
Más de 16.000 euros bajo la cama y el acuerdo con Cerdán en el trastero: así fue el registro al empresario Antxon Alonso
La operación de la Guardia Civil arrancó a las 8.05 horas del 10 de junio en una vivienda de Elorrio y acabó en Pamplona, en la oficina de Servinabar 2000, casi a medianoche
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Elorrio, Bizkaia, 8.05 de la mañana del martes 10 de junio. La secretaria judicial de la magistrada de Durango Claudia Núñez toma papel y bolígrafo y empieza a describir, a mano y en detalle, la intervención de cuatro agentes de la UCO de la Guardia Civil. Están en la casa del empresario Antxon Alonso, socio de Santos Cerdán y de Koldo García, que le apodaban “Gui”, “Guipu” o “Guipuchi” por su origen en la vecina Gipuzkoa. Después bajarían al garaje. Y, a partir de las 18.25 horas, siguieron en las oficinas de la empresa Servinabar 2000 en pleno centro de Pamplona, en Navarra, uno de los puntos neurálgicos de esta trama y a más de 100 kilómetros de Elorrio.
Los policías –a los que se les había unido ya su jefe, el teniente coronel Antonio Balas dada la relevancia del asunto– no abandonarían a Alonso hasta las 23.57 horas de la noche. A esa hora, otra funcionaria judicial, esta vez del jugado de guardia de Pamplona y también a mano, ponía fin al relato de los registros en la puerta de la empresa Servinabar 2000. Los agentes, mandatados por el Tribunal Supremo, se llevaron 16.180 euros en efectivo que el empresario guardaba en dos mochilas, una escondida bajo su cama y otra en un armario. También papeles y documentación en soporte informático.
La Guardia Civil se plantó en el ‘dúplex’ del empresario muy pronto por la mañana. Estaban aún en la casa su esposa y sus hijos, pero marcharon “a sus actividades”. A Alonso le explicaron el origen de la operación: una orden judicial procedente del Supremo, donde hay abierta una “causa especial” contra la corrupción en la que él es uno de los principales protagonistas. Inmediatamente, solicitó la presencia de su abogado, “al que llamó en múltiples ocasiones”. No tuvo éxito y se le ofreció uno de oficio. Declinó la invitación.
La entrada en la vivienda se inició revisando un ordenador HP que resultó ser de la pareja del empresario. Siguió con el precinto de un iPhone de Alonso. Y después arrancó el barrido de la casa. En un armario del comedor apareció un primer ‘pendrive’. Llevaba el logotipo de Acciona, la empresa a la que estaba asociada la suya en muchos de los negocios que se investigan, desde Mina Muga hasta las obras de los túneles de Belate en Navarra. Alonso es el administrador de la constructora Servinabar 2000. Más adelante ese día encontrarían un papel que prueba que Cerdán, exsecretario de Organización del PSOE, tenía un 45% de esa mercantil. Apareció en un maletín marrón en un trastero de la segunda planta del ‘dúplex’. Es la evidencia TS-VI-1-5. Alonso, por el contrario, ha negado que eso se elevara nunca a escritura pública.
Antes, detrás de unas escaleras, apareció otro ordenador. Y otra segunda memoria también con el logotipo de Acciona. La Policía selló 34 documentos en ese primer momento. Eran las 9.45 horas cuando llamó Martín Zudaire, el abogado de Alonso. Tiene su despacho en Pamplona. Tras hablar con él, el investigado aportó los códigos para desbloquear el iPhone aprehendido casi dos horas antes. Y siguió el registro.
Así lo cuenta la secretaria judicial: “Entramos en el dormitorio principal. Se examina la cómoda, con 10 cajones. Se examina el interior del canapé. Del mismo, dentro de una mochila negra se encuentra una bolsa ‘zip’ dentro de la que hay tres paquetes de billetes. Un paquete de 100 billetes de 50 euros (5.000 euros), un paquete de billetes de 50 euros (5.000 euros) y un paquete de 27 biletes de 50 euros (1.350 euros)”. Y sigue: “Dentro del armario según entras al dormitorio se encuentra una mochila verde con un paquete ‘zip’ de 9 billetes de 200 euros (1.800 euros) y un paquete ‘zip’ de 50 billetes de 50 euros (2.500 euros), 22 billetes de 20 euros (440 euros) y 9 billetes de 10 euros (90 euros)”.
