El MNAC agotará la vía judicial esperando que la jueza del caso de las pinturas de Sijena «declare la sentencia inejecutable»

El MNAC agotará la vía judicial esperando que la jueza del caso de las pinturas de Sijena «declare la sentencia inejecutable»

El director del Museo Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), Pepe Serra, ha desvelado hoy la intención de la institución de aportar «nuevos y más rigurosos informes» cuando la jueza les otorgue el turno de oposición a la ejecucion forzosa del traslado que reclama el gobierno de Aragón

Marisancho Menjón: “Si los técnicos en Aragón vieran que las pinturas de Sijena no se puede trasladar, se plantarían”

El MNAC, por voz de su director, el museólogo Pepe Serra, ha hablado por fin tras más de un mes de silencio tras la sentencia del Tribunal Supremo que daba la razón al juzgado de Huesca que sentenció que el museo debía restituir a la sala capitular del Monasterio de Villanueva de Sijena (Huesca) las pinturas murales de allí extraídas.

Serra ha extendido su explicación y el argumentario de la postura del MNAC durante casi dos horas de conversación con los periodistas, en las cuales ha respondido también a las preguntas de estos. Del resumen de la explicación del director pueden extraerse dos direcciones de intencionalidad en el procedimiento del museo desde que se conociera la sentencia del alto tribunal.

En primer lugar, ejecutar todo el recorrido de la vía judicial que ha abierto la presentación la semana pasada por parte del MNAC de un escrito de incidencia judicial ante el juzgado de Huesca alegando, por un lado, incapacidad para ejecutar el traslado de las pinturas de Sijena en el tiempo estipulado en la sentencia, y por el otro la incapacidad técnica para ejecutar dicho traslado sin poner en riesgo las pinturas.

“Ahora toca la petición de ejecución forzosa por parte del Gobierno de Aragón, y tras ello la jueza nos otorgará la voz para presentar lo que se conoce como un ‘turno de oposición’ antes de dictaminarla”, ha explicado Serra. En dicho turno, ha asegurado que “el MNAC presentará nuevos y más rigurosos estudios”. La esperanza, ha reconocido, es que finalmente “haya suficientemente peso técnico para que no quede más remedio que declarar la sentencia inejecutable”.

Protección jurídica para los trabajadores que deban ejecutar el traslado

No obstante, Serra ha reconocido que “no es un camino fácil” y que “las posibilidades son inciertas”. “En caso de que finalmente debamos ejecutar la sentencia”, ha proseguido, “nuestro propósito es que nuestro personal –que la sentencia dictamina que debe ser el encargado de ejecutar el traslado de las pinturas– quede exonerado de responsabilidad jurídica ante cualquier daño que se pueda derivar en ellas durante el mismo”.

Para ello, Serra destaca que el patronato del museo en su reciente reunión aprobó por unanimidad una serie de propuestas entre las que se encontraba “que los técnicos que conforman la comisión [y proceden de las tres instituciones que rigen el patronato: ayuntamiento de Barcelona, govern de la Generalitat y Ministerio de Cultura] firmen todos los escritos e informes que realicen con nombre y apellidos, asumiendo así todas las responsabilidades”.

Ha lamentado también que los dos técnicos designados por el Gobierno de Aragón “abandonasen la comisión” tras la presentación del escrito de incidente judicial ante el juzgado de Huesca por parte del MNAC. Y ha explicado respecto a la postura de los mismos, que, a su juicio, “solo tenían un lógico interés en el ‘cuándo’ se ejecutará el traslado sin atender a las dificultades técnicas y al elevado riesgo”.

Según ha afirmado Serra, “la ejecución de esta sentencia es un caso de una extremada complejidad, del que no existen apenas precedentes sobre cómo hacerlo”. Además, ha valorado que “aquí no se discute si se puede o no hacer, porque hacer se puede todo, sino qué riesgos entraña para las pinturas, por sus circunstancias especiales tras su paso por el fuego [fueron sustraídas de sus muros originales tras un incendio en 1936], y en este sentido todos los informes desaconsejan su traslado”.

