Donkey Kong se abre paso a puñetazos como la nueva estrella de Nintendo

Donkey Kong se abre paso a puñetazos como la nueva estrella de Nintendo

El que fuera el rival tontorrón de Mario vive una época dorada gracias a una estrategia ‘crossmedia’ que incluye el lanzamiento del videojuego ‘Donkey Kong Bananza’

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Después de meses de rumores sobre la esperadísima Nintendo Switch 2, el aparato fue presentado oficialmente en abril mediante un directo en el que la gran sorpresa fue el anuncio de Donkey Kong Bananza. Este es el primer videojuego protagonizado por el icónico simio en mucho tiempo y también el primero en plataformas 3D en más de 26 años. Su llegada parece indicar que la compañía nipona se está esforzando por rescatar a un personaje al que, de hecho, deben su éxito internacional.

Quien comenzó como una némesis simplona del fontanero Mario se ha convertido en una pieza clave de la nueva estrategia empresarial, que pasa por impulsar el crossmedia a la vez que siguen innovando en el terreno jugable. Con los rumores de que tiene una película propia en camino y el estreno de su última aventura en solitario —que es, además, el segundo título exclusivo de la recién estrenada consola, toda una declaración de intenciones— vuelve a ponerse el foco en un protagonista que ha sabido impulsar el progreso en un medio en el que todavía tiene mucho que decir.

En la presentación española de Donkey Kong Bananza, Nintendo ha hecho énfasis en las conexiones que establece esta obra con el cine, en concreto con el de animación. Pero la relación del simio con el séptimo arte se remonta a su propio nacimiento. A finales de los 70, Nintendo se encontraba en un momento delicado en el mercado norteamericano. Para conquistarlo, acudieron a Popeye, el personaje de las tiras cómicas de Elzie Crisler Segar. De hecho, la ambientación en un edificio en obras nace del cortometraje Popeye el Marino: Olivia sonámbula. La dificultad de volver reconocible al marinero en ese primigenio pixel art y ciertos problemas con la licencia llevaron al joven Shigeru Miyamoto —quien crearía, entre otros, al Mario que hoy conocemos y la saga The Legend of Zelda— a apostar por personajes propios.

Popeye, Brutus y Olivia daban paso a Jumpman, el proto-Mario, Donkey Kong, la mascota enfurecida del protagonista, y la secuestrada Pauline. Con esta premisa tan sencilla, que bebía del King Kong de 1933 y de La Bella y la Bestia, Miyamoto creaba una mínima narrativa que en aquel momento resultó novedosa. Pese a que muchas veces se ha rumoreado que el nombre del simio provenía de un error de traducción entre donkey (burro) y monkey (mono), con él quería encapsular la esencia algo tontorrona y cabezota del personaje, a la vez que apelar a la audiencia estadounidense. Fruto de esta estrategia nacen el videojuego arcade Donkey Kong y dos personajes que cambiarían el medio.


Donkey Kong en una imagen promocional de Donkey Kong Bananza

Su innovación como uno de los primeros títulos de plataformas y el hecho de introducir una narrativa, por rudimentaria que fuera, hicieron que triunfara rápidamente. Tras su estreno en 1981, Nintendo pudo asentarse por fin en Estados Unidos, aunque también se las tuvo que ver con la denuncia de Universal City Studios, quien consideraba que el videojuego infringía los derechos de autor de su franquicia King Kong. Finalmente, perdieron el juicio, pero con la distancia que otorga el tiempo resulta interesante observar cómo esas barreