Zahara, en el pregón del Orgullo de Jaén: «De adolescente me dijeron que la bisexualidad era una fase, algo que pasaría, como los pantalones de campana»

Zahara, en el pregón del Orgullo de Jaén: «De adolescente me dijeron que la bisexualidad era una fase, algo que pasaría, como los pantalones de campana»

Ha explicado una sensación que viven muchas personas bisexuales sobre la hipervigilancia con respecto a quién puede o no nombrarse así: «Me he sentido insuficiente, una impostora del colectivo»

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La cantante ubetense Zahara ha hecho un reivindicativo discurso del pregón del Orgullo LGTBI de Jaén en el que ha recordado que durante su adolescencia le dijeron que ser bisexual era “una fase”. “Qué expresión tan perfecta para invalidar. Una fase, algo que pasará, como el sarampión o los pantalones de campana”, ha explicado.

La cantautora ha contado que la primera vez que sintió atracción por una chica era una niña. “Y al decirlo, no hubo celebración, ni siquiera sorpresa. Solo una corrección amable. Eso no es amor, me dijeron. Es que aún no sabes expresar lo que es la amistad. Estoy segura, con la certeza absoluta de las niñas que lo sienten todo de golpe, de que si hubiera dicho me gusta Juan la risa habría sido otra. Y no me habrían devuelto una explicación, sino una sonrisa cómplice”, ha contado la cantautora.

Después, en su adolescencia, se enamoró de Cristina y cuando lo dijo, lo primero que escuchó fue que “era una fase”. “Qué expresión tan perfecta para invalidar, sin herirme. Una fase, algo que pasará, como el sarampión o los pantalones de campana”, ha comparado. “Desde entonces, cada vez que intenté nombrar mi deseo, había una excusa preparada para corregirme, para reconducirme al centro, a lo que se espera”.

Zahara ha relatado que vivió “reprimida” dentro de sí misma, “encerrada en una versión que era solo una parte” y siendo leída como heterosexual porque así se ha “mostrado y permitido existir”.

“Cuando por fin me reconozco bisexual, cuando lo siento con fuerza, cariño, certeza y amor, estoy en una relación con un hombre”, ha dicho riéndose. Y ha explicado una situación que viven muchas personas bisexuales con respecto a la hipervigilancia sobre quién puede o no nombrarse así. “Entonces digo: pues ahora, hija, ya no digas nada. Que no eres lo suficientemente bi como para merecer nombrarte así. Esto es muy duro porque he sido mi propia inquisidora, me he acallado, me he corregido, me he hecho sentir menos. Me he sentido insuficiente, una impostora del colectivo. Es una violencia sutil que ejerzo contra mí”, se ha sincerado.