
El reto de evitar «un verano en el micropiso»: familias contra Almeida por la falta de plazas en campamentos
Madres y padres denuncian que «conciliar se hace muy difícil» por la escasez de oferta e información que ofrece el Ayuntamiento de Madrid desde los distritos y a través del área de Políticas Sociales. En Arganzuela, la cobertura alcanza solo en torno al 5% de los niños y niñas matriculados el próximo curso
Ocio de verano, un derecho de los niños al que no todos tienen acceso
Vuelve el verano y, con ello, las dificultades para conciliar las vacaciones de los peques de la casa con las responsabilidades laborales que todavía mantienen sus progenitores. Para atajar esta situación, como parte de sus planes para el fomento de la natalidad, el Ayuntamiento de Madrid dispone plazas de campamento en algunas de las instalaciones que dependen de él. Una oferta que para muchas familias resulta, sin embargo, insuficiente. Que les aboga a echar mano de centros privados o, en caso de esas que no se los pueden permitir, a tirar de los abuelos o de malabares con el trabajo.
Luciana vive en el distrito de Ciudad Lineal y tiene dos hijos de 3 años y 1 año. El primero de ellos va a un cole que no ofrece plazas de campamentos de verano. “No sé de qué o de quién depende pero es así”, lamenta. Por si fuera poco, el mayor no cumple los 4 años hasta septiembre, así que se queda fuera del nuevo proyecto Conciliamos con el Deporte, que pone a disposición plazas en polideportivos municipales.
Su tercera opción fue intentarlo con otro colegio público del distrito, pero les fue imposible optar a ello ya que prioriza las solicitudes llegadas desde el barrio al que pertenece el centro. “Está a una calle de nuestra casa, pero administrativamente es otro barrio y eso nos perjudica. No tiene ningún sentido porque en el nuestro ningún centro saca campamentos. Es un agravio y un desajuste en la administración. Los sorteos de plazas no tienen en cuenta zona, renta, ni número de hermanos”, critica Luciana.
Finalmente apuntarán a su hijo mayor a un campamento privado, por el que abonarán 100 euros semanales (y eso que no han incluido el comedor). “Mi marido está en excedencia cuidando de la pequeña y conciliar se hace muy difícil. Además, no queremos que su hermano pase el verano en un micropiso, está mucho mejor allí socializando. He sido monitora y sé que lo disfrutan”, explica Luciana.
Desde el área de Familias, Igualdad y Políticas Sociales defienden sus actuaciones: “Nuestra oferta para el periodo no lectivo de verano se ha incrementado este año un 14% con respecto a 2024. Las plazas han aumentado de 14.875 a 16.975 gracias a la incorporación de 2.100 en la nueva modalidad de campamentos deportivos deportivos que se desarrollará la primera semana de septiembre”.
Señalan que el año pasado “la ocupación media de los campamentos fue del 96% y, de hecho, en la modalidad con el mayor número de plazas, las 13.800 de Madridcamp, se cubrieron el 90%”. Por tanto, argumentan, “la oferta se ajustó perfectamente a la demanda”. Matizan para finalizar que “este año, por primera vez, se ponen a su disposición plazas la primera semana de septiembre, una fecha clave porque muchos progenitores retoman el trabajo tras las vacaciones, pero el curso escolar aún no ha empezado”.
El caso de Arganzuela: entre un 5 y un 6% de oferta cubierta
Familias consultadas por este periódico exponen en contraste la situación tomando como ejemplo el distrito de Arganzuela, al sur de la ciudad. Para el curso escolar 2025-26 se han abierto 5.798 plazas de matriculación en sus nueve colegios públicos de enseñanza infantil y primaria. Comparar estas cifras con las de los campamentos veraniegos en los propios centros, una oferta que depende de la Junta Municipal del distrito, evidencia el desajuste: 150 plazas en junio (2,58% de las plazas públicas de infantil y primaria), 240 en julio (4,13%) y 180 en agosto y septiembre (3,10%).
A ello hay que añadir, eso sí, los campamentos en el resto de acciones municipales del ámbito (las dependientes del área de Familias y Políticas Sociales del Consistorio). Se trata de la iniciativa Madridcap (los antiguos centros abiertos de inglés), los centros abiertos para menores y jóvenes con necesidades especiales, el Centro de Vacaciones Nuestra Señora de la Paloma de Cercedilla y Conciliamos con el Deporte.
La primera de ellas es la única con oferta y datos concretos en el distrito, aportando 220 plazas en junio, 200 en julio y apenas 75 en agosto y septiembre. Los porcentajes de atención sobre el total del alumnado matriculado en las dos medidas con datos específicos se moverían pues entre el 5 y el 6%. “Son escasos comparando con los alumnos y alumnas de estas etapas educativas”, opina un padre del barrio de Delicias que prefiere no dar su nombre.
Mi marido está en excedencia cuidando de la pequeña y conciliar se hace muy difícil. Además, no queremos que su hermano pase el verano en un micropiso, está mucho mejor allí socializando. He sido monitora y sé que lo disfrutan
Familias de la zona llegaron a enviar en mayo una solicitud a la Junta Municipal, exigiendo en ella la ampliación del número de plazas de campamentos urbanos municipales en Arganzuela. José Herrera de La Morena, coordinador del Distrito, respondió con un informe cuyo contenido ha podido consultar Somos Madrid. En él, especifica que recibieron “un total de 2.394 solicitudes”.
