
La gira de Bad Bunny marcará récords en el Madrid de los macroeventos: 500.000 asistentes y 185 millones de impacto
Los diez conciertos que dará el cantante puertorriqueño en la capital el próximo 2026 convertirán al Metropolitano en el epicentro de una movilización masiva con impacto millonario en la hostelería y el turismo, generando una inyección económica sin precedentes que confirma las aspiraciones de la ciudad por convertirse en un gran polo de atracción de los macroeventos en España
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En menos de un año Madrid acogerá el que será su gran evento de 2026. El Estadio Riyadh Air Metropolitano se convertirá en el escenario de diez de los doce conciertos que Bad Bunny ofrecerá en España con motivo de su gira Debí Tirar Más Fotos World Tour. Después de seis años, el cantante puertorriqueño volverá a pisar la capital con un despliegue poco habitual que reunirá a 500.000 personas en Madrid entre el 30 de mayo y el 15 de junio de 2026 única y exclusivamente para disfrutar de su música.
Las entradas, que salieron a la venta el pasado 9 de mayo, se agotaron en cuestión de minutos. Fue tal el éxito, que a las ocho fechas iniciales -dos en Barcelona y seis en Madrid- se terminaron sumando otras cuatro en la capital. El “fenómeno Bad Bunny” puede recordar a lo ocurrido con los conciertos de Taylor Swift o Karol G en el Santiago Bernabéu en 2024, pero lo cierto es que se trata de un acontecimiento sin precedentes en la historia reciente de la ciudad en lo que a impacto económico se refiere, que confirma la gran apuesta de Madrid por los macroeventos.
Según estimaciones que la Asociación de Promotores Musicales de Madrid (APM) ha compartido con este periódico, los diez conciertos del cantante puertorriqueño generarán en la capital un impacto de entre 185 y 220 millones de euros. Tanto como todo lo que la industria musical madrileña facturó a lo largo de todo 2024, según la misma fuente. La mitad del público de Bad Bunny llegará desde otros puntos de España e incluso desde el extranjero, lo que añade un importante componente económico al impacto general del evento.
Con un precio medio de entrada de 150 euros y una asistencia que ronda las 500.000 personas, se espera una recaudación total de 82,5 millones de euros de forma directa según datos de la APM. A eso hay que sumar los 27,5 millones que podrían generar los visitantes procedentes de otras ciudades o países, con un gasto medio estimado de 100 euros por persona en alojamiento, transporte, restauración y ocio. En conjunto, el impacto directo alcanzaría los 110 millones de euros.
El cantante puertorriqueño Bad Bunny en un concierto de 2020
La asociación también contempla un impacto indirecto asociado a la generación de empleo temporal, la contratación de servicios logísticos, la dinamización del consumo local y la proyección de Madrid como capital internacional del entretenimiento. En este terreno, se estima que los beneficios podrían oscilar entre los 75 y los 110 millones de euros adicionales, sumando conceptos como el turismo musical, el gasto inducido por el evento y el retorno de imagen para la ciudad. La suma de todos estos elementos sitúa el impacto total entre los 185 y los 220 millones de euros, unas cifras que supondrá una importante inyección económica para la ciudad.
Más allá de las cifras, los conciertos de Bad Bunny ejemplifican el modelo al que Madrid aspira convertirse como epicentro español de la música en vivo, capaz de atraer giras de gran formato y movilizar a cientos de miles de personas para un concierto. Cada entrada vendida no solo representa el éxito del cantante puertorriqueño, sino también una noche más con hoteles llenos, calles abarrotadas y una ciudad que proyecta su imagen al mundo como un gran polo de atracción para los macroeventos en España.
Desde la pandemia, los conciertos se han convertido en grandes movilizadores de masas, empujando a un modelo de consumo musical en el que conseguir entradas se convierte en una batalla campal y las actuaciones se programan con más de un año de antelación. Normalmente, los artistas internacionales que visitan España solo hacen parada en Madrid y Barcelona, por lo que buscan la forma de vender el mayor número de boletos por show. Como consecuencia, miles de personas terminan desplazándose a otra ciudad, incluso a otro país, exclusivamente para disfrutar de un concierto, algo que incide de forma directa en el sector turístico.
