
El Seminario de Huesca se desmorona entre el olvido y las oportunidades perdidas
El antiguo edificio sufre un deterioro estructural imparable y la Plataforma para la Defensa del Patrimonio denuncia la falta de voluntad política, la ausencia de inversión y la desprotección de sus patios históricos
El Seminario de Huesca agoniza: el Ayuntamiento busca fórmulas para un edificio que amenaza ruina
En el corazón del casco histórico de Huesca, el antiguo Seminario Conciliar de Santa Cruz, un conjunto monumental que abarca desde la iglesia románica de Santa Cruz hasta vestigios de la zuda árabe, se desmorona bajo el peso del abandono y la inacción. Con más de 10.000 metros cuadrados construidos y 3.000 de cubiertas al borde del colapso, este edificio que data del siglo XVI sufre goteras, presenta patios invadidos por la vegetación y un deterioro estructural que amenaza su supervivencia.
Propiedad del Ayuntamiento desde el año 2000 tras su adquisición al Obispado por tres millones de euros, el Seminario permanece en un limbo de promesas incumplidas, conflictos judiciales y falta de recursos, mientras la Plataforma para la Defensa del Patrimonio de Huesca clama por una intervención urgente para salvar este emblema de la ciudad. La historia reciente del Seminario es un relato de oportunidades perdidas.
El Ayuntamiento cedió parcialmente el edificio a la Universidad de Zaragoza para proyectos ambiciosos: un vicerrectorado, una biblioteca científica, un aula magna y una residencia de estudiantes. Sin embargo, estos planes nunca se materializaron. La rehabilitación, estimada entonces en 14 millones de euros, resultó inviable y la Universidad devolvió la mayor parte del inmueble al Consistorio para conservar solo 1.500 metros cuadrados.
Desde entonces, el Seminario ha quedado en desuso y acumula más de dos décadas de abandono que han disparado el coste de una posible restauración a unos 20 millones de euros en la actualidad, según estimaciones municipales. El estado del edificio es alarmante. Las cubiertas presentan agujeros por los que se filtra agua, las ventanas sin cerrar permiten la entrada de aves y elementos corrosivos, y la vegetación descontrolada en los patios históricos –uno del siglo XVI y otro del XIX– acelera el deterioro.
En una visita realizada en 2024, la alcaldesa de Huesca, Lorena Orduna (PP), constató la “situación muy delicada” del inmueble y advirtió del riesgo de colapso. “Hay que evitar que el Seminario se venga abajo; es un inmueble de valor incalculable”, afirmó, prometiendo acciones inmediatas. Sin embargo, a día de hoy, estas promesas no se han traducido en medidas concretas, lo que ha alimentado la frustración de vecinos y colectivos patrimonialistas.
El Ayuntamiento asegura trabajar en dos frentes para abordar la crisis del Seminario. El primero, liderado por el concejal de Urbanismo, Iván Rodríguez, busca inversores externos mediante una colaboración público–privada, con la propuesta estrella de convertir el edificio en un Parador Nacional. La segunda línea se centra en intervenir urgentemente en las cubiertas, cuya degradación es la prioridad debido al riesgo estructural. Sin embargo, ambos planes avanzan a paso de tortuga.
La idea del Parador, aprobada en el pleno de junio de 2024, ha sido recibida con escepticismo. La Plataforma para la Defensa del Patrimonio de Huesca, integrada por Apudepa, la Federación de Barrios Osca XXI, Osce Biella y el Colectivo Ciudadano, la califica de “ocurrencia” y critica que haya eclipsado propuestas más viables, como ampliar el Museo de Huesca, instalar la biblioteca del Instituto de Estudios Altoaragoneses o destinar espacios a servicios sociales, incluido un centro de salud para sustituir al de Santo Grial.
Aunque la Secretaría de Estado de Turismo, a través de Turespaña, respondió que analizará la viabilidad del Parador, un año después no hay respuesta concreta, y la Plataforma asegura que ni en Turespaña ni en Paradores consta formalmente la propuesta. En cuanto a las cubiertas, el Consistorio anunció en 2024 la elaboración de un estudio técnico para evaluar el estado general del edificio, con una licitación prevista para enero de este año.