“A las 1.170 plazas ofertadas por nuestro Departamento de Educación, hemos añadido otras 60 plazas ofertadas por nuestro Departamento de Servicios Sociales dirigidas a adolescentes con familias en situación de vulnerabilidad social”, añade, por lo que un 50% de las solicitudes recibidas en Arganzuela no quedarían cubiertas con las plazas habilitadas desde el distrito.
Herrera de la Morena lista asimismo el resto de proyectos de campamentos urbanos municipales antes citados, cifrando en 16.515 plazas para toda la ciudad las que dispone el área de Familias. Si esta cantidad se divide entre los 21 distritos, suponiendo una distribución homogénea de las plazas, resultaría en 786 en cada uno. Unidas a las 1.230 desde Arganzuela, las plazas totales alcanzan las 2.000. Pero incluso asumiendo los números del Gobierno municipal, no se cubren las 2.394 solicitudes recibidas solo en el distrito (y eso que en estas no se incluyen las dirigidas a los proyectos que saca el área de Familias).
Falta de información y de coordinación
“Deberían dar la información de los otros campamentos en el mail que envían desde los coles. Los plazos para apuntarse a esas pocas plazas que incluyen fueron muy ajustados”, denuncian padres en un chat de mensajería remitido a este medio. “Hola, ¿podrías incluir que en los distritos de Latina y Carabanchel ni siquiera se han creado campamentos desde las Juntas de distrito?”, indica otro.
Elena es madre de tres niños de 7, 4 y 1 años. Busca algún campamento cerca de la escuela infantil a la que llevan a la pequeña en Ciudad Lineal. Arremete de entrada contra “las poquísimas plazas para gente que lo necesita en agosto, el único campamento del distrito que da algo está a una hora de transporte público”. Afirma que “hace dos años todo estaba igual y a nadie le interesa cambiar las cosas”. También cuestiona la promoción de las nuevas campañas municipales: “Lo de los polideportivos solo lo han anunciado con un cartel en un corcho”. Esta madre también recurrirá finalmente a plazas privadas, para las cuales abonará 150 euros a la semana.
Cuenta Elena a este medio que finalmente tendrán que turnarse durante dos semanas de julio para trabajar a medio gas, ya que tanto ella como su pareja son autónomos. “Luego tiras de asociaciones de vecinos, o de concertados. Las familias se apañan cómo pueden y a las administraciones no les importa”, sentencia.
Pablo, de Moratalaz, relata que por su situación laboral y personal este verano no tendrá vacaciones: “Dispongo de jornada reducida, acabo a las 15.00, pero no tengo días laborales para poder estar con mi hijo. Mi pareja trabaja desde casa y, al no estar yo, se tiene que ocupar ella sola. Pero es ilustradora, y si no trabaja determinadas horas pierde pasta. En Madrid además julio y agosto es imposible sacar al niño a la calle, como no vayas al norte no sales de casa con el calor. Esto tiene que ver con cómo está construida la ciudad y sus instalaciones, unos factores que hacen estos campamentos todavía más importantes”.
Asegura Pablo que “las administraciones no están coordinadas, algo que se ve también en las becas de guarderías porque las ayudas del Ayuntamiento y de la Comunidad de Madrid se resuelven después de los plazos de las privadas, así que acaba pagando un depósito que no te devuelven”.
Las plazas en campamentos, “una carrera de obstáculos” según Más Madrid
La portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento, Rita Maestre, critica en declaraciones a este periódico la oferta dispuesta por el Ejecutivo de José Luis Martínez-Almeida: “Las vacaciones escolares son once semanas que se convierten en un infierno para las familias trabajadoras. Almeida ha convertido el verano en una pesadilla logística y económica para cientos de miles de familias, forzándolas a gestionar quincena por quincena como si fueran malabaristas”.
“Las cifras hablan por sí mismas: presumen de 10.684 plazas para la primera quincena de julio cuando en Madrid hay 400.757 niños y niñas de entre 3 y 16 años. Esto supone que solo el 2,7% de los niños tiene plaza garantizada en los campamentos urbanos públicos en esta quincena, la más demandada y en la que muchas familias todavía trabajan. Y en la primera semana de septiembre la oferta representa el 1% de la demanda real, con 3.245 plazas para toda la ciudad, cifra de la que se atreven a sacar pecho”, expone la líder de la oposición en Cibeles.
“Conseguir una plaza de campamento se ha convertido en una carrera de obstáculos: las familias compiten en procesos que se agotan en 5 minutos, como si fueran conciertos de Bad Bunny, se comunican los resultados de las plazas gratuitas cuando muchas familias ya han buscado alternativas de pago y han tenido que reservar plazas… Los procesos son una pesadilla. Por no hablar del colapso económico que supone para las familias que, sin alternativas públicas, se ven obligadas a recurrir soluciones privadas que cuestan hasta 200 euros por semana y niño”, remata la concejala.