
El director de ‘Superman’ recuerda que el superhéroe es un inmigrante en EEUU y el trumpismo se pone furioso
El movimiento MAGA (Make America Great Again) rechaza una película que todavía no ha visto, a pesar de que James Gunn, también guionista de ‘Superman’, reivindica que es un filme sobre la amabilidad: «No tengo nada que decirles. No estoy aquí para juzgar a nadie. Es una historia con la que cualquiera puede sentirse identificado»
“Superman es la historia de Estados Unidos: un inmigrante que viene de otros lugares a vivir en el país, pero para mí es sobre todo una historia que dice que la amabilidad humana básica es un valor y algo que hemos perdido”. Son las palabras de James Gunn en una entrevista al diario británico ‘The Times’ en plena gira promocional de ‘Superman’, que se estrena este viernes 11 de julio, que han tenido mucho eco en medios estadounidenses, tal y como recoge, por ejemplo, The Hollywood Reporter.
Algo tan inocente como el mero recordatorio de que ‘el hombre de acero’ es un extraterrestre que viene como refugiado de otro planeta (Krypton) ha desatado la histeria en los sectores más ultrareaccionarios de Estados Unidos, entre acusaciones de ‘wokismo’, cuando el propio personaje nació como símbolo de la integración y defensa de la bondad frente a los más débiles de la mano de dos hijos inmigrantes: Jerry Siegel, hijo de migrantes judíos que llegaron a Nueva York desde Lituania; y Joe Shuster, canadiense hijo de inmigrantes judíos llegados de Países Bajos.
De hecho, las palabras de Gunn no deberían ser una sorpresa, porque ha reivindicado a lo largo de todo el proceso de preparación de la película esa vuelta al espíritu original del personaje, a esa idea de esperanza en el lado más luminoso del ser humano: “Este Superman parece llegar en un momento particular en el que la gente está perdiendo la esperanza en la bondad. Cuento la historia de un tipo que es genuinamente bueno, y creo que eso es necesario ahora mismo porque hay una maldad que ha emergido debido a figuraras culturales que son mezquinas online”.
Es probable que sus palabras hayan tenido un fuerte impacto debido a que Gunn no es solo el guionista y director de la película, sino el copresidente y el director ejecutivo de todo DC Studios en Warner Bros., del que Superman es (con permiso de Batman) su máximo exponente. La misión de Gunn, en el sentido más estrictamente comercial, es el de relanzar el universo cinematográfico de DC después de la etapa interesante pero irregular dominada por la visión de Zack Snyder. Todo ello, en un momento en el que parece haber cierto agotamiento por parte del público respecto a las historias de superhéroes, al menos como fenómeno de masas.
Por eso, es difícil pensar que haya disfrutado de la inesperada (y, sin embargo, poco sorprendente) polémica que ha habido en torno a sus palabras, que parecen haberse interpretado como una crítica a las políticas de expulsión de migrantes de Donald Trump. Numerosos usuarios de redes sociales ya han expresado en las últimas horas que no quieren ver la película, y deseando que sea un pinchazo, como ha denunciado la cuenta satírica de ‘Andrés Trasado’.
En ‘Fox News’ se preguntaban si es ‘Superman’ superwoke, volviendo real un meme muy conocido en los últimos años en redes sociales en el que en los años noventa personajes como ‘Spider-Man’ animaban a los niños a ser bueno con los débiles y a respetar a las minorías, mientras que ese mismo niño veía a ese mismo superhéroe en la actualidad decir esas mismas cosas y le acusaba de ser víctima de la corrección política y de la ‘dictadura woke’.
Preguntado directamente por Variety sobre qué le diría a las voces del movimiento MAGA (llamado así por las siglas de ‘Make America Great Again’, el lema archiconocido de Trump que reinvindica ‘hacer Estados Unidos grande de nuevo’), Gunn ha expresado, sencillamente, que “no tiene nada que decirles”: “No tengo nada que decirles. No estoy aquí para juzgar a nadie. Es una historia sobre la amabilidad con la que cualquiera puede sentirse identificado”.
Otras personas implicadas en la realización de la película han sido más explícitas. Sean Gunn, actor y hermano de James Gunn, respondía así: “Esto es exactamente de lo que va la película. Superman es un inmigrante. Nosotros apoyamos a nuestra gente. Nosotros amamos a nuestros inmigrantes. Sí, Superman es un inmigrante, y sí, las personas a las que apoyamos son inmigrantes. La gente que dice que no a los inmigrantes están en contra del modo de vida estadounidense y en contra de lo que representa el sueño americano”. Y Nathan Fillion, actor especialmente conocido por su papel protagonista en la serie ‘Castle’, y que ha trabajado ya en varias ocasiones con James Gunn, señalaba, sencillamente, entre risas, que parece que “hay gente que necesita un abrazo”: “Es solo una película, chicos”.
Gunn ya había dirigido en DC la película ‘El escuadrón suicida’, llena de humor negro; y la serie ‘El pacificador’, protagonizada por John Cena, que mantenía a uno de los personajes y el tono canalla de su anterior entrega (y este verano estrena su segunda temporada). Pero si Gunn fue elegido para relanzar DC se debe en gran medida éxito y el carisma de sus ‘Guardianes de la Galaxia’, realizado en su gran rival, Marvel Studios (que forma parte de Disney). Una historia de perdedores con mucho sentido del humor y mala baba, pero también tierna y con su corazoncito.
Toda esa polémica llega sin que se haya abierto el melón de que el villano de la misma, Lex Luthor, tiene claras semejanzas con magnates tecnológicos a lo Elon Musk. Pero es que, sintiéndolo mucho, eso ni siquiera es mérito de Gunn: ya estaba en los cómics, y el cineasta solo está intentando ser fiel a la visión de algunos de los mejores tebeos, y a uno de los personajes más queridos de las viñetas. Uno que parece no casar con el espíritu de los tiempos, a los que hoy en día acusarían de inocente o ingenuo, y del que para mucha gente parece interesar solo sus poderes, esa dimensión que lo convierte en una especie de semidios, y no tanto su integridad, su amabilidad, y su empatía, que para muchos fans del hombre de Superman (Gunn entre ellos) es precisamente lo que le define.
James Gunn en Londres, durante la promoción de su película ‘Superman’
“El acto más rebelde que puedes hacer hoy en día es ser amable”. Esa frase de Gunn parece haber sido una de las que han impulsado su adaptación que en su día rechazó, porque sentía que no era el momento para hacerla y que no tenía una historia que contar. Tiempo después decidió lanzarse: lleva mucho tiempo preparándolo con mimo (independientemente de cuál sea el resultado, que esta persona que escribe todavía no ha podido ver), y Gunn ha hecho una campaña promocional de todo el proceso: haa compartido con cariño desde el borrador del guion terminado hasta la historia de cómo se ha inspirado en su perro adoptado Ozu para el personaje de Krypto, el fiel compañero de Superman de cuatro patas con poderes que le ayuda casi tanto como le mete en líos.
Y, a pesar de todo lo que significaba para él este proyecto, tanto personal como profesional y comercialmente, y en un mundo en el que la extrema derecha juega en muchos países a deslizar la idea de deportar masivamente migrantes (y en un país en el que directamente ya lo están haciendo) Gunn se ha mojado más de lo que muchos esperaban en la promoción de la película. Quizá ha entendido bien el espíritu de su personaje: Clark Kent (o Kal-El, su nombre de migrante), un tipo que, a pesar de los inconvenientes que le puedan causar sus actuaciones a largo plazo, se preocupa por los demás y simplemente quiere hacer lo correcto.