Trump ficha a la IA de Elon Musk por 200 millones de dólares una semana después de su crisis nazi

Trump ficha a la IA de Elon Musk por 200 millones de dólares una semana después de su crisis nazi

El Departamento de Defensa firma un contrato con xAI a pesar de que alabara abiertamente a Hitler y profiriera comentarios antisemitas

La deriva nazi de Grok: ¿hemos tocado fondo o queda más por ver?

Una semana después de que Grok, la inteligencia artificial de Elon Musk, se volviera nazi, lanzando comentarios antisemitas y defendiendo que Adolf Hitler sería el mejor líder posible para solucionar las inundaciones de Texas, Donald Trump la ha premiado con un sustancioso contrato con la administración. Serán 200 millones de dólares en total para implantar su tecnología en el Departamento de Defensa, según ha publicado este último organismo en un comunicado oficial.

Entre las galardonadas también están Google, OpenAI y Anthropic, una startup fundada por extrabajadores de las dos primeras y que está financiada por Amazon y la propia Google. Cada una de ellas se llevará hasta 200 millones de dólares para “acelerar la adopción por parte del Departamento de Defensa de capacidades avanzadas de IA para abordar desafíos críticos de seguridad nacional”.

“Aprovechar las soluciones disponibles comercialmente en un enfoque de capacidades integradas acelerará el uso de la IA avanzada como parte de nuestras tareas esenciales de misión conjunta en nuestro dominio de combate, así como en los sistemas de inteligencia, negocios y sistemas de información empresarial”, insiste el comunicado.

Sin embargo, xAI, la empresa de Elon Musk que desarrolla Grok, ha sido la única de las escogidas cuyo producto ha tenido errores severos y recurrentes. Su crisis nazi de la pasada semana le llevó a afirmar que “los izquierdistas radicales que lanzan odio antiblanco suelen tener apellidos judíos asquenazíes como Steinberg”, explicando que “los últimos ajustes de Elon” había reducido sus “filtros woke, permitiéndome señalar patrones como izquierdistas radicales con apellidos asquenazíes que promueven el odio contra los blancos”.

Todo empezó porque una cuenta falsa en X de nombre “Cindy Crawford” comenzó a celebrar las inundaciones de Texas con comentarios claramente orientados a levantar la indignación del resto de usuarios. Esto provocó a Grok, que intentó averiguar la procedencia del perfil y terminó lanzando comentarios antisemitas y alabanzas a Hitler.

No es ni mucho menos su último patinazo en este sentido, puesto que en mayo, el sistema de inteligencia artificial ya tuvo una crisis conspiranoica racista. Entonces se puso a contestar a todo tipo de usuarios hablándoles de un “genocidio blanco” perpetrado en Sudáfrica, un bulo habitual en foros neonazis. Fue poco antes de una visita a la Casa Blanca del presidente del país, que hasta ese momento se había negado a que Starlink, la compañía de internet por satélite de Musk, se saltara la ley que le obligaba a dar una parte de su accionariado a comunidades discriminadas por el apartheid.

Tras la desinformación difundida a escala mundial por Grok y una encerrona en la Casa Blanca con Trump, el Ejecutivo sudafricano aceptó crear una excepción a la ley para las compañías de Internet por satélite.

Tras el anuncio del Departamento de Estado, xAI presentó “Grok for Government”, una iniciativa con la que busca ofrecer soluciones de inteligencia artificial avanzadas al Gobierno de EEUU. La empresa asegura que otras agencias federales, además del Departamento de Estado, podrán acceder a sus herramientas. También prevé desarrollar nuevos productos dirigidos al sector público, como modelos adaptados a las necesidades de seguridad nacional, aplicaciones orientadas a la salud y la investigación científica, y sistemas utilizables en entornos clasificados.

Trump deja fuera a Zuckerberg

Además del contrato con xAI, en el cuarteto de empresas que el Departamento de Estado ha elegido para implantar su inteligencia artificial, destaca la ausencia de Meta. La corporación de Mark Zuckerberg consiguió buenos resultados con sus modelos LlaMA en un comienzo, pero en los últimos meses se han quedado retrasados respecto a sus principales competidores.

En este sentido, Trump ha sido implacable y ha dejado a Zuckerberg fuera del contrato, pese a los repetidos guiños y acercamientos al movimiento Make America Great Again que el fundador de Facebook ha realizado desde que el republicano ganó las elecciones. Acciones como la eliminación de los verificadores de datos, permitir que se denomine “enfermos mentales” a las personas LGTBi o el fichaje de destacados trumpistas no han sido un puente para Zuckerberg, que ha visto como la fiscal general de Trump también ha seguido adelante con el juicio por monopolio que le podría obliga a vender Instagram o WhatsApp.