Cuando Madrid multiplicó de golpe por ocho su territorio al absorber 13 municipios

Cuando Madrid multiplicó de golpe por ocho su territorio al absorber 13 municipios

Entre 1948 y 1954 se anexionaron a Madrid Aravaca, Barajas, Canillas, Canillejas, Carabanchel Alto, Carabanchel Bajo, Chamartín, El Pardo, Fuencarral, Hortaleza, Vallecas, Vicálvaro y Villaverde. La idea del Gran Madrid transcurrió entre la necesidad real de articular el territorio y la idea de hacer una capital grandiosa para el franquismo que superara demográficamente a Barcelona

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En el número 42 de la muy concurrida Avenida de la Albufera está el viejo edificio de la Junta Municipal del distrito de Puente de Vallecas (que alberga oficinas municipales, la Junta está en plena transición a un edificio nuevo). Muchos vecinos desconocen que el inmueble de sabor clásico fue en su día el Ayuntamiento de Vallecas, antes de su anexión a la capital en 1950.

En los años anteriores, los vecinos de lo que hoy es Puente de Vallecas, que ya se tocaba con Madrid, era favorables a pasar a depender de la capital, mientras que los vecinos de la vieja Vallecas se mostraban más reticentes. Hoy en día esta es una historia más bien olvidada, que resuena si acaso en la encarnación barrionalista y la Vallekas surgida tras la llegada del aluvión migrante durante la segunda mitad del siglo XX.

Entre los años 1948 y 1954 el territorio de la ciudad de Madrid creció de los 64.8 km² a 609.09 km² a costa de trece municipios limítrofes. Un 800%. El incremento poblacional no muestra números tan espectaculares, aunque también es importante, pasó de 1.237.621 a 1.567.850 habitantes (en torno al 20%)


Antiguo Ayuntamiento de Vallecas

La idea de articular lo que hoy conocemos como espacio metropolitano de Madrid tenía antecedentes. El más importante quizá sea la creación de la Mancomunidad de Municipios Limítrofes, que agrupó entre 1910 y 1912 a una quincena de municipios. Aunque fracasó, puso de manifiesto la necesidad de coordinar servicios esenciales como las vías públicas, el abastecimiento del agua, la electricidad, el saneamiento y la seguridad. Entre sus objetivos figuraban puntos claros de integración territorial como la creación de una red de tranvías con una tarifa única u ordenanzas municipales conjuntas.

Desde un plano más discursivo, empezó a hacerse presente en el debate público la idea del Gran Madrid durante la dictadura de Primo de Rivera y la Segunda República, a imagen y semejanza de otras grandes urbes europeas como París. En todo caso, la cosa no pasó del debate.

En 1944 se promulga la Ley de anexión que hará posible las sucesivas transferencias municipales a la ciudad de Madrid, que no se harían de forma independiente sino en el contexto del urbanismo franquista de posguerra, representado por el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid de 1941 (conocido como Plan Bidagor).


Mapa de Madrid en 1944 y municipios cercanos del norte

Si bien durante la Segunda República el debate se había orientado en aras de una federación heredera de la fracasada Mancomunidad de Municipios –aunque la solución anexionista apareció como solución a la crisis del paro en los municipios limítrofes–, el franquismo impuso una visión radicalmente centralizadora del estado que dirimía definitivamente las dudas entre coordinar y anexionar en favor de la segunda opción.

Madrid quiso ser, en los términos de lo que el propio Franquismo imaginaba para sí, Ciudad Imperial, Ciudad del Movimiento o Ciudad Orgánica. En esta política anexionista del Gran Madrid latía el engrandecimiento de la capital del régimen y también la obsesión porque Barcelona no supera a Madrid. De hecho, ya la había adelantado demográficamente en los años treinta, convirtiéndose en la primera metrópoli de un millón de habitantes.


Mapa de Madrid en 1945, antes del proceso de anexión

Fueron trece los municipios anexionados: Aravaca, Barajas, Canillas, Canillejas, Carabanchel Alto, Carabanchel Bajo, Chamartín, El Pardo, Fuencarral, Hortaleza, Vallecas, Vicálvaro y Villaverde. Los primeros de todos fueron Chamartín de la Rosa, que ya era un continuo con Madrid en su parte de Tetuán, y los dos Carabancheles, en 1948.

El año en el que se sumaron a Madrid más municipios fue en 1950, cuando llegaron los vecinos de Canillas, Hortaleza, Vicálvaro, Fuencarral, Barajas y Vallecas. En 1951 se anexionó el pueblo de El Pardo –por razones más políticas que urbanísticas, pues allí residía Franco– y en 1954 el último de todos, Villaverde. Este plano muestra el final del proceso.


Plano de Madrid al final del proceso de anexión

Al principio, los municipios anexionados se convirtieron en barrios, pero en 1955 se integraron en la nueva división administrativa de Madrid en 12 distritos, algunos como distritos independientes y otros junto con otros. Y, más o menos, así ha seguido siendo en sucesivas reformas territoriales de Madrid.

En los últimos años ha aflorado un poco la sensibilidad por el patrimonio que queda en algunos antiguos municipios anexionados, encarnada en asociaciones como Barajas BIC o el esfuerzo del tejido asociativo de Hortaleza por preservar su casco histórico. Pero, en términos generales, la extensión del término municipal de Madrid operó como una ola de olvido, arrasando con el crecimiento de la ciudad la cultura material de los antiguos pueblos limítrofes. En algunos casos, la distinción entre lo que fue y es se aparece más clara, como en el caso de los antiguos pueblos de Fuencarral o de Barajas (que se siguen nombrando así de forma popular). En otros, los aniversarios de las anexiones de han celebrado discretamente y lo que queda del viejo caserío de aquellos pueblos languidece mimetizado con el Madrid que todo lo pudo.