El PP es España y todos los demás están de paso

El PP es España y todos los demás están de paso

En la clausura del congreso del PP, Feijóo anuncia que su llegada al poder será el momento en que «los españoles» vuelvan a mandar en el país, como si hasta ahora el Gobierno hubiera estado en manos de noruegos o austriacos o, aún peor, de catalanes y vascos

Feijóo clausura el congreso de su reelección al frente del PP: “No vamos a hacer un cordón sanitario a Vox”

Esos paradigmas del ‘sí, señor, lo que usted diga, señor’ que son los congresos de los partidos políticos raramente ofrecen noticias. Alberto Núñez Feijóo cerró el congreso del Partido Popular con un anuncio que pretendía ser solemne y trascendental en el caso de que las elecciones le permitan gobernar el país: “En España, van a mandar los españoles, la mayoría de los españoles”. Gran ovación de los asistentes. Como si hasta ahora el Gobierno hubiera estado en manos de noruegos o austriacos que se hubieran infiltrado en el Parlamento. O quizá catalanes y vascos, que viene a ser lo mismo a ojos del PP.

En la película ‘El buen pastor’ sobre los orígenes de la CIA, un personaje (Joe Pesci) hace una curiosa pregunta al protagonista, un puro WASP (blanco, anglosajón y protestante) interpretado por Matt Damon: “Déjeme que le pregunte algo. Nosotros, los italianos, tenemos nuestras familias, tenemos la Iglesia. Los irlandeses tienen su patria. Los judíos tienen sus tradiciones. Incluso los negros, ellos tienen su música. ¿Qué hay de su gente, señor Wilson? ¿Qué tienen ustedes?”. La respuesta de Wilson define quién mandaba realmente en el país: “Los Estados Unidos de América. Todos vosotros estáis de paso”.

Ese era el mensaje de Feijóo. Las próximas elecciones pueden devolver el país a sus auténticos dueños. “Los españoles”. Los que han quedado fuera de un Gobierno abominable que pacta con nacionalistas e independentistas, además de con rojos de distinto pelaje. Por eso, el eslogan de este congreso del PP ha sido: “Toma partido por España”. Porque el PP es el único partido que representa a España. Los demás están de visita y ha llegado el momento de que se vuelvan a su casa. Lo que no pueden hacer porque siempre han vivido en ese país llamado España.

Al igual que el señor Wilson, Feijóo sabe que ellos no son los que deberían tener un rol decisivo en el Gobierno del país. No pueden mandar, porque eso va contra el orden natural de las cosas.

Es inevitable que el líder de la oposición se presentara como salvador de la patria, sobre todo si hablaba en el congreso de su partido después de ser reelegido por el 99,2% de los compromisarios. El PP lleva tiempo diciendo que eso que llaman el sanchismo se ha apoderado del PSOE, como si fuera un parásito, y ha convertido al partido en una secta donde nadie se atreve a contradecir al líder. Está claro que no tiene tanto sentido del humor como para preguntarse qué significa que un congreso supere el 99% de los votos al reelegir a su presidente. Congreso a la búlgara, le llamaban antes. Ahora es un día más en la oficina.

En la intervención anterior, Isabel Díaz bromeó con el resultado. “Querido presidente, enhorabuena. 99% es poco. Dónde han quedado esos tres votos. Hay que seguirlos”. Esos chistes que causan un ligero estremecimiento. Ella fue reelegida como presidenta del PP en Madrid con el voto del 99,1% de los compromisarios.

Feijóo respondió a ese porcentaje con un discurso en el que ofreció su programa sobre cómo sería su Gobierno. En otras palabras, cómo va a salvar a España de sí misma. Antes de nada, se apresuró a afirmar que la culpa no es de los ciudadanos: “No acepto que la sociedad española esté enferma. La esfera política sí lo está”. Todo eso diez días después de que el PP convirtiera el hemiciclo en un espectáculo de gritos e insultos.

No merece la pena recordar que fueron los españoles quienes votaron en 2023 y eligieron el Congreso actual, que fue quien aprobó por mayoría absoluta la investidura de Pedro Sánchez. Eso supondría olvidar que algunos grupos parlamentarios no merecen intervenir en la gobernación del país.

“Que se cumpla la Constitución”, dijo Feijóo. Aparentemente, eso pasa por no permitir que puedan tener voz aquellos que “no apuestan por España”. No hay ningún artículo de la Constitución que diga eso. Es una interpretación que hace el PP.

Habituado a decir una cosa y luego la contraria para mitigar el impacto de la primera, Feijóo denunció luego que el Gobierno divide a los españoles. Se refirió a una frase de Sánchez convenientemente manipulada sobre “el muro de la derecha y la extrema derecha” contra las decisiones del Gobierno para anunciar que él derribará ese muro. “Nunca separaré a los españoles”, prometió. “Mis primeras palabras en la investidura serán para decir que el muro entre los españoles ya no existe”. Eso será si consigue sumar una mayoría absoluta en las urnas.


Los barones regionales del PP se ponen muy firmes para escuchar el himno nacional en el cierre del congreso.

El líder del PP dijo que pretende gobernar en solitario. Eso es lo que dicen todos hasta que las urnas les devuelven a la cruda realidad, que es lo que ha pasado en todas las elecciones desde diciembre de 2015. Casi diez años y algunos no aprenden la lección. Para gobernar, necesitará a Vox. La gran revelación del congreso fue que Feijóo se atrevió a pronunciar esa palabra. El guion de la cita, triunfalista y convencida de la victoria final, exigía que nadie mencionara a la ultraderecha y al partido de Santiago Abascal. Como si no existieran.

Feijóo lo hizo para afirmar que no hará un “cordón sanitario” a Vox. “No, es la tercera fuerza política, sus votantes merecen respeto y no estoy dispuesto a arrinconarles”. Es obvio, sin ellos no será presidente del Gobierno. La gran noticia no lo era. El PP gobierna con el apoyo de Vox en varias comunidades autónomas y ya ha pactado los presupuestos con ellos en algunas, el último, Carlos Mazón en la Comunidad Valenciana.

¿Qué ocurrirá si Vox exige entrar en el Gobierno a cambio de sus votos, una opción bastante lógica? Feijóo intentó ofrecer una imagen de firmeza. “Lo que ya pasó hace unos años. No voy a dar lo que no quiero ni puedo. No voy a firmar nada que vaya en contra de lo que hemos aprobado aquí. Nada es nada”. Es decir, no habría Gobierno y se tendrían que repetir las elecciones, como ocurrió en 2016 y 2019.

Antes de Feijóo, Díaz Ayuso ofreció su discurso estándar en la versión sin frases sobre el fin inminente de la democracia para no tapar el mensaje del jefe. Para resarcirse, repitió la palabra ‘comunismo’ en decenas de ocasiones, lo que demuestra que no sabe en qué consiste. A ella todo le da igual. Es genial por indoloro ser el principal dique contra el avance del comunismo en un país cuando ese comunismo no existe. La paranoia siempre ha dado votos por todo el mundo, también en Europa.

Para finalizar su intervención, Feijóo mencionó las primeras palabras de la ponencia aprobada por el Congreso: “Nosotros, los españoles”. Es una copia del inicio de la Constitución de EEUU, “We, the people” (nosotros, el pueblo). Dio tres vivas a la libertad, la democracia y España. Después, sonó el himno nacional. En la versión del PP, el que dice que hay que derribar los muros que dividen a los ciudadanos, un acto de partido acaba con el himno, porque ese partido es España. Los demás sólo están de visita y no tienen derecho a molestar.