La progresista Ana Ferrer renuncia a presidir la Sala Penal del Supremo ante la falta de acuerdo del Poder Judicial

La progresista Ana Ferrer renuncia a presidir la Sala Penal del Supremo ante la falta de acuerdo del Poder Judicial

La magistrada deja vía libre a Andrés Martínez Arrieta, candidato apoyado por los vocales conservadores, para presidir la Sala «ante la incapacidad de ese Consejo para aunar los consensos necesarios»

La división del Poder Judicial bloquea la elección de las presidencias de las dos salas más delicadas del Supremo

La magistrada progresista Ana Ferrer ha anunciado que renuncia a presidir la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, lo que deja vía libre a que el otro candidato apoyado por los conservadores, Andrés Martínez Arrieta, sea el nuevo presidente. Ferrer, que aspiraba a ser la primera mujer en presidir el departamento, apunta en una misiva a la incapacidad de los bloques del Consejo General del Poder Judicial para “aunar los consensos necesarios” a favor de ninguno de los dos aspirantes. “La confianza de la ciudadanía en sus instituciones se debilita ante la apariencia de que los vetos ideológicos prevalecen sobre los critgerios de mérito, capacidad y presencia equilibrada de hombres y mujeres”, lamenta Ferrer.

La presidencia de la Sala de lo Penal, tras el final del segundo mandato de Manuel Marchena, ha sido una de las plazas más polémicas cuya votación quedó en manos del nuevo Consejo General del Poder Judicial tras su última renovación. Los bloques conservador y progresista, con el mismo número de miembros en el pleno y con la presidencia recayendo en la progresista Isabel Perelló, han renovado varias decenas de plazas en el Supremo y en tribunales territoriales, pero no han sido capaces de acordar la renovación de la presidencia de esta Sala.

Una Sala clave que, entre otras cosas, investiga, juzga y sentencia a aforados. Solo en este momento mantiene abiertas causas contra José Luis Ábalos y Santos Cerdán por corrupción, contra el eurodiputado Alvise Pérez por financiación ilegal, o contra el fiscal general por la filtración de un correo de la pareja de Isabel Díaz Ayuso. El final del mandato de Marchena dejó dos candidatos: Ana Ferrer y Andrés Martínez Arrieta, este último presidente en funciones.

El pleno del CGPJ ha sido incapaz de llegar a un acuerdo para renovar la presidencia de esta sala. Esa votación ha sido sacada del orden del día una y otra vez por Perelló sin que los dos bloques hayan llegado a un acuerdo. La decisión de Ferrer allana el camino a que Martínez Arrieta, el candidato apoyado por los conservadores, sea el nuevo presidente. “Me aparto voluntariamente dejando el camino libre al otro candidato, de prestigio incuestionable, al que ofrezco mi más leal colaboración”, afirma Ferrer en la carta de renuncia remitida a Isabel Perelló.

Ferrer, miembro de Juezas y Jueces para la Democracia, fue la primera mujer en ser nombrada magistrada de la Sala de lo Penal en el Tribunal Supremo. Accedió al alto tribunal en 2014 después de seis años presidiendo la Audiencia Provincial de Madrid. Uno de los símbolos del progreso de la mujer dentro de la carrera judicial, su nombre no solo ha sonado en estas negociaciones para presidir la Sala de lo Penal, sino incluso en años anteriores para presidir el propio CGPJ.

El choque entre ambos bloques del Consejo se ha saldado con una nueva victoria para los conservadores, que ven cómo su candidato asciende a la presidencia de una de las salas clave del Supremo, aunque en este caso haya sido por retirada de la otra contendiente.