
Enorme polvareda en Sevilla por la restauración de la Macarena: piden perdón y culpan a las nuevas pestañas
Tras una avalancha de críticas ante lo que se considera una intervención excesiva que ha alterado su apariencia tradicional, la hermandad se ha disculpado y ha ordenado que la vuelvan a retocar, tras atribuir lo ocurrido a un cambio en los ojos que ha provocado un «efecto indeseado»
La Macarena de Luis Gordillo, de cartel a ‘meme’ viral por obra de la guasa sevillana
Hay quien, llevando la cuestión al extremo, ha comparado lo ocurrido con el Ecce Homo de Borja en 2012, pero sin llegar tan lejos lo cierto es que la restauración de la imagen de la Macarena ha levantado una inesperada polvareda en Sevilla. La talla ha estado cinco días retirada del culto para estos trabajos, y cuando este sábado se ha repuesto y se ha podido ver el resultado se ha generado una enorme polémica, con numerosas voces denunciando un cambio radical en la apariencia y su expresividad tradicionales que la hermandad achaca a unas pestañas nuevas. El reproche principal entre los críticos es que está irreconocible.
La sorpresa ha sido aún mayor por inesperada, ya que la propia corporación no anunció una restauración en sí, sino “trabajos de mantenimiento y conservación” sobre la imagen de la dolorosa y también la del Señor de la Sentencia. El resultado en esta última imagen no ha generado revuelo alguno, pese a que los responsables de la tarea ha sido el mismo equipo de conservadores restauradores dirigidos por el catedrático emérito Francisco Arquillo Torres.
La indignación en redes sociales y entre hermanos que se han acercado a la basílica a pedir explicaciones ha provocado una reacción de la hermandad, que por la mañana ha cerrado el templo antes de tiempo para avisar de nuevo a los restauradores. La reapertura de las puertas, ya por la tarde, se ha hecho coincidir con un comunicado en el que se apunta que se ha procedido a corregir lo que se considera “un efecto indeseado provocado por las pestañas sustituidas durante la intervención”.
“La hermandad comprende, y comparte, las muestras de preocupación de hermanos y devotos, de ahí que haya actuado con la mayor diligencia posible, y guiada por criterios técnicos, para reparar esta alteración estética no buscada”, señala la nota hecha pública. La corporación, asimismo, “pide disculpas a hermanos y devotos por este incidente”, aunque incidiendo en que su “afán” es siempre “preservar en las mejores condiciones posibles” la imagen.
“Eliminación de la suciedad superficial”
Las explicaciones ofrecidas por los responsables de la cofradía no parecen haber satisfecho a muchas personas, al menos según se desprende de unos comentarios en redes que incluyen el llamamiento a una concentración de protesta. En general, se insiste en que la imagen está irreconocible, que ha perdido su expresividad y que ahora tiene una apariencia más parecida a las muchas copias que hay de esta talla.
Aunque la imagen ha estado retirada cinco días del culto, los trabajos en sí de restauración se han prolongado durante tres semanas. La hermandad señala que lo que se ha hecho es una limpieza de las policromías, consistente en la “eliminación de la suciedad superficial derivada del uso cultual y devocional”.
La Macarena, tras la restauración y antes de que le volvieran a cambiar las pestañas.
Junto a ello, se ha procedido a la “reintegración cromática de las lagunas de policromía existentes” motivadas por estos usos, unas tareas que se han cometido tras pruebas radiológicos y a través de TAC así como análisis de las policromías mediante técnicas no invasivas“. La corporación pregonó ”con enorme júbilo“ el regreso a la basílica de la talla (con un mensaje en X luego borrado), anunciando incluso que este lunes, 23 de junio, se celebrará una misa de acción de gracias por la restitución al culto de las imágenes.
No es la primera vez que la restauración de una imagen de especial devoción en Sevilla genera una fuerte polémica, ya que tras los trabajos se aprecian cambios sustanciales que no son del gusto de todos. Los expertos señalan en estos casos que, por muy cambiada que parezca la talla, siempre está más cerca de la que era su apariencia original. Cuestión distinta es el impacto que pueda provocar la alteración de un aspecto que se ha mantenido durante años, tal y como ha ocurrido en este caso.