
Sparks, músicos: “El mundo está loco en todos los sentidos de la palabra, todo parece estar fuera de control”
Llevan más de cinco décadas haciendo música y no son una banda de grandes éxitos, pero tienen un público fiel que los sigue incondicionalmente y no hay estilo musical que no hayan tocado. Sparks es un caso único en la historia de la música pop
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Ron, el de las gafas y el bigotito, escribe las canciones. Su hermano Russell las canta, imprimiéndoles una personalidad única. Sparks le insuflaron pomposidad al rock, una pomposidad dramática que no resultaba cargante porque se reía de sí misma. Los títulos de las canciones y las fotos de las portadas de los discos los ubicaron desde el principio en un mundo aparte de los tópicos del rock & roll. En 1974 tuvieron su primer éxito con This Town Ain’t Big Enouh For The Both Of Us.
Además, aparecieron en un programa musical británico de gran audiencia: Ron iba vestido como un oficinista y lucía un bigotito que nadie sabía decir si era como el de Hitler o el de Charlot. Años más tarde, Paul y Linda McCartney le hicieron un guiño a su imagen en el vídeo de Comin’ Up. Nacieron en California y comenzaron su carrera musical allí, pero fue Inglaterra la que supo apreciar su arte. Llevan grabados 27 álbumes de estudio y no parece que tengan pensado dejar los escenarios.
En 2021, el director de cine Edgar Wright les dedicó un documental. The Sparks Brothers desvelaba varios de los motivos que hacen único a este dúo. Una de las claves de su estilo es coger una idea terriblemente solemne y hacer que te rías con ella. Lo cual no significa que los Mael no sean artistas serios. Jacques Tati quiso trabajar con los hermanos y su salud se lo impidió. Años más tarde, convirtieron a Bergman en protagonista de una ficción musical que fabulaba sobre qué habría sido su carrera de haber trabajado en Hollywood. Su influencia es como su música, no conoce límites, y afecta por igual a Duran Duran que a Beck, a las Go-Go’s o a Thurston Moore.
Entre esos admiradores también están Franz Ferdinand, con quienes grabaron un disco a medias, un álbum titulado FFS en el que se incluye un tema titulado Collaborations Don’t Work (Las colaboraciones no funcionan). Mucho antes de eso ya habían tenido momentos estelares en lo referente a llevar la contraria. En 1979, cuando aún no estaba probado que trabajar con un productor de música electrónica fuera saludable para una banda de rock, Sparks grabó un disco completo con Giorgio Moroder, un giro que en su momento no fue bien visto.
Hoy, No, 1 In Heaven está contemplado como uno de los discos fundamentales del pop electrónico. El currículo de Sparks da mucho de sí, pero quizá una de las cosas más destacables es que siguen trabajando sin mostrar señales de cansancio creativo. Ahora andan promocionando Mad!, su última obra, ayudando a conocer un poco mejor el particular mundo de quienes han sido definidos como “la mejor banda inglesa que ha dado Estados Unidos”.
El título de su nuevo álbum, Mad!, está escrito en mayúsculas y con un signo de exclamación. ¿Qué pretenden destacar?
El título podría leerse de dos maneras: loco como cuando alguien está fuera de sí por la ira, o loco como alguien que ha perdido la razón. El mundo está loco en todos los sentidos de la palabra. Todo parece estar completamente fuera de control, así que nos pareció un título apropiado, tanto para el álbum como para los tiempos que corren. El signo de exclamación está ahí para dejar claro todo eso.
¿Abordan cada nuevo álbum como si fuera el primero?
Abordamos cada nuevo álbum pensando que este podría ser el primer álbum de Sparks que pueda llegarle a la persona que lo va a escuchar. Tiene que ser una obra independiente del resto, sin referencias a ninguna de nuestras creaciones anteriores.
¿Estarían de acuerdo si digo que la música de Sparks es un índice de corrientes musicales que se ha convertido en un estilo dentro de los estilos?
Sí, estamos de acuerdo.
¿Qué efecto ha tenido en su trayectoria más reciente el documental que les dedicó Edgar Wright en 2021, The Sparks Brothers?
