
La educación pública y la minería ponen en aprietos al PSOE en Asturias con dos dimisiones en un mes y medio
El Gobierno de Adrián Barbón, en coalición con Izquierda Unida, ha sufrido las bajas de las consejeras de Transición Ecológica e Industria y Educación por su cuestionada gestión en asuntos clave en la agenda progresista asturiana
Una gran manifestación exige al Gobierno de Asturias inversión en la educación pública un día antes de la huelga
“No están siendo días fáciles para nadie”. Así admitía el presidente del Gobierno del Principado de Asturias, el socialista Adrián Barbón, la crisis en la que se encuentra su ejecutivo, en coalición con IU-Convocatoria por Asturias, tras la dimisión de la consejera de Educación, Lydia Espina, incapaz de arreglar un conflicto en la educación pública que ha acabado derivando en una huelga indefinida.
Y Espina es la segunda dimisión de una consejera que tiene el ala socialista del gobierno asturiano en menos de mes y medio, tras la renuncia de la consejera de Industria, Belarmina Díaz, a mediados del pasado abril, motivada por el accidente minero del 31 de marzo en Zarréu que dejó cinco fallecidos y varios heridos. La minería y la educación pública, dos de los estandartes históricos del PSOE asturiano, le han acabado estallando a Adrián Barbón y dejándolo en un momento de máxima debilidad.
Belarmina Díaz duró poco más de dos meses en el cargo, ya que había sido nombrada consejera en febrero de este 2025 en un movimiento del presidente Barbón que situó a Nieves Roqueñí, hasta entonces consejera, al frente de la Autoridad Portuaria de Gijón. Era el segundo cambio del gobierno en esta legislatura, ya que un año antes cambió a la consejera de Derechos Sociales, Melania Álvarez, que pasó a ser senadora autonómica y la sustituyó por Marta del Arco. Cuatro consejeras del PSOE en apenas dos años de legislatura han dejado el Gobierno.
La reacción de Barbón a las dos dimisiones han sido mensajes en las redes sociales y videos enlatados en las que ha valorado las renuncias, agradeciéndoles su trabajo, y mostrando su plena disposición a solucionar ambos asuntos. Pero sin la posibilidad de preguntas de los periodistas. Además, ha pedido unos días para nombrar nueva consejera de Educación, “porque ahora es el momento de desatascar la negociación y buscar puntos de encuentro”. En el caso de la consejería de Transición Ecológica, Industria y Comercio, optó por hacerla desaparecer con la dimisión de su responsable y dividió sus funciones entre sus dos consejeros de confianza, el de Hacienda Guillermo Pélaez, y el de Ciencia Borja Sánchez. La ‘Transición Ecológica’, uno de los emblemas del actual PSOE y más en una comunidad minera como Asturias, ha desaparecido de la primera línea del Gobierno del Principado.
Manifestación en Oviedo el pasado domingo convocada por los sindicatos educativos
Fuentes de la parte socialista del Gobierno reconocen la situación de desgaste que acumula el Ejecutivo de coalición que logró repetir Barbón tras las elecciones autonómicas del 2023, que arrasaron buena parte del poder socialista en España y quedando como uno de los pocos barones con poder junto al manchego Emiliano García Page y la navarra María Chivite. Con cierta resignación señalan que al menos en Asturias “se sabe conjugar el verbo dimitir” y piden espacio para gestionar asuntos delicados, reconociendo que se han podido cometer algunos errores en la gestión y comunicación.
El conflicto educativo lleva tiempo larvándose y la decisión de la consejería de Educación de eliminar la reducción de jornada en los meses de junio y septiembre terminó de elevar el conflicto con el profesorado, que lleva años quejándose de diferencias salariales con otras comunidades y falta de personal en áreas críticas como las de apoyo educativo y exceso de carga burocrática. Tras las primeras movilizaciones con una jornada de huelga con un gran seguimiento, Barbón intentó rebajar la tensión anunciado que se mantendría la jornada reducida en junio y septiembre, pero eso solo sirvió para dejar a la consejera en una posición negociadora complicada y los sindicatos apretaron con una masiva manifestación el pasado domingo en Oviedo. Además, convocaron también jornadas de huelga en los centros de 0 a 3 años, que afecta al proyecto estrella del presidente Barbón de extender por toda la Comunidad y hacer gratuita esta educación, conocido como ‘Les Escuelines’.