Taylor Swift durante una de sus actuaciones en el Bernabéu el año pasado
Madrid ha dejado claras en varias ocasiones sus intenciones de posicionarse como uno de los destinos preferidos para este tipo de eventos, algo que se afianzó con la apertura del nuevo Bernabéu a la celebración de conciertos. El objetivo era levantar un recinto de grandes dimensiones capaz de competir con cualquier otro del mundo y que fuera parada indispensable en cualquier gira mundial de relevancia.
De todos los eventos musicales que acogió la capital durante el año pasado, posiblemente los más relevantes fueron los cuatro conciertos que Karol G ofreció en el Bernabéu. La artista colombiana movilizó a más de 240.000 personas y generó un retorno económico estimado de entre 40 y 72 millones de euros. Bad Bunny duplicará en asistentes a la Bichota con un aforo estimado de 55.000 personas por noche y la triplicará en ganancias.
El de Taylor Swift es otro de los casos más reseñables, que sumó 126.393 espectadores en dos días -una media de 63.200 asistentes diarios-, y supuso un impacto de 79 millones de euros, contando el precio de las entradas, pero también los viajes, las noches de hotel de los desplazados y el gasto en la hostelería de la ciudad. El puertorriqueño también superará todos estos números, aunque llenando durante diez días el Metropolitano para ello, algo que la cantante y compositora estadounidense no ha hecho en su gira.
“Taylor Swift no hubiera venido si no es en el Bernabéu”, aseguraba el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, hace unos meses cuando se cancelaron los últimos dos conciertos que quedaban programados en el estadio merengue. El regidor madrileño resumía en esta frase por qué el estadio del Real Madrid es la pieza angular (por el momento fallida) de su plan para atraer el turismo de conciertos a la capital, aquel que se desplaza al lugar donde actúa su artista o grupo favorito para ver su última gira, sea en la ciudad que sea.
Los problemas derivados de las quejas vecinales han paralizado el plan de Almeida de convertir el Bernabéu en el gran recinto para eventos de la capital, aunque los meses en los que funcionó las cifras fueron muy reveladoras. En este momento, el estadio del Real Madrid es el recinto de mayor aforo de España. Además, por su techado es el único de gran tamaño capaz de acoger conciertos durante todo el año. Le siguen el Estadi Olimpic de Barcelona y el Metropolitano de Madrid, los estadios en los que Bad Bunny hará parada durante su gira. Ambos pueden albergar 57.000 espectadores, pero solo están operativos para la música en determinadas fechas, ya que dependen de la temporada futbolística y la meteorología, lo que limita su uso para actuaciones el resto del año.
A la pregunta de si Bad Bunny hubiera tenido la oportunidad de actuar en el Bernabéu en vez de en el Metropolitano lo habría hecho o no, la APM no tiene respuesta, pero sus datos reflejan que el cantante tendrá que esforzarse un poco más que los artistas que pasaron por el templo merengue para alcanzar sus mismas cifras. Mientras que Taylor Swift con solo dos conciertos generó 79 millones de euros, el puertorriqueño tendrá que pasar cuatro veladas cantando en el Metropolitano para igualar la cifra. No es el primero que se ve obligado a elegir el estadio del Atlético, Dellafuente o Lola Índigo ya tuvieron que ampliar a dos sus conciertos en la capital para poder albergar el mismo número de entradas que habían vendido en el Bernabéu cuando se trasladaron al Metropolitano.
Miles de personas esperando el inicio del concierto de Karol G en el Bernabéu del pasado 20 de julio de 2024
Mientras, la posibilidad de que los conciertos regresen al Bernabéu es cada vez menos factible, debido a una complicada reforma para limitar sus molestias sonoras. Este año no programará conciertos y en Cibeles ven difícil que el Real Madrid pueda explotar con conciertos su estadio en el futuro sin saltarse la normativa ambiental. De momento la ciudad se tiene que conformar con el Metropolitano gracias a su ubicación, lejana a las viviendas y que ha minimizado las quejas por ruido, o su gran aforo, muy superior al de otros recintos cubiertos como el Palacio de los Deportes.
Otra cuestión que también ha despertado dudas es por qué Benito ha decidido repetir diez veces en la capital mientras que en Barcelona solo actuará dos noches. El aforo del Estadi Olimpic y el Metropolitano es similar, por lo que podría haber dividido su gira española de una forma más pareja. El haberse decantado por Madrid permitirá a la capital quintuplicar en beneficios a Barcelona y reforzar su posicionamiento como epicentro musical en España.
Reservas a un año vista y turismo de masas: la otra cara de la moneda
Los diez conciertos de Bad Bunny en Madrid no solo dejarán huella en el sector musical. Distribuidos a lo largo de dos semanas y media, estos espectáculos permitirán escalonar la llegada de asistentes a la ciudad, favoreciendo una ocupación hotelera sostenida y una rotación constante en bares y restaurantes.
Según datos facilitados por Hostelería Madrid a este periódico, se espera que de los más de 500.000 asistentes consideran que al menos el 30 % -unas 150.000 personas- llegarán desde fuera de la Comunidad de Madrid, tanto de otras regiones como del extranjero. Desde la Asociación de Promotores Musicales de Madrid las cifras son todavía más altas: la mitad de los asistentes vendrá de otros puntos, lo que supone alrededor de 250.000 personas. Este perfil de público, habitualmente joven y móvil, tiende a prolongar su estancia en la capital al menos dos noches, lo que amplifica el impacto en el consumo local. Es el caso de María y sus siete amigos, que vendrán desde la ciudad murciana de Yecla al concierto del 14 de junio.
“Conforme conseguimos las entradas nos pusimos a mirar alojamientos porque siendo tantos iba a ser difícil encontrar algo cuanto más se acercase la fecha”, explica la joven de 28 años en declaraciones a Somos Madrid. Tuvieron suerte con la búsqueda y consiguieron reservar un apartamento con camas para todos. “Un hostel era más barato, pero no queríamos dormir separados”, cuenta María. Solo el alojamiento les costará alrededor de 60 euros por personas, pero su plan incluye quedarse todo el fin de semana en Madrid y tomarse el lunes libre para regresar con calma, por lo que terminarán haciendo turismo por la ciudad aprovechando la ocasión.
Fans de Taylor Swift haciendo cola antes de una de sus actuaciones en el Santiago Bernabéu el año pasado
“Aprovecharemos para probar algún restaurante que tenemos pendiente”, asegura la joven. Posiblemente la mayoría de los asistentes a los conciertos que lleguen de fuera harán lo mismo, por lo que el sector de la restauración será otro de los grandes beneficiados del paso de Bad Bunny por la capital. Antes y después de cada concierto, decenas de miles de personas buscarán opciones para comer o cenar en los alrededores del estadio o en otras zonas de la ciudad. El perfil de consumo, según Hostelería Madrid, apunta hacia establecimientos de comida rápida o restaurantes de gama media-baja, con un gasto estimado de entre 15 y 30 euros por persona y por día.
Teniendo en cuenta que entre 150.000 y 250.000 asistentes pasarán al menos dos días en Madrid, el gasto acumulado en restauración oscilará entre los 11,7 y los 23,4 millones de euros. Una cifra nada despreciable que podría suponer entre el 6,3% y el 12,6% de los ingresos totales generados por conciertos en la ciudad en 2024.
La otra cara de la moneda a estas cifras está en el impacto de visitantes como María y el resto de asistentes que optará por quedarse en pisos turísticos, un tipo de alojamiento que elige uno de cada tres visitantes a la capital y que está generando fuertes tensiones en la vivienda. Actualmente, el 95% de estos espacios están fuera de la legalidad por no contar con licencia municipal para ejercer su actividad. El Ministerio de Consumo ya ha avisado a páginas como Airbnb que debe retirar los anuncios de estos establecimientos ilegales.
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