
Una investigación concluye que miles de bebés fueron robados para su adopción en Suecia y el Estado no hizo nada
La investigación de la comisión independiente acusa al Estado sueco de “violar los derechos humanos” por una práctica que se extendió durante décadas e insta al país nórdico a prohibir las adopciones internacionales
Juana Raquel Orias Blanco dio a luz a su primera hija en el hospital de la ciudad de Temuco (Chile). Tardó 40 años en saber que su bebé fue dado en adopción inmediatamente tras nacer. Dos días después del nacimiento, la comadrona le aseguró que la criatura había muerto, pero Juana nunca llegó a ver el cuerpo de su hija, que fue adoptada por una familia en Suecia.
Su caso forma parte de los miles de niños que durante cuatro décadas (desde 1970 hasta los años 2000) fueron sacados de forma ilegal de sus países de origen (la mayoría desde Corea del Sur, Colombia, China, Chile o Sri Lanka) para ser dados en adopción a familias del país nórdico. Ahora, un informe encargado por el Gobierno sueco a una comisión independiente ha concluido que centenares de niños fueron adoptados en Suecia desde países extranjeros sin el consentimiento de los padres o sin que fueran informados, mientras que en otros miles de casos las adopciones se produjeron con documentos falsos que escondían la identidad de los progenitores.
La investigación de la comisión recoge en un informe de 1.600 páginas, entregado al ministerio de Asuntos Sociales, cómo algunos niños fueron declarados muertos de manera falsa. En otros casos, los bebés fueron dados en adopción por personas que no eran sus padres, o por padres que no comprendían el significado de consentir un proceso de adopción internacional, según relata el informe.
Además, la investigación también concluye que el Gobierno sueco y el actual primer ministro Ulf Kristersson, ya tenían constancia de las irregularidades en las adopciones internacionales hace 20 años y, sin embargo, no hicieron nada: “Los actores suecos implicados en las adopciones no actuaron con la suficiente firmeza cuando se detectaron irregularidades”, concluyó la relatora especial de la comisión que ha investigado los hechos durante cuatro años, Anna Singer.
Delante de estas revelaciones, Singer ha acusado al Estado sueco de “violaciones de los derechos humanos” citando casos de tráficos de niños, por lo que ha pedido al Gobierno que prohíba desde ahora las adopciones internacionales y que se disculpe de forma oficial ante las familias afectadas.
La comisión de investigación también ha recomendado al Estado sueco la creación de un centro de investigación nacional para personas adoptadas y una ayuda gubernamental de 1.400 euros para las personas adoptadas que quieran viajar a sus países de origen. Desde el ministerio de Asuntos Sociales, la ministra Camilla Waltersson Grönvall calificó las conclusiones de la investigación como “terribles” y señaló que ahora tienen que revisar el informe con detenimiento antes de tomar decisiones.
Responsabilidad del primer ministro
La investigación sobre las adopciones internacionales se remonta al año 2021, cuando el Gobierno estableció la comisión tras una serie de artículos publicados por el periódico Dagens Nyheter que expusieron a la luz pública las irregularidades sistemáticas en los procesos de adopción. Los reportajes fueron escritos por el periodista Patrik Lundberg, nacido en Corea del Sur, quién descubrió él mismo, cuando tenía 24 años, que sus padres no habían dado el consentimiento en su adopción.
Décadas antes, algunas organizaciones de adopción en Suecia ya habían alertado de las numerosas irregularidades en los procesos de adopción, pero las acusaciones siempre fueron ignoradas por las autoridades.
El periódico sueco también expuso en el año 2022 que el actual primer ministro, Ulf Kristersson, tuvo constancia de las irregularidades y las denuncias por tráfico de niños cuando era presidente de la organización Adoptionscentrum entre los años 2003 y 2005. Esta asociación representa la mayor agencia de adopciones internacionales en Suecia y la segunda más grande en el mundo.
Las denuncias de las irregularidades se centraron principalmente en las adopciones hechas en China, pero Kristersson, en vez de pararlas, decidió ignorar los casos. Según describe una investigación del Dagens Nyheter junto con la asociación de investigación Research China, existían redes de funcionarios, agentes de policía, y profesionales sanitarios en China que compraban bebés a familias pobres que habían violado la política de hijo único del régimen de Pekín. Otra de las irregularidades más comunes descritas es que se exigía un pago de 3.000 dólares a los padres suecos cuando llegaban al orfanato, que sacaba un beneficio económico por las adopciones.
En su momento, Kristersson, tras un viaje a China como presidente de Adoptioncentrum afirmó que “lo más conmovedor no fue ver a los bebés que se marchaban hacia nuevas familias, sino ver las expresiones en las caras de los muchos niños que se quedaban atrás”. Desde las agencias de adopción se aseguraba en todo momento a los padres adoptivos de los niños que las adopciones en China cumplían con todos los requisitos legales.
Pero tras las conclusiones presentadas por la comisión, el primer ministro Kristersson declaró el miércoles que no descartaba que todas las personas adoptadas en países extranjeros recibieran “una disculpa oficial del Estado”. El primer ministro aseguró que el trabajo de la comisión de investigación “es una información muy seria, que el Gobierno examinará con mucha atención”. “[Como presidente de Adoptioncentrum hace 20 años] confié en los sistemas de adopción, pero celebro que ahora todas las irregularidades salgan a la luz”.
Reconocimiento y una compensación
Cuando las conclusiones de la comisión sobre las adopciones se anunciaron esta semana en el Parlamento, desde fuera se recibieron con emociones divididas por parte de un grupo de concentrados: “Es un reconocimiento sobre el papel, pero las compensaciones se tienen que poner en práctica”, decía Marie Stephanie Sjöstedt, hija adoptiva procedente de Colombia, en declaraciones a los medios suecos.
Durante más de 60 años, desde 1960 hasta 2025, más de 60.000 niños han sido adoptados en Suecia desde países extranjeros, haciendo que el país escandinavo tenga el nivel de adopciones más alto del mundo en relación con su población. Suecia también fue el país pionero en emprender procesos de adopciones internacionales en 1950 tras la guerra de Corea, pero en los últimos años el número de adopciones internacionales ha caído en picado, desde las 1.776 adopciones anuales que se registraron en 1977, hasta las pocas más de 54 del año pasado. Otros países de su entorno, como Dinamarca o Noruega, actualmente han restringido las adopciones internacionales tras descubrirse varios casos de irregularidades en los procesos de adopción en los países de origen.