La Guardia Civil le puso al botín decomisado el precinto GC-15211398. Dos policías, a las 13.45 horas, intentaron ingresarlo en la cuenta del Supremo en el Banco Santander, pero vieron que estaban ya cerradas las oficinas. Así, el dinero acabaría viajando de Elorrio al registro de Pamplona y, ya a la mañana siguiente, fue entregado en una sucursal de esa entidad en la plaza del Castillo de la capital de Navarra. En total, 16.180 euros en presunto dinero negro.
Con este hallazgo no terminó la operación policial. En el vestidor del domicilio, en una chaqueta azul, había dos documentos manuscritos. Sin que se aclare nada, en uno de ellos la secretaria anota como referencia “JM PP => 130”. Hasta las 14.20 estuvieron en el ‘dúplex’. Después, bajaron al sótano, a una plaza de garaje ocupada por un Audi Q5 con trastero. De allí se llevaron numerosos archivadores. También dentro del coche había documentación que fue decomisada. En el sótano, por ejemplo, aparecieron dos facturas de Noran Coop a Servinabar 2000 de casi 80.000 euros. Si Servinabar 2000 era el negocio aparentemente compartido por Alonso y Cerdán, Noran Coop lo era entre Alonso y García.
Estuvieron allí hasta las 15.36 horas, es decir, siete horas y media. Durante unas horas, se pierde el rastro de los agentes expertos en delitos económicos de la Guardia Civil. Pero los cuatro reaparecieron a las 18.25 horas en la calle de San Nicolás de Pamplona, en pleno centro de la ciudad. Se les unieron otros tres efectivos, entre ellos el jefe de la UCO. Cambiaron el VI de Bizkaia (Vizcaya, para la Guardia Civil) por el NA de Navarra en los precintos y siguieron decomisando documentación durante más de cinco horas.
Pruebas 4, 5 6 y 7 de la empresa Servinabar 2000, metidas en un vehículo de la Guardia Civil, el martes 10 de junio en Pamplona
Servinabar 2000 está en la planta segunda de un edificio céntrico. Los agentes entraron a la oficina con las llaves de Alonso, presente también allí, al igual que su letrado. El abogado, en todo caso, se excusó a las 19.30 horas y dejó solo a su cliente en el final del registro. Como los archivadores incautados eran voluminosos, se recogieron enteros y no hay excesivos detalles en las actas preliminares de lo que allí apareció. Se analizará después. Estaban repartidos en varias estancias, una de ellas llamada “Archivo/Artxiboa”, en las dos lenguas oficiales.
Tanto en Elorrio como en Pamplona la Guardia Civil hizo volcados de material informático. Lo ejecutó con procedimientos para preservar la cadena de custodia de los archivos incautados. En Servinabar 2000 se realizaron dos copias “selectivas” de archivos en sendos ordenadores. En la segunda “descarga selectiva” había una carpeta llamada “Hifield” –el nombre de la empresa extranjera detrás del proyecto Mina Muga, aparentemente el primero en que posó sus ojos la presunta trama de corrupción– y otra era “Noran Taldea” (‘grupo Noran’, en euskera, en posible referencia a la mercantil de García).
Otra de ellas ponía “Prevención y Salud”. El empresario Alonso fichó en 2021 a la pareja del sustituto de Cerdán en el PSN, Ramón Alzórriz, para liderar ese asunto en Servinabar 2000 aunque ella no tenía ninguna experiencia previa en ese asunto. Alzórriz ha tenido que dejar su cargo en el partido y la portavocía en el Parlamento navarro por “ocultar” este dato. Él alega que desconocía que Cerdán estaba detrás de esta mercantil y que fue “Antxon” el que le ofreció ese empleo para salir de una vida “precaria”.
La evidencia TS-NA-1-7, con precinto GC-15211387, fue la última que se llevó la Guardia Civil. Hay fotografías de los agentes, ya bien entrada la noche de Pamplona, con una gran caja de cartón con el material aprehendido. De hecho, salieron de allí rodeados de periodistas, porque la información sobre la operación se fue conociendo a lo largo del día. “Siendo las 23.57 horas se da por concluida” la operación, escribió la funcionaria casi a medianoche. Los guardiaciviles bajaron el portón trasero de su coche camuflado y se marcharon.