonutrientes. Según la Diet Review de Harvard, una dieta anti-inflamatoria debe incluir, entre otros , alimentos ricos en fibra como legumbres o cereales integrales integrales.
Mito 4: La soja afecta a la fertilidad y es perjudicial para los hombres
“Yo siempre he oído que la soja tiene algo que es similar a los estrógenos y que no es bueno que los hombres la tomemos”, apunta Ramiro Martín, de 63 años. A lo que se refiere es a las isoflavonas, un componente de la soja que se ha venido a llamar un ‘estrógeno vegetal suave’. Esto hace que, en el caso de las mujeres, pueda resultar positivo durante la menopausia pero, como indica el estudio Neither soyfoods nor isoflavones warrant classification as endocrine disruptors: a technical review of the observational and clinical data, no tienen capacidad de unirse a los receptores de estrógenos en mujeres fértiles con producción de estrógenos naturales por lo que no afectan al ciclo femenino ni a la fertilidad. Y, en el caso de los hombres, diversos metaanálisis han analizado su efecto y no han encontrado relación entre el consumo de isoflavonas de soja y los niveles hormonales en los hombres, ya que no presentan receptores hormonales adecuados para ser estimulados por estas.
Mito 5: Las proteínas de la soja son de baja calidad
En un momento en el que las proteínas se encuentran en un lugar preeminente en las dietas, la calidad de estas se mira con lupa. Según el informe Legumbres, Nutrición y Salud de la Fundación Española de la Nutrición (FEN), la soja constituye una importante fuente de proteína de origen vegetal que además aporta un perfil de grasas vegetales adecuado. Además, en comparación con el resto de las legumbres, la soja aporta mayor cantidad de minerales como calcio, hierro, magnesio o zinc y su contenido en calcio, junto con el hecho de que este calcio se absorbe eficientemente, la hace muy interesante.
Por eso, las bebidas de soja de Vivesoy, con un porcentaje de soja que asciende al 14%, son una magnífica opción ya que están enriquecidas con los aminoácidos esenciales que son deficitarios o limitantes en la soja para una proteína completa además de con calcio, vitaminas D y B12 y fibra. Un vaso de 250 ml aporta el 37% de los valores de referencia de calcio, el 56% de los valores recomendados de vitamina D, el 19% de vitamina B12 tiene un alto contenido de proteínas y es fuente de fibra.
Soja superior de Vivesoy