Dinamarca busca endurecer aún más las políticas anti inmigración comunitarias durante su presidencia de la UE

Dinamarca busca endurecer aún más las políticas anti inmigración comunitarias durante su presidencia de la UE

El país nórdico llega a la presidencia europea con un mayor apoyo entre los miembros de la UE a su proyecto de mano dura contra la inmigración. Su principal propuesta es la creación de centros para solicitantes de asilo fuera de suelo comunitario

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Dinamarca inicia la presidencia al frente del Consejo de la Unión Europea con la seguridad y la defensa como las principales prioridades de su agenda. A su vez, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, también se ha ganado la reputación de ser una de las líderes europeas con un posicionamiento más duro contra la inmigración, un modelo que pretende trasladar al resto de países de la Unión durante los seis meses que durará su presidencia rotatoria, que empezó el 1 de julio y durará hasta el 31 de diciembre de este año.

Para la socialdemócrata Frederiksen, aumentar el gasto en defensa y gestionar la inmigración irregular son dos caras de una misma moneda. “La política migratoria está vinculada a la seguridad, es decir, necesitamos una Europa más segura, más estable y más robusta, y eso no es posible si no controlamos los flujos hacia Europa”, dijo la ministra danesa de asuntos europeos, Marie Bjerre, al presentar el plan de prioridades de su país para su semestre europeo.

La presidencia del Consejo de la UE sitúa a Dinamarca en una posición más fuerte en la siguiente mitad del año para influir en los temas que se ponen encima de la mesa para debatir entre los países de la UE. De esta forma, se espera que Dinamarca intente construir un consenso europeo en temas como la polémica externalización de los centros para solicitantes de asilo en terceros países fuera de la UE, o las reformas judiciales para endurecer las condiciones de asilo, ampliamente criticadas por organizaciones sociales.

“Necesitamos nuevas soluciones para reducir el flujo migratorio hacia Europa y repatriar de forma efectiva a quienes no tienen derecho a permanecer en nuestros países”, defendió la primera ministra en una visita oficial a Berlín. Lo dijo delante del canciller alemán, Friederich Merz, quién no dudó en aplaudir el “modelo migratorio danés”.

Más apoyo en la UE

Cuando Mette Frederiksen llegó al puesto de primera ministra de Dinamarca en el año 2019, lo hizo con la promesa electoral de establecer centros para acoger a solicitantes de asilo fuera de la UE como eje central de su política migratoria. Otra medida cuestionada que el Ejecutivo danés puso en marcha en el año 2020 fue la revocación de 200 permisos de residencia de refugiados sirios, alegando que la situación en Damasco era suficientemente segura como para que los solicitantes de asilo fueran expulsados de Dinamarca y devueltos a su país.

“Al principio, este modelo migratorio fue muy criticado desde Bruselas, pero en los últimos cinco años hemos visto como cada vez más países europeos se están moviendo en la misma línea que Dinamarca en materia de migración”, explica Iben Barfoed, analista del centro de pensamiento Europa con sede en Copenhague en una entrevista para elDiario.es.

“El nuevo Gobierno conservador en Alemania ha señalado especialmente a Dinamarca como ejemplo en materia migratoria”, asegura Barfoed. Con el paso de los años, la mano dura de Frederiksen ha ganado otros adeptos entre los socios europeos, desde el primer ministro de Polonia Donald Tusk, a la primera ministra italiana de extrema derecha, Giorgia Meloni.

Precisamente, la líder ultra italiana ha resultado ser uno de los socios de la UE con quien Frederiksen, de la familia socialdemócrata, comparte más puntos de vista en materia migratoria, una sintonía que se hizo evidente cuando la primera ministra danesa visitó Roma a finales del mes de mayo. Allí, Italia y Dinamarca firmaron una carta secundada por otros siete Estados de la UE en la que se acusaba al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de limitar la soberanía de los Estados de la UE por sus decisiones en materia de migración: “La inmigración es la mayor amenaza para el norte de Europa”, justificó Frederiksen en la sede parlamentaria en Copenhague.

Centros de asilo fuera de la UE

Una de las principales propuestas que los miembros de la UE deberán discutir durante la presidencia de Dinamarca es el paquete legislativo del nuevo “Sistema Europeo Común de retornos” presentado en marzo por la presidenta Ursula Von der Leyen. El plan pretende impulsar la creación de centros de retorno en terceros países fuera de la UE con el objetivo de agilizar las deportaciones de inmigrantes irregulares y de solicitantes de asilo rechazados a sus países de origen.

El Gobierno danés ya intentó hace unos años llegar a un acuerdo similar con Ruanda para que el país africano acogiera a sus refugiados, pero el plan quedó bloqueado en su parlamento. En cambio, el Ejecutivo danés intentará ahora buscar el consenso con otros miembros de la UE para sacarlo adelante. Esta propuesta también se asemeja al intento de Italia de abrir un centro para solicitantes de asilo en Albania, a pesar de que la medida está actualmente en disputa en los tribunales.

Según informaba el medio especializado Politico, desde el ejecutivo de Copenhague se espera que su presidencia pueda impulsar el diálogo entre los miembros de la UE “en la medida de lo posible”, aunque ven “improbable” que se finalice este acuerdo para finales de diciembre, cuando termina la presidencia danesa en el Consejo de la UE.

La investigadora en el think tank Europa, Iben Barfoed, aclara que, de momento, no todos los países de la UE están de acuerdo con este proceso político: “Primero hace falta tener unidad en el bloque europeo para empezar esta negociación, pero esto sería posible si Dinamarca encuentra los socios para hacerlo, aunque legalmente también es un proceso muy difícil”, apunta.

El Gobierno de Dinamarca justifica sus políticas de restricción de la inmigración con “cero solicitantes de asilo” debido a que el porcentaje de población extranjera en el país ha pasado del 3,3% en el año 1985, al 16.3% en 2025. Según el Ejecutivo, este aumento de la población migrante ha tensado el sistema de bienestar social nórdico. A su vez, la primera ministra Mette Frederiksen ha repetido en varias ocasiones que la inmigración no occidental es el “mayor reto al que debe enfrentarse Dinamarca actualmente”.