
Con convenio del metal pero sin paz: el fin de la huelga en Cádiz agranda diferencias sindicales entre altercados en la calle
UGT y la patronal sellan un preacuerdo que CCOO tilda de «retroceso histórico» mientras las movilizaciones se mantienen en la Bahía
El preacuerdo del convenio del metal en Cádiz no evita nuevas protestas: cargas policiales y tres detenciones
El lunes ha traído un acuerdo a Cádiz, pero no la paz. Tras una maratoniana reunión en el Sistema Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales de Andalucía (SERCLA), la Federación de Empresarios del Metal de Cádiz (Femca) y UGT han firmado un preacuerdo que aspira a ser el nuevo convenio colectivo del sector. Pero no ha sido una firma unánime: CCOO, el otro sindicato presente en la negociación, se ha desmarcado del pacto, que considera una “consolidación de retrocesos”. Lo que debió ser el final de un conflicto se ha vivido con cortes de tráfico, piquetes, paros totales en los astilleros y tres personas detenidas en las protestas.
El sector del metal en la provincia, que agrupa a unas 5.000 empresas y cerca de 30.000 trabajadores, sigue envuelto en la incertidumbre pese a la rúbrica entre UGT y la patronal. El nuevo texto plantea cambios de largo alcance. Su vigencia se extendería hasta el año 2032 y, según sus defensores, incluye subidas salariales ligadas al IPC, avances en materia de toxicidad y penosidad, y una nueva regulación de los fijos discontinuos. Para UGT, se trata de un “convenio de futuro” que recoge “mejoras negociadas durante más de un año”.
Pero para CCOO, el texto es justo lo contrario: un paso atrás. Su portavoz en Cádiz, Pedro Lloret, ha calificado el pacto como “un día triste para la clase obrera y para esta provincia”. El principal escollo, a juicio del sindicato, es la introducción de los llamados “contratos de acceso”: una figura para personas sin experiencia, con un salario del 75 % durante los primeros 18 meses. Lloret considera que esta medida “devalúa las condiciones de entrada al empleo” y que el conjunto del acuerdo “empeora las condiciones laborales y aumenta las desigualdades”.
La Coordinadora de Trabajadores del Metal ha sido aún más tajante, calificando el documento de “basura de acuerdo”, y centenares de manifestantes han protagonizado hoy cortes en la avenida de Astilleros de Cádiz, bloqueando los accesos a Navantia San Fernando y causando un colapso de tráfico que se ha saldado con la intervención de la Policía y tres detenciones, que han despejado la avenida principal de Cádiz imponiéndose en número a los manifestantes y buscando sospechosos hasta dentro de los bares.
Mientras, la actividad en algunos de los grandes centros del sector ha seguido paralizada. Ni en Navantia ni en Dragados Puerto Real se ha trabajado este lunes, con piquetes informativos bloqueando las entradas. En Airbus y Alestis, en cambio, la jornada ha transcurrido con normalidad. Allí apremiaban los plazos para entregar piezas de avión y no romper la cadena internacional de suministros.
El acuerdo rubricado entre Femca y UGT incluye aspectos de calado, como la creación de una comisión para mejorar la formación profesional y su vinculación al empleo estable, la ampliación de permisos retribuidos por motivos familiares y el compromiso de actualizar los complementos por peligrosidad, nocturnidad y disponibilidad.
Sin embargo, la extensión del convenio a nueve años —hasta 2032— es otra de las críticas principales de CCOO. El sindicato considera que un marco tan largo “desactiva la capacidad de revisión a corto plazo” y puede convertirse en una camisa de fuerza para futuras reivindicaciones laborales en un sector especialmente sensible a los vaivenes económicos y políticos.
En la calle, el conflicto no ha terminado. Lo de hoy puede ser solo un punto y seguido en una historia de desencuentros que arrastra años de precariedad, subcontratación y tensión laboral. La última gran huelga del sector, en 2021, marcó un hito en la movilización obrera en Andalucía. Aquella protesta se saldó con imágenes icónicas de blindados recorriendo las calles de Puerto Real y Cádiz. Tres años después, el acuerdo que debía cerrar heridas parece estar abriendo nuevas.
Queda también saber las secuelas económicas de estos días de paros. El astillero de Cádiz ha perdido el contrato que tenía para reparar el Carnival Liberty, un barco que estaba en el dique cuando empezaron los paros y que hubo que sacarlo el domingo con platilla propia de Navantia bajo la amenaza de la naviera de que, si no se permitía su salida, no volvería a traer barcos a Cádiz. Ese buque ha llegado hoy al astillero francés de Marsella donde se terminará su reparación pendiente.