Su socio de gobierno, el consejero y líder de IU en Asturias Ovidio Zapico, hizo un llamamiento al diálogo pero respaldó la manifestación del pasado domingo. El lunes se inició la huelga indefinida y ese mismo día se suspendió el Consejo de Gobierno porque Lydia Espina dejaba el cargo. Y dos de las personas de confianza de Barbón, la vicepresidenta Gimena Llamedo y el consejero de Hacienda, y por tanto del dinero, Guillermo Peláez, han asumido las negociaciones aunque algunos sindicatos han pedido que sea el propio presidente de Asturias el que lo haga. Este martes, segunda jornada de huelga indefinida y con la PAU en marcha, los sindicatos han ido un paso más allá y se han encerrado en la consejería de Hacienda, una de las históricas medidas de presión del movimiento minero.
La Consellería de Eduación, Lydia Espina (i) en una reunión con los sindicatos convocantes de las huelgas de la enseñanza pública
La minería, una comisión de investigación de un año
Además de la dimisión de la consejera de Industria, Barbón prometió una inspección interna al Servicio de Minas y colocó como director general al hasta ese momento responsable de Formación Profesional, Javier Cueli. Todo en un contexto en el que además la Junta General del Principado, el parlamento asturiano, ha iniciado los trabajos de una comisión de investigación forzada por la oposición, que acabó colocando a la exPodemos Covadonga Tomé como presidenta y árbitro de la misma en una negociación entre las fuerzas de izquierdas. De momento la comisión parlamentaria ha comenzado fijando un año de trabajo y fuertes acusaciones cruzadas entre la derecha y la izquierda por su posible uso político, además de un notable secretismo en sus actuaciones.
La investigación y las informaciones periodísticas han apuntado a que, como mínimo, la actuación del Servicio de Minas, y por tanto de ‘Mini’ ya que ocupó el cargo de directora general de Minas desde 2017 hasta febrero de 2025, fue insuficiente para detectar la actividad ilegal en la mina y ponerle coto.
Así las cosas, hay cuatro investigaciones sobre lo que pasó en una mina de la que en teoría no se podía sacar carbón y en un momento en que nadie esperaba muertos tras el cierre casi total de la actividad en 2018. La judicial, la del parlamento asturiano, la interna al servicio de minas y la administrativa de la Comisión de Seguridad Minera, que ha constituido además otro comité específico sobre el accidente de Zarreú.
Belarmina Díaz, consejera dimisonaria de Transición Ecológica, Industria y Comercio
La última reunión de la Comisión de Seguridad Minera fue el pasado 14 de abril, ya que la siguiente se programó para el día del apagón, el 28 de abril, y no se pudo celebrar por motivos obvios. Como la consejería de Transición Ecológica e Industria fue desmantelada de arriba a abajo hay que nombrar de nuevo a los vocales representantes del Principado, algo pendiente y que impide que se convoque una nueva reunión, señalan fuentes oficiales.
Derivado del accidente de Zarréu se encuentra otro conflicto laboral, el de la suspensión de actividad de otra empresa minera TYC Narcea. Esta sociedad ha visto como se suspendía su permiso minero en la mina de Vega de Rengos y ha llevado a su plantilla de 70 trabajadores a un ERTE. La empresa apunta a “motivos políticos” y exige poder volver al tajo, con apoyo del ayuntamiento de Cangas de Narcea, y sus trabajadores han realizado protestas para poder volver a trabajar.
En la situación de crisis en el Gobierno de Asturias queda por ver cómo afecta a las relaciones entre las dos formaciones que la componen, el PSOE que lidera Barbón, y la coalición Convocatoria por Asturias que lidera el consejero de IU Ovidio Zapico. En materia minera IU salió al rescate del PSOE en el parlamento para controlar la comisión, pero en materia educativa se han situado de perfil en una posición intermedia que en la parte socialista ha escocido. Y todo cuando se cumplen dos años de gobierno de coalición progresista y en un momento en el que la derecha asturiana cree que tiene a tiro alcanzar el poder en 2027. El PP se ha puesto las pilas y ha dejado abierto el camino a una fórmula conjunta en las elecciones con su escisión de Foro Asturias para intentar ser el partido más votado. En 2023 la izquierda gobernó por la mínima y parece que el camino a la vuelta de la derecha al poder en el Principado está más abierto que nunca.