
Cómo combatir el calor en casa: seis trucos para mantenerla más fresca sin aire acondicionado
Algunas soluciones simples, como cerrar persianas y ventanas, ayudan a reducir la temperatura interior de las casas en plena ola de calor
Tres trucos para que las moscas no se acerquen a la mesa durante las comidas de verano
Acabamos de estrenar el verano pero ya hace días que tenemos que lidiar con temperaturas más altas de lo que sería normal para estas fechas. Esto significa que es hora de centrarnos en cómo podemos mantener nuestras casas más frescas, un tema recurrente año tras año puesto que los veranos son cada vez más cálidos.
El de 2024 fue el sexto más cálido del siglo XXI y se produjeron dos olas de calor; una de ellas llegó a durar hasta 21 días, la segunda más larga desde que hay registros, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Y este año hemos empezado con fuerza: sin apenas haber terminado la primavera ya habíamos sufrido dos episodios de calor intenso.
Blindarnos a nosotros y a nuestras casas de este calor sofocante es muy importante porque, cuando se adueña de nuestro espacio personal, puede ser realmente incómodo. ¿Cómo podemos mantener nuestra casa más fresca?
Cómo mantener la casa fresca en verano
Hay muchas formas de mantener la casa fresca y no hace falta tener aire acondicionado. Pero, aunque tengamos uno, estas mismas medidas servirán para ofrecer un poco de ayuda extra y para ahorrar un poco más en la factura de la luz. Existen varios métodos de enfriamiento prácticos y fáciles de usar con los que tener bajo control la temperatura, como apunta el Instituto Catalán de Energía.
Cerrar las persianas y ventanas
Por más que nos guste que entre la luz natural por la ventana es importante recordar que la luz equivale a calor ya que actúa como un calentador en la temporada de frío. Por tanto, podemos empezar por las ventanas porque, si dejamos que el sol entre, nuestra casa se calentará seguro. Cerrar las persianas, sobre todo en las ventadas orientadas al sol, también es fundamental para refrescar la casa. Podemos optar por invertir en cortinas opacas para proteger las ventanas del intenso sol del verano, o una cortina más gruesa en lugar de una transparente.
El gesto de abrir una ventana no implica que estamos refrescando la casa, y menos cuando el aire exterior es muy cálido. Así, durante las horas más calurosas del día es mejor cerrarlas para evitar que entre el aire caliente y el calor se apodere de nuestras habitaciones.
Solo las abriremos cuando lleguen las horas más frescas del día, por la noche, abriendo varias si es posible para facilitar la circulación del aire, para liberar el aire caliente atrapado y permitir la entrada de aire más frío.
Proteger las ventanas y paredes del exterior con persianas, un toldo, un porche o plantas grandes en macetas, así como árboles de hoja caduca junto a las ventanas para que den sombra en verano pero dejen pasar el sol en invierno es otro punto que nos ayudará. Esto significa no solo estar más frescos sino también gastar menos en refrigeración. Se calcula que los toldos para ventanas pueden llegar a reducir la ganancia de calor solar hasta un 65%-77%.
No generar más calor: apagar los electrodomésticos
Seguramente nos sorprendería conocer la cantidad de calor residual que generan los electrodomésticos de nuestra casa. Para evitar generar más calor podemos apagar y desenchufar tanto electrodomésticos como aparatos electrónicos cuando no los usemos, sobre todo los de mayor tamaño, porque son los que emiten más calor, y evitar tener demasiadas luces encendidas. Debemos recordar que los electrodomésticos consumen energía incluso en modo de espera, así que es mejor apagarlos también para ahorrar aún más en la factura de la luz.
Y si aún usamos bombillas incandescentes es un buen momento para cambiarlas: casi el 90% de la energía que consumen se libera en forma de calor en lugar de luz. La opción LED de bajo consumo nos ayudará a mantener bajas las temperaturas ya que generan menos calor y, además, ahorran más electricidad.
Si además somos unos apasionados de los fogones, es mejor que consideremos cocinar en los momentos más frescos del día o elegir comidas que no supongan tener que usar el horno o el fuego durante el día.
Limitar el uso de electrodomésticos no solo nos ayudará a mantener nuestra casa más fresca sino que además contribuirá a reducir nuestro gasto de electricidad.
Aislar o sellar puertas y ventanas
Si sumáramos todas las pequeñas grietas de la casa por donde entra el aire caliente seguramente nos sorprenderíamos. Lo mismo que nos ayuda a mantener nuestra casa más caliente en invierno también nos ayuda a mantenerla más fresca en verano. El aislamiento actúa como una barrera térmica, impidiendo que el aire frío del interior escape y que el caliente del exterior entre. Por tanto, sellar las juntas alrededor de ventanas, puertas, paredes y suelos puede marcar una gran diferencia.
Instalar ventiladores
Los ventiladores son una buena manera de mantenernos más frescos durante los días calurosos. Los de pie y los de refrigeración, si están estratégicamente ubicados, pueden ayudar a que el aire circule por toda la habitación, mejorando el flujo de aire general. Más aún si podemos colocar cubitos de hielo delante del ventilador para enfriar el aire que sopla hacia nuestra dirección. Si usamos más de un ventilador podemos crear una corriente cruzada que nos refrescará aún más.
Los ventiladores de techo deben girar en sentido contrario a las agujas del reloj, de manera que impulse el aire frío del suelo y lo envíe hacia arriba. El simple contacto del aire del ventilador con la piel puede hacer que una habitación se sienta más fresca. Aquí te explicamos qué puedes hacer para que tu ventilador de techo enfríe aún más.
Debemos tener presente, sin embargo, que los ventiladores nos refrescan a nosotros, no a las habitaciones, así que será mejor apagarlos si no los estamos usando porque solo consumirán más energía innecesariamente.
Aprovechar el poder de las plantas de interior
No es ningún secreto que las plantas juegan un papel clave en el control de la temperatura atmosférica; de forma similar lo hacen en casa. Cuando la temperatura sube, las plantas liberan agua de sus hojas, lo que se denomina transpiración y ayuda a las plantas, que se refrescan tanto ellas como su entorno. Hablamos de plantas como el aloe vera, la sanseviera, el ficus, la cinta o el poto.
Adaptar la ropa de cama
Aunque parezca una nimiedad, los textiles son claves también para mantenernos más frescos en casa. Si alguna vez hemos usado un sofá de cuero en verano lo entenderemos, ya que habremos experimentado lo caliente y pegajoso que puede ser sentarse en él. En cuanto a la ropa de cama, lo más recomendable es usar sábanas de lino y algodón, telas ligeras, aireadas y transpirables que favorecen la ventilación y la circulación del aire.