Ha apostillado, en la misma dirección, que “desconozco todavía un solo informe firmado por un técnico certificado que avale el traslado”. “Todo son declaraciones en prensa, radio y televisión”, concluye el museólogo. Serra, por otro lado, ha rebatido las declaraciones de la exresponsable de Patrimonio del Gobierno de Aragón Marisancho Menjón, que aseguraba, en una entrevista publicada en elDiario.es, que el MNAC no había aportado ningún estudio técnico en su recurso ante el Tribunal Supremo. Asegura Serra que “al Supremo le corresponde dirimir cuestiones de índole jurídica, no técnica, por lo que no cabe presentar ante este órgano ningún estudio que no se hubiera presentado antes en el juzgado de Huesca”.

Bien de interés patrimonial extremadamente frágil

Serra también se ha extendido sobre los aspectos técnicos que, según el MNAC, desaconsejan el traslado. “Los murales de Sijena tienen la máxima calificación que se puede otorgar a un bien cultural en el estado Español, que es el de Bien de Interés Patrimonial”, ha aducido el museólogo. “Es por ello que desde el principio del litigio he dicho que la prioridad del museo es preservar este bien, que es nuestra obligación”, ha añadido.

A continuación ha subrayado que “cumplir con la sentencia implica someter las pinturas a un riesgo grande de daños irreparables”. “No se trata de si puede o no se puede, sino de las consecuencias que tendría el traslado…”, ha insistido. Reconoce de todos modos que “la sentencia no nos gusta, pero la aceptamos, como no podría ser de otra manera”.

Para Serra “existe un riesgo cierto avalado científicamente de que el bien no se pueda trasladar en las condiciones en que está” y ha hecho referencia a un estudio de 2016 que ya apuntaba los riesgos. “En 2025 no habrán mejorado de manera mágica”, ha concluido irónicamente Serra, que avanza que la evaluación de los riesgos no se detiene: “Estamos haciendo nuevos estudios y muy importantes al respecto”.

“Son 132 metros de superficie de pinturas del año 1200 en las que la parte más gruesa tienen un grosor de 1 milímetro y la mayoría de las partes apenas alcanzan micras”, ha expuesto el director del MNAC. “Han sido arrancadas a strappo [una técnica agresiva de sustracción de murales] y pasadas a un soporte de madera”, ha agregado para ilustrar su fragilidad sin olvidar hacer hincapié en que “se trata de pinturas que pasaron por el fuego”.

Por todo ello, Serra se ha resistido a hablar de estas pinturas como lo haría de otras que estuvieran en buen estado: “Nosotros hablamos de artefacto con materiales diferentes en capas diferentes en las que cada capa tiene un comportamiento totalmente diferente”. “La capa de pintura original presenta puntos de descohesión por todos lados”, ha desvelado. Finalmente, ha agregado a los problemas de descohesión física de las capas, “un problema de un enorme potencial de reactividad química a causa de su paso por el fuego”. Esto es que cualquier cambio de temperatura o de humedad relativa que no esté controlado puede dar lugar a formación de sales que hacen cristales y saltan la pintura.

“Hace cuatro años el museo retiró micromuestras para ponerlas en ambiente de despachos y ver que pasaba; actualmente estas muestras están llenas de cristales”, ha dicho para seguidamente apuntar a las condiciones en que puedan estar las pinturas en Sijena. “No tengo ninguna información de que allí hayan creado una sala con las condiciones que existen en el MNAC y que han logrado frenar el deterioro los últimos 30 años”, ha expuesto en relación con las reivindicaciones del Gobierno de Aragón.

Reivindicación del relato

Serra también ha querido reivindicar el relato sostenido durante todos estos años y que explica la presencia de las pinturas que estuvieron en los murales de la sala capitular de Sijena en el MNAC hasta hoy. “No se trata de robo ni expolio, como se ha dicho, ni de un comportamiento colonial, como ha dicho alguien a la ligera y sin venir a cuento, porque son obras que proceden de un mismo país, así que no se puede aplicar dicha denomiación”, ha reivindicado Serra frente al relato impuesto en ciertos sectores de la sociedad aragonesa.

Ha defendido que las obras fueron “rescatadas tras el incencio de 1936, en buena medida conservadas y restauradas y además, gracias al MNAC, han podido ser apreciadas por el público”. Como colofón a su defensa, Serra ha recordado que “el museo siempre las ha tenido en depósito, jamás ha dicho que fueran de su propiedad y además, en el momento en que fueron rescatadas, Sijena estaba bajo el obispado de Lleida”.