Edgar hizo un excelente trabajo al contar la historia de la banda, y, además, ha descubierto a Sparks a un público completamente nuevo que, antes del documental, no conocía nuestra música. Nos motiva mucho ese aspecto, saber que hay gente de la audiencia que nos ve por primera vez. Apreciamos mucho esa realidad, ser conscientes de que, además de los fans que nos acompañan desde los primeros álbumes, estamos atrayendo a nuevos seguidores más jóvenes.
¿Tiene Ron alguna influencia literaria, algún escritor que sea constante en sus letras?
Ernest Hemingway dijo: “Toda la literatura estadounidense moderna proviene de un libro de Mark Twain llamado Huckleberry Finn… Toda la literatura estadounidense proviene de ahí. No había nada antes. No ha habido nada tan bueno desde entonces”. ¡Estamos de acuerdo con Hemingway!
Los músicos Sparks
Han grabado todo tipo de álbumes y han participado en diferentes proyectos, desde una película musical hasta un álbum dedicado a Ingmar Bergman, pasando por un disco donde ser versionaban a ustedes mismos en compañía de músicos invitados. ¿Qué les queda por hacer?
Hay algunos países donde aún no hemos tocado y en los cuales nos gustaría actuar. Y aún no hemos presentado un musical.
Uno de los elementos que caracteriza su estilo es el humor. ¿Es importante el humor para sobrevivir en este mundo?
Por supuesto. Si no, todos nos volveríamos locos.
Los enfoques de las letras de Ron suelen ser sorprendentes. ¿Cuál ha sido el momento más divertido que recuerdan al ponerse a trabajar en una de esas canciones con títulos tan ocurrentes?
No sé si “divertido” sería la palabra adecuada, pero… creemos que podría resultar muy interesante escuchar las interpretaciones que hace la gente de sus letras.
Fueron el primer dúo en hacer música con sintetizadores. ¿Fue arriesgado en aquel momento presentarse en escena siendo solo dos personas y tocando instrumentos electrónicos?
En aquel momento, año 1979, sí fue arriesgado. Y a los críticos no les entusiasmó tanto el álbum que sacamos aquel año, No, 1 In Heaven. Pero era lo que teníamos que hacer y, como ha demostrado la historia, hicimos lo correcto.
Hidrogenesse, otro dúo de sintetizadores de Barcelona, declaró en una entrevista: “Las personas que se agrupan en parejas tienen más posibilidades de sobrevivir que las que están solas o forman grupos más grandes”. ¿Están de acuerdo?
Con dos personas se puede tener una discusión. Con un grupo más grande se necesita una reunión de la junta directiva.
Son una banda estadounidense que no suena necesariamente americana. Pero son de Los Ángeles, así que esas raíces deben estar en alguna parte de sus cromosomas musicales.
Crecimos yendo a un montón de conciertos de bandas en Los Ángeles; nuestra madre incluso nos llevó a ver a los Beatles. Nos entusiasmaba mucho la música de Gran Bretaña que escuchábamos, bandas que tocaban y tenían una pinta estupenda. Eso nos inspiró mucho más que las bandas de Laurel Canyon.
Estáis a punto de empezar a trabajar en una nueva película musical, X-Crucior, dirigida por John Woo. ¿Qué pueden contarnos sobre ella?
La narración es pura música, no hay diálogos. Tiene toda la idiosincrasia propia de la sensibilidad de Sparks, pero es completamente diferente a nuestra película musical anterior, Annette (2021, dirigida por Leos Carax). Tenemos a un excelente equipo trabajando en el proyecto, así que esperamos que la producción comience pronto.
Después de todos estos años, Sparks, la banda y la música en sí, han creado un mundo propio. ¿Creen que esa es la razón por la que los fans les adoran?
Lo único que ha sido una constante es nuestro deseo de hacer cosas que nos emocionen y nos satisfagan creativamente. Somos ambiciosos musicalmente y disfrutamos de lo que hacemos. Los fans parecen conectar con eso.
Por último ¿cómo se reconoce a un verdadero fan de Sparks?
Simplemente lo sabes…