
Bolsas de compresión para tu maleta y armario: así puedes meter más en menos espacio
Aunque sean un invento sencillo, las bolsas de compresión nos pueden facilitar la vida tanto para cambiar de temporada en el armario como para ir de viaje con una mochila
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¿Qué tienen en común una maleta, un armario y un disco duro para el ordenador? Que aunque nos compremos uno más grande, siempre acaban llenos. Cada vez acumulamos más cosas, pero cada vez disponemos de menos espacio en nuestras casas y equipaje, porque el espacio es muy caro.
La acumulación de ropa (que en realidad no necesitamos) provoca el caos en el armario ropero de casa y nos obliga a sentarnos en la maleta para poder cerrarla cuando nos vamos de vacaciones. Sin embargo, de todo ese espacio que ocupan nuestras prendas, una gran cantidad corresponde a algo que no pesa, pero estorba: el aire.
Con algunas excepciones, como la ropa deportiva, los tejidos están diseñados para proporcionar comodidad, abrigo o estilo, pero no para ser compactos. Un jersey de lana, por ejemplo, está lleno de aire entre sus fibras, lo que lo hace cálido pero también voluminoso. Cuando lo doblas o aplastas, ese aire desaparece momentáneamente, pero en cuanto lo dejas libre, recupera su forma original como un muelle. Lo mismo ocurre con el edredón de plumas que tan eficazmente nos protege del frío en invierno, pero que tenemos que meter a la fuerza en el armario cuando llega el calor.
Hay remedios caseros que nos pueden ayudar, como enrollar la ropa en la maleta o envolver el edredón en film de plástico, pero no son muy eficaces y requieren mucho esfuerzo y cierta habilidad. Afortunadamente, hay opciones mejores, como las bolsas de compresión.
Las bolsas con aspiradora para liberar tu armario
Las bolsas de almacenamiento para aspiradora no son una invención reciente, pero su popularidad ha crecido en los últimos años. Surgieron como una solución para guardar edredones o ropa de temporada, pero podemos usarla para cualquier tipo de prenda y ganar espacio.
El funcionamiento es sencillo: colocas la ropa dentro de una bolsa de plástico resistente y cierras la cremallera (parecida a la que tienen las bolsas de congelación, pero más grande). A continuación, se abre una válvula y, aplicando la boquilla de la aspiradora, se extrae el aire. En segundos, un montón de abrigos o mantas que antes ocupaban medio armario se reducen a un paquete plano.
El resultado es un bloque compacto que puede apilarse con otros, liberando mucho espacio. Eso sí, hay que usarlas con cuidado: algunas telas delicadas pueden arrugarse demasiado o perder su forma si se guardan comprimidas durante meses. Pero para ropa de invierno, mantas o incluso juguetes blandos, son una gran opción.
Bolsas de compresión con cremallera
Bolsas de compresión con extracción de aire.
Las bolsas de compresión más sencillas son de nylon o plástico resistente y tienen dos cremalleras. Una de ellas sirve para cerrar la bolsa. La segunda cremallera recorre el perímetro de la bolsa y, al cerrarla, comprime el lateral y los contenidos. Es un sistema parecido al que utilizan las maletas que se pueden expandir, pero en este caso sirve para reducir el espacio. Estas bolsas no eliminan el aire por completo, pero hacen que el paquete de la ropa sea más compacto.
La versión más conocida de estas bolsas son los llamados “cubos de equipaje”, que se venden en juegos de diferentes tamaños y que simplifican la tarea de hacer la maleta. En los más grandes podemos poner jerséis, camisas y pantalones, camisetas en los medianos, mientras que la ropa interior puede ir en los más pequeños. Una vez comprimidos, ocuparán menos espacio en la maleta.
Su principal ventaja es la simplicidad, ya que no requieren ningún accesorio y son muy ligeras. El problema es que apretar la bolsa para cerrar la cremallera de compresión puede ser una tarea muy ingrata, ya que tiende a engancharse con el propio tejido de la bolsa.
Las bolsas de compresión por aire para viajes
La invención de las bolsas de aspirador se ha trasladado del armario a la maleta para las vacaciones. Cada vez más aerolíneas cobran tarifas adicionales por el equipaje, y algunas solo permiten llevar gratis una mochila con dimensiones reducidas.
Si ese es todo el equipaje que podemos llevar para un par de días, querremos meter todo lo posible en ella. Algunos nuevos modelos de mochila incorporan una bolsa de nylon que se puede cerrar herméticamente con una cremallera, y dispone de una válvula para extraer el aire.
Sin embargo, cuando estamos de viaje no tenemos acceso a un aspirador. En su lugar, estos sistemas utilizan una pequeña bomba portátil que funciona con batería y se puede cargar igual que el teléfono móvil. Estas bombas son lo suficientemente potentes para, por ejemplo, hinchar una colchoneta de playa o camping. Pero además, cambiando el adaptador de orificio, sirven como aspiradoras para extraer el aire.
Aplicadas a las bolsas de ropa, estas bombas portátiles comprimirán la ropa en minutos. Otros modelos ofrecen una pequeña bomba manual, parecida a la de una bicicleta, que hace el mismo trabajo y no necesita pilas. Eso sí, aunque comprimen bien, no logran el mismo nivel de vacío que las de aspiradora. Es posible encontrar una solución aún más sencilla y económica: bolsas de compresión que disponen de un cierre de cremallera y una válvula. Al enrollar la bolsa desde un extremo se consigue expulsar el aire, que no vuelve a entrar gracias a la válvula.
Al final, elegir entre un sistema u otro dependerá del destino de la bolsa, sea armario o maleta, y de con cuántos accesorios estamos dispuestos a viajar. Para excursiones donde no siempre tengamos electricidad a mano, las versiones manuales pueden ser las más prácticas.