
El policía juzgado por los bulos racistas en un acto de Vox alega que no había consentido que le grabaran
Ricardo Ferris distingue entre inmigración ilegal e irregular y reivindica su trabajo en una empresa de seguridad en República Dominicana, su «segunda patria»
El policía que ventiló bulos racistas en un acto de Vox, a juicio por criminalizar a los migrantes con “datos falsos”
La defensa Ricardo Ferris, el exinspector de la Policía Nacional juzgado un presunto delito de odio por haber lanzado bulos racistas en un acto organizado por Vox en 2022, ha reconocido que el acusado se basó en una “noticia falsa” para sostener que toda la delincuencia en España se comete por parte de población inmigrante. Ferris, por su parte, ha alegado que no dio su consentimiento para ser grabado ni fue consciente de que una cámara grababa el acto organizado por Vox y por la Fundación para la defensa de la Nación Española (Denaes). Ha asegurado, en su declaración ante la sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia, que asistió invitado por Denaes como delegado sindical de Jupol y que, además, estaba de vacaciones. “Soy totalmente antipolítico”, ha dicho.
El acusado ha afirmado que simplemente dio su “punto de vista particular” a partir de su “experiencia” como jefe de la Comisaría de Centro de València. También ha declarado que al acto de Vox asistió “gente vinculada al PSOE” a la que conocía de su etapa como asesor de la Delegación del Gobierno. “La seguridad ciudadana hasta donde yo entiendo no entiende de ideologías”, ha afirmado.
Por su parte, la presidenta de València Acull, ONG que ejerce una de las dos acusaciones populares, ha declarado como testigo que, tras el acto de Vox, sintió “mucha angustia y ansiedad”. También ha confirmado que, en el seno del colectivo migrante, hubo un sentimiento de ofensa y humillación. Otro representante de València Acull ha tildado de “muy graves” las aseveraciones del entonces inspector jefe, “incitando a la violencia” contra el colectivo inmigrante, según ha dicho.
El presidente de CIM Burkina ha explicado que, a consecuencia de la “indignación” que causaron los bulos de Ferris, se decidieron a denunciar los hechos.
Ricardo Ferris, que se enfrenta a una petición de pena de tres años de prisión por parte de las acusaciones, se ha definido como un policía con casi cuatro décadas de experiencia sobre el terreno, licenciado en Ciencias Policiales y “forofo de la criminología”, además de firme defensor de la formación de la población en materia de seguridad ciudadana, la “gran asignatura pendiente”.
Incluso se ha referido a la gestión de la DANA del pasado 29 de octubre como “prueba más que palpable” de la falta de interés de los poderes públicos en la seguridad ciudadana. Con “autoridades” formadas en seguridad ciudadana, la tragedia que dejó 228 fallecidos “no habría ocurrido” y, “días antes”, se habría ordenado la evacuación de la población.
Ferris, muy activo en redes sociales, también ha asegurado que “desde hace 15 años” mantiene una “empresa de seguridad” en República Dominicana que se dedica a sacar de las calles a “gente sin oportunidades económicas” a los que presta formación para emplearlos.
El policía, que tras su suspensión por parte del Ministerio del Interior a consecuencia de su polémica conferencia en el acto de Vox pasó a segunda actividad (una suerte de excedencia en términos policiales), ha matizado que las afirmaciones por las que se sienta en el banquillo de los acusados se basaban en su “observación profesional”.
También ha defendido que se trataba de su primera conferencia pública en materia de seguridad “en un auditorio tan amplio” y que apenas tuvo unos 15 minutos para exponer sus tesis sobre problemas “complejos”. En otras conferencias, ha dicho, ha contado con más tiempo de intervención.
Además, ha anhelado un “cambio político” que “instaure” una asignatura de seguridad ciudadana en los colegios. En el juicio, Ferris ha afirmado que la delincuencia es “sinónimo” de inmigración ilegal, que ha desvinculado de la irregular. También ha valorado positivamente a los inmigrantes irregulares que desarrollan una “labor magnífica” en el cuidado de personas mayores españolas.
El acusado ha negado que estigmatice al colectivo migrante, “todo lo contrario”. “Estoy hablando en todo momento de delincuentes, no de inmigrantes”, ha manifestado. Apreguntass de su defensa, Ricardo Ferris ha dicho que desconocía las estadísticas oficiales del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJ-CV) que desmienten su tesis expresada en el acto de Vox.
Un discurso “plagado de datos falsos”, según la fiscal
La fiscal de delitos de odio, en la fase de exposición de conclusiones definitivas, ha dicho que queda “acreditado” que el exinspector amplificó un mensaje “plagado de datos falsos” contra la población inmigrante, para “estigmatizarles, señalarles y que se sientan humillados y ofendidos”.
El abogado de una de las dos acusaciones populares ha asegurado que las afirmaciones de Ferris fomentaban la discriminación contra el colectivo migrante con un discurso “plagado” de estereotipos y ha recordado que la libertad de expresión tiene “límites”.
El mismo letrado ha argumentado que los hechos encajan en los criterios que marcan las recomendaciones europeas, que ya fueron reseñados en una sentencia de la misma sección segunda de la Audiencia de Valencia: un contexto sobre cuestiones que generan “tensión social”, la capacidad de generar un discurso de odio que ejerza influencia sobre los demás y la naturaleza del lenguaje.
La libertad de expresión, “elemento esencial” de la democracia
Por su parte, el abogado de la defensa ha reconocido la “complejidad” a la que se enfrenta el tribunal para juzgar a Ferris y ha recordado una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, referida a España, que concluyó que “la libertad de expresión constituye uno de los elementos esenciales de la democracia”.
“No todo exceso verbal va a ser constitutivo de un delito”, ha afirmado el letrado, que ha alertado del “riesgo” de utilizar el derecho penal como “elemento disuasorio” contra la libertad de expresión.
También ha incidido en la distinción entre inmigración ilegal e irregular. En definitiva, ha apostillado, el discurso de Ricardo Ferris “no puede ser sancionado” por el Código Penal. Además, ha insistido en que la “incitación indirecta” del delito de odio debe tener una “potencialidad suficiente” que, en el caso de Ferris, no encaja con el tipo penal.
La defensa del expolicía ha destacado que Ferris se refirió en el acto de Vox usó las estadísticas de su propia comisaría. “La columna vertebral de su discurso es la colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”, ha concluido.
Ferris se define como “activista social”
Ricardo Ferris ha usado su derecho al turno de última palabra: “Soy un activista social que ayudo a la gente”, ha dicho. “En todo momento, mi discurso iba dirigido contra los delincuentes”, ha agregado.
También ha tildado de “grotesco” que las acusaciones sostengan que hizo un llamamiento a la violencia en su aparición en el acto de Vox. El acusado ha defendido su vinculación con la República Dominicana —su “segunda patria”—, un país al que lleva viajando “tres o cuatro veces al año” en los últimos 35 años. Ferris, además, se ha definido como policía hasta “después de muerto”.
Incidentes protagonizados por fieles de Ferris
En la vista, que ha durado toda la mañana, Ferris estaba acompañado por un grupo de fieles que han llenado la sala junto con algunos representantes de las ONG que ejercen la acusación popular.
Algunos de los ultras de ese grupo han insultado a gritos a las acusaciones que daban declaraciones en la entrada de la Ciudad de la Justicia de València tras la celebración del juicio. Dos agentes de la Policía Nacional han intervenido y los alborotadores se han dispersado.
En ese momento, acompañado por su abogado, ha salido de la Ciudad de la Justicia el acusado. Los concentrados que insultaban a los representantes de las ONG lo han aplaudido.