Sin embargo, el pliego de condiciones aún no se ha redactado, lo que retrasa cualquier intervención. De los 60.000 euros aprobados en junio de 2024 para desbroce, limpieza y parcheado de cubiertas, solo se ejecutaron 14.886 euros en un desbroce parcial a cargo de la empresa Hidroman, que incluyó la eliminación de hierbas, zarzas y plantas trepadoras en los patios. El resto del presupuesto, que incluía 40.000 euros para trabajos de consolidación y 20.000 euros para el estudio técnico, se perdió por falta de ejecución, según ha denunciado la Plataforma. “Parece que se busca el colapso de cualquier zona de la cubierta para señalar como ruinoso un patrimonio irrepetible”, denuncia Javier Moreno, de Osca XXI.
El Seminario ha estado enmarañado en un contencioso judicial que complicaba aún más su recuperación. En 2018, Apudepa y la Plataforma iniciaron una batalla legal para proteger los patios históricos, excluidos de la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) otorgada en 2019 a la iglesia de Santa Cruz, las fachadas de la plaza Universidad y la calle General Alsina, y el subsuelo por su valor arqueológico.
Una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) del 21 de marzo de 2024 ordenó al Ayuntamiento solicitar un informe a la Comisión Provincial de Patrimonio para declarar los patios como Monumento de Interés Local (MIL). La alcaldesa remitió el expediente, pero la Comisión no ha emitido el informe, y el Consistorio, representado por técnicos que en su día propusieron derribos, ha recurrido la sentencia, prolongando el bloqueo.
Belén Boloqui, presidenta de Apudepa, critica la “incomprensible” inacción de la Comisión Provincial y la “deliberada falta de gestión técnica” del Ayuntamiento, que, asegura, actúa como “juez y parte” al estar representado por técnicos implicados en el proyecto de derribo. La Plataforma, tras cinco reuniones técnicas con el Consistorio desde abril de 2024, considera inoperante la mesa de trabajo y valora retomar la vía judicial o nuevas movilizaciones. El pasado 29 de junio convocaron un cuarto “abrazo al Seminario” en la plaza Universidad, con la escritora Marta Borraz como ponente, para visibilizar su lucha y exigir medidas urgentes.
La Plataforma, respaldada por organizaciones como Hispania Nostra –que incluyó el Seminario en su Lista Roja en 2021–, no ceja en su empeño. Exige la declaración inmediata de los patios como MIL, la licitación urgente del estudio técnico y una dotación presupuestaria suficiente para intervenir en las cubiertas y frenar el deterioro. Juan Faci, del Colectivo Ciudadano, denuncia la “incuria” municipal y la “complicidad” de la Dirección General de Patrimonio, que “parecen buscar la ruina del edificio por abandono”.
La Plataforma también reclama que se retomen propuestas desatendidas, como la reunión con la Consejería de Cultura para valorar la ampliación del Museo de Huesca o la coordinación con la Diputación y la Universidad para concretar sus planes en el edificio. El contraste entre las promesas municipales y la realidad es evidente. En 2023, Orduna aseguró que el Seminario sería una prioridad, comprometiéndose a su conservación integral. Sin embargo, los presupuestos de 2025 no incluyen partidas específicas para el edificio, según denunció este colectivo, y las únicas acciones ejecutadas han sido el desbroce parcial y un vuelo de dron para evaluar las cubiertas, cuyos resultados están desactualizados.
“La ciudad ha perdido mucho patrimonio. No puede perder más. Es una cuestión de responsabilidad histórica”, sentencia la Plataforma. El Seminario, ubicado en lo más alto de la colina bimilenaria de Huesca, es un testimonio vivo de la historia de la ciudad. Su iglesia románica, sus patios históricos y su emplazamiento en el Conjunto Histórico–Artístico lo convierten en un activo irrepetible. Sin embargo, la falta de voluntad política, la maraña burocrática y la judicialización amenazan con reducirlo a escombros.
La Plataforma insiste en explorar fondos europeos, como los del programa Next Generation o el 2% Cultural, opciones nunca solicitadas por incluir derribos en los planes iniciales, contrarios a la legislación patrimonial. La situación actual refleja un choque entre la retórica oficial y la desidia administrativa. “El Seminario les ha venido grande a las administraciones”, lamenta el colectivo, que no descarta nuevas acciones legales para exigir la ejecución de la sentencia del TSJA o campañas de movilización ciudadana.
La ciudadanía, que ha abrazado el edificio en sucesivas concentraciones desde 2018, sigue esperando una solución que preserve este legado para usos culturales y sociales, como un faro de la identidad oscense. Mientras tanto, el tiempo no da tregua a un Seminario que, sin intervención urgente, podría convertirse en otra pérdida irreparable para Huesca.