
El miedo vecinal al amianto se transforma en indignación en el pleno de Retiro: «La obra debe parar ahora mismo»
Decenas de residentes en el entorno del número 138 de Doctor Esquerdo reclaman a la conceja del distrito, Andrea Levy, que los trabajos se detengan y se retomen con garantías, mediciones diarias de la contaminación e información fluida. La Junta Municipal insta al área de Obras a parar el desamiantado hasta que se reúna con los vecinos este miércoles
Alarma vecinal por la retirada de amianto en la supermanzana de Retiro mientras el Ayuntamiento evacúa a sus empleados
El pleno de la Junta Municipal de Retiro ha sido el escenario en el que ha explotado la tensión acumulada durante la última semana en este distrito de Madrid. Los trabajos de desamiantado que se han intensificado este lunes en una nave de 8.000 metros cuadrados, sede de un futuro polideportivo ubicado en el número 138 de la calle Doctor Esquerdo, han puesto el barrio en pie de guerra por el temor a las afectaciones sanitarias de la intervención. Sobre todo desde que el pasado jueves trascendió que el área de Políticas de Vivienda ha evacuado a su plantilla trasladada a la zona, a la cual ha ordenado teletrabajo hasta que finalice la obra en un correo al que ha tenido acceso este periódico.
“La obra debe parar ahora mismo. No nos vamos a ir de aquí sin ese compromiso”, ha aseverado uno de los muchos vecinos que ha intervenido al inicio del pleno. Francisco Crespo, que vive en el número 38 de la calle Sánchez Barcaiztegui (anexa a la nave), ha expuesto esta reclamación al tiempo que otras exigencias vecinales: “El Ayuntamiento debía reunirse con los damnificados para planificar. El verano no es el momento para esta actuación, que es muy agresiva porque nos obliga a cerrar las ventanas, no usar el aire acondicionado o evitar las piscinas comunitarias por los riesgos del amianto en suspensión”. Crespo ha recordado que en el entorno del desamiantado viven 1.800 vecinos y además cada día trabajan o pasan por la zona cientos de personas.
Entre aplausos de los decenas de asistentes a una sesión mucho más concurrida y movida de lo habitual, Franciso ha reciminado la gestión del Ayuntamiento a la concejala presidente del distrito de Retiro, Andrea Levy: “El político tiene que estar al servicio del pueblo, no el pueblo al servicio del político”. Previamente, la edil accedió a abrir el pleno con las intervenciones vecinales, aunque las peticiones no llegaron en tiempo y forma.
Modificó además el orden del día para que la proposición que atañe a la controversia, emitida por Más Madrid, pasara del punto octavo al primero. Pero no pudo contentar las reclamaciones de los asistentes, que exigían la paralización inmediata de un proyecto gestionado por el área de Obras y Equipamientos que dirige la concejala Paloma García Romero.
“Además del amianto puede haber un peligro para la estructura. Lo que estamos viendo en los vídeos que han grabado otros vecinos no nos convence y exigmos información detallada”, ha reclamado Avelino, del número 32 de Sánchez Barcaiztegui. “Ya hubo una demolición de la techumbre de yeso la pasada semana, incluso se produjo una rotura de los cristales porque los trabajadores se ahogaban. Ese polvo ha ido al exterior, a la piscina, los patios y las viviendas”, denuncia.
Ante estos reproches, “se lo trasladaremos al área” ha sido una de las frases más repetidas por Levy, que ha asegurado estar al corriente del asunto “desde hace unos días” y ha protagonizado rifirrafes con algunos de los ciudadanos que han asistido al pleno. “Esta Junta no les tiene que contestar”, ha llegado a espetar a una residente visiblemente indignada, después de que la concejala de Retiro indicara a los residentes que debieron dirigir sus quejas directamente al área de Obras y no a Línea Madrid. “Ustedes son los profesionales de esto”, reclamó Pilar, la vecina que había tomado la palabra. “Pedimos formalmente que paren las obras o iremos a un juez”, ha concluido.
Finalmente, después de las intervenciones municipales y de un receso en el que se han reunido los distintos grupos políticos, la Junta ha aprobado la proposición de Más Madrid con adendas a ella, “un texto en el que todos nos sentimos cómodos bajo los límites en los que nos podemos mover”, ha indicado Levy. Una enmieda con este contenido: “Solicitar a la Junta Municipal de Retiro instar al área competente [Obras] elaborar un nuevo calendario de obras, que no incluya actuaciones hasta que se alcance un acuerdo en la reunión de mañana con los vecinos”. Será pues mañana miércoles cuando los residentes rindan cuentas al departamento del Ayuntamiento que lidera José Luis Martínez-Almeida con competencias en la materia.
De las “garantías” del área de Obras a la evacuación de trabajadores municipales
Vecinos consultados por Somos Madrid han insistido en las indicaciones erráticas del proceso. Primero por las disparadidades entre Vivienda y el área de Obras, que en declaraciones a este periódico insiste en las “garantías” de la ejecución. En segundo lugar, por la posible contradicción entre esas “garantías” y las recomendaciones de la empresa encargada del desamiantado, dMol. La compañía ha difundido carteles en las fachadas de los bloques en las que aconseja cerrar las ventanas de los domicilios (en pleno calor veraniego), no tender la ropa en las terrazas o evitar usar piscinas privadas en los trabajos (lunes a viernes de 7.00 a 13.00). Todo ello sin mencionar explícitamente la palabra “amianto”.
Estas indicaciones, lejos de calmar las aguas, terminaron de soliviantar a los vecinos. Así lo sintetizaba Claudia Castillo, que habita en el 36 de la calle Sánchez Barcaiztegui: “No tenemos nada de información con un proyecto que lleva muchísimo tiempo sobre la mesa y que implica un material muy perjudicial a largo plazo, cuyas consecuencias pueden venir en muchas décadas. No sabemos nada y de repente nos encontramos con ese cartel”.
María Jesús, que vive en la calle Cavanilles, ha resumido las quejas por la falta de comunicación y por el hecho de que esta actuación se ejecute en verano: “En 48 horas nos hemos hecho expertos en amianto, arquitectura, calor o contacto con prensa. Ustedes han tenido tiempo para intervenir y gestionar una respuesta. Nadie del Ayuntamiento ha venido a nuestras casas para medir la contaminación. Yo tengo padres con 90 años e hijos de ocho que están pasando estos días de altas temperaturas con las ventanas cerradas. Pagamos a empleados de las piscinas que no están trabajando”.
Además de esa controvertida cartela, y según recoge Europa Press a partir de una carta dirigida a los vecinos, dMol ha informado este martes que durante sus tareas encapsula las placas y no se desprenden fibras. La entidad explica que la zona afectada está “completamente cerrada y señalizada”, sin “acceso exterior ni personal ajeno”, al tiempo que ha apuntado que usan un líquido encapsulante con pulverizador de baja presión antes de manipular las placas.
“El material que se va a retirar es no friable, es decir, que no se rompe o desmenuza con facilidad. Antes de retirarlo este se encapsula, lo que garantiza que las fibras de amianto no se desprendan”, apostillan en dMOl. Avanzan asimismo “mediciones ambientales diarias”, otra de las peticiones formalizadas por los vecinos durante una tarde de tensión, pero también de consenso, en un agitado pleno.