
La alcaldesa de Marbella irrita a la familia de Pasionaria León al usar en su pésame el nombre que le impuso el franquismo
La mujer huyó en la Desbandá y regresó de Francia para encontrarse con un cambio de nombre impuesto del que siempre renegó. Su hijo rechaza las condolencias por “conciencia”
Adiós a Pasionaria León, memoria de La Desbandá a quien el Ayuntamiento de Marbella negó un homenaje
La alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz (PP), envió una carta de condolencias al hijo de Pasionaria León, la mujer que huyó siendo una niña de siete años de las tropas golpistas desde el interior de Cádiz hasta llegar a Francia, fallecida el pasado 30 de abril. En esa misiva la llama “Isabel León”, el nombre que le impuso el franquismo, en lugar de Pasionaria León, que es el que consta en su partida de nacimiento y con el que todos la conocían.
Ni ella ni su familia ni su entorno asumieron nunca su nuevo nombre “oficial”. La carta de condolencias ha sido rechazada “por conciencia” por su hijo, Fermín Benítez León, quien ha respondido indignado a la alcaldesa. Acompaña su misiva de la partida de nacimiento de su madre, donde se lee el nombre que le pusieron al nacer, Pasionaria León Díaz y, en una nota marginal, la imposición franquista del cambio de nombre, basada en un Decreto de febrero de 1939 del Gobierno golpista. Tal y como este medio ha podido comprobar, en esa anotación se lee que el nombre de Pasionaria ha sido “declarado ilegal”.
El episodio ha indignado a su hijo porque considera que no se trata de un mero despiste. La historia de Pasionaria se conoció públicamente tras ser recuperada por su paisano Ignacio Trillo en un libro, Memorialistas campogibraltareñas del convulso siglo XX y divulgada por Nieves Concostrina en su programa de Historia en la Cadena Ser.
Poco antes de que Pasionaria falleciera, el PSOE impulsó que el Ayuntamiento de Marbella la reconociera aún en vida, colocando una pequeña escultura en homenaje a ella y a quienes tuvieron que tomar la carretera de Almería para huir de las tropas franquistas. La moción presentada por los socialistas la nombraba como ella y sus amigos la conocían, Pasionaria León. Siempre refiriéndose a Pasionaria, el Pleno debatió el asunto, pero el PP y Vox le negaron el reconocimiento. El asunto tuvo eco mediático: elDiario.es y medios locales como Diario Sur o Málaga Hoy contaron su fallecimiento, siempre refiriéndose a ella como Pasionaria León.
A pesar de que su relevancia pública siempre fue bajo el nombre de Pasionaria León, la carta de condolencias firmada el 5 de mayo (cinco días después de su fallecimiento) transmite a su hijo Fermín el “pésame por el triste fallecimiento de Isabel León Díaz”.
“No puedo creerme las farisaicas condolencias”
“No debo ni puedo aceptar ni creerme que las farisaicas condolencias que me dirige, referidas a Isabel León Díaz, puedan estar dirigidas a mi madre, Pasionaria”, espeta Fermín Benítez a la alcaldesa Muñoz en su carta de respuesta, a la que elDiario.es ha tenido acceso. Además de enviarla por correo la registró en el Ayuntamiento el pasado 8 de julio, dos meses después de la muerte de la mujer.
En ella, el hijo explica a Muñoz los avatares sufridos en vida por Pasionaria, cuando “indignos militares de la felonía y el genocidio (…) le robaron la infancia, la adolescencia”. Pasionaria primero huyó de Jimena de la Frontera a Málaga (en lo que se conoce como las Huías); luego, de Málaga a Almería, formando parte de La Desbandá, la masiva huida de civiles por la carretera bajo el cañoneo de los cruceros Baleares, Canarias y Cervera: “nueve días”, parte andando y parte en burro, según contaba ella, en los que nació su hermano Liberto a la altura del Faro de Calaburras. Y finalmente a Girona y, tras la Batalla del Ebro, a Francia. Allí su padre fue recluido en el campo de concentración de Saint-Cyprien y ella y sus hermanos, enviados cerca de París.
Jamás volvieron a verlo. El hombre murió “de pena” en Francia en 1953. “Su delito para la dictadura, que le imposibilitó retornar, consistió en ser sindicalista y pacifista. Ni participó en ningún frente de guerra ni jamás dispuso de un arma”, recuerda su nieto.
Poco antes Pasionaria regresó del exilio, y al llegar a Jimena se enteró de que sus dos tías habían sido asesinadas, la casa tomada y ella y sus hermanos ya no eran Pasionaria, Servet y Liberto, sino Pedro, Alberto e Isabel. “El régimen impuesto por el fragor de las armas, basado en su furibunda concepción ideológica religiosa, llevó a que su nombre, Pasionaria, tuviera que ser sustituido de forma obligada por el de Isabel, que siempre se negó a reconocer, entre otros motivos para su rechazo argumentaba con que «ni era Reina ni Virgen» para portar tal impostura”, cuenta su hijo en la carta dirigida a la alcaldesa.
“La conocían como Pasionita”
“Por tal fundamento se podrá imaginar cómo sentí clavado en mi pecho el leer que el nombre de Isabel, jamás empleado en el trato familiar y que sigue constando solo oficialmente para recuerdo de aquella tropelía, iba asociado a los apellidos de mi madre”, señala su hijo, quien recuerda también el “disgusto” que sufrió su madre los últimos días de vida por el rechazo de Marbella a reconocerla, gracias a los votos del PP y Vox en el Pleno marbellí.
La mujer, que regresó a España a mediados de los 40 cuando fue deportada por el Gobierno de Vichy, inició en su pueblo natal una exitosa trayectoria empresarial. Antes de su llegada a San Pedro de Alcántara fundó en Gran Canaria un próspero negocio de venta de santos de escayola (una curiosa paradoja para una familia anarquista) y luego un estudio de fotografía que compartía caseta con un tiró pichón.
“A mi madre le pusieron el nombre por la flor de la Pasionaria; la llamaban Pasión”, contó su hijo a elDiario.es el mismo día en que falleció: “Firmaba documentos oficiales como Isabel, pero nadie la conocía como Isabel. En Canarias la conocían como Pasionita”.