
Pantallas para ver bien tu proyector durante el día: así funciona el sistema ALR
Los proyectores tienen muchas ventajas para ver cine en casa, pero la luz ambiental es su enemiga. Con las pantallas ALR podemos mejorar la imagen
La diferencia entre los cargadores rápidos para móvil y los demás (y cómo afectan a la vida de tu batería)
El mundo está lleno de pantallas, tanto las que llevamos en el bolsillo o en la mochila, como las que están en el salón. Los avances en televisores LED y OLED hacen que ahora podamos acceder a pantallas de más de 85 pulgadas a precios cada vez más accesibles. No hace mucho tiempo, la única forma de conseguir imágenes tan grandes era mediante un proyector. Esta sigue siendo la mejor opción para quienes buscan una experiencia verdaderamente cinematográfica, con imágenes que superan fácilmente las 100 o 120 pulgadas sin ocupar espacio cuando no se usan.
Sin embargo, los proyectores tienen un talón de Aquiles. Como su principio de funcionamiento es reflejar en la pantalla la luz proyectada, en lugar de que la pantalla emita luz (como en los televisores LED), esa luz reflejada compite con la luz ambiental. Esto tiene una consecuencia indeseada: ver una proyección bajo la luz del sol o en una habitación con luces brillantes encendidas hace que la imagen se desdibuje, los colores pierdan contraste y se reduzca la saturación. La mayor parte de los proyectores funcionan bien en una habitación oscura y no tanto en una bien iluminada. Pero si queremos aprovechar mejor nuestro proyector hay una solución: mejorar la pantalla.
ARL para luchar contra la luz ambiental
Los proyectores suelen tener un menor brillo máximo que los televisores. La luz ambiental “lava” la imagen, haciendo que los negros parezcan grises y los colores pierdan viveza. Incluso proyectores con alto brillo (3000 lúmenes o más) pueden verse afectados si la luz es demasiado intensa.
Proyectar sobre una pared blanca puede funcionar en condiciones óptimas y en una habitación oscura. Las paredes no están diseñadas para reflejar la luz de manera eficiente y suelen tener texturas o tonos que afectan el color y el contraste. Una pantalla blanca mejora esto, pero sigue siendo vulnerable a la luz ambiental.
Muchos usuarios intentan solucionar este problema aumentando el brillo del proyector, pero esto no siempre funciona, y está limitado por la luminosidad máxima del aparato. Otra opción es apagar todas las luces o cerrar las cortinas, pero es poco práctico. Para esos casos en los que queremos ver contenido sin renunciar a la claridad natural, las pantallas ALR son la respuesta.
ALR significa “Ambient Light Rejecting” (rechazo de luz ambiental). Esta tecnología está diseñada para reflejar principalmente la luz que proviene del proyector, mientras que bloquea o dispersa la luz que llega desde otros ángulos, como ventanas o lámparas. Como explica el sitio especializado Projector Central, con esta tecnología es posible aumentar considerablemente el contraste de las imágenes.
Pantalla ALR S PRO. Imagen: BenQ
Esto se logra mediante una superficie que tiene unos “surcos” muy finos orientados de forma que reflejan la luz que proviene del proyector y dispersan la que viene de otros ángulos. Es algo parecido a lo que ocurre con las superficies reflectoras en los coches o en la ropa deportiva para correr de noche, o en las lentes Fresnel usadas para concentrar la luz.
A diferencia de una pantalla blanca normal, que refleja la luz por igual en todas direcciones, una pantalla ALR actúa como un filtro direccional. Si el proyector está ubicado frente a la pantalla (o ligeramente por encima, como en la mayoría de instalaciones), la imagen se verá brillante y nítida, mientras que la luz ambiental que incide desde los laterales o desde arriba se “anula” en gran medida.
Cómo elegir una pantalla ALR
Antes de comprar una pantalla ALR debemos tener en cuenta el ángulo del proyector. Los proyectores tradicionales se sitúan en frente de la pantalla, ligeramente por debajo o por encima, si se colocan en el techo. Por el contrario, hay proyectores de nueva generación de “tiro corto” que se colocan cerca de la pared. Para cada uno de estos casos hay un tipo de pantalla adecuado:
Pantallas ALR (rechazo de la luz ambiente): reflejar la luz del proyector colocado frente a la pantalla minimizando el reflejo de la luz ambiente procedente de otras direcciones.
Pantallas CLR (rechazo de la luz del techo): están especialmente diseñadas para rechazar predominantemente la luz que viene de arriba, reflejando eficazmente la luz que viene de abajo (es decir, del proyector de tiro corto).
Visualmente no hay mucha diferencia entre los dos tipos, ya que ambos presentan una superficie de color gris. También hay pantallas ALR o CLR diseñadas específicamente para proyectores de tiro ultracorto (como los proyectores láser) y pueden mejorar mucho la calidad de la imagen.
Eso sí, en una habitación oscura no notaremos mucha diferencia entre una pantalla blanca y una ALR, ya que en este caso las condiciones son ya óptimas. La mejora llega cuando hay una luz encendida o luz del día que entra por las ventanas. En estos casos sí podremos percibir una diferencia en la profundidad de color y el contraste.
La instalación de una pantalla ARL es sencilla. Algunos de los modelos disponibles se distribuyen con un marco ligero, lo que hace que la superficie sea totalmente lisa y sin arrugas. Otros modelos son enrollables, mientras que las más sencillas permiten adherir el material directamente a la pared con cinta adhesiva.
Las pantallas ARL también nos permiten disfrutar del proyector en situaciones donde antes no era posible, como salones con grandes ventanales o espacios multifuncionales donde no se puede controlar la iluminación. Una ventaja adicional es el coste. Aunque las pantallas ALR suelen ser más caras que las convencionales, el precio no es tan elevado si pensamos en la mejora de la imagen, y más aún si comparamos con el precio de una pantalla LED de tamaño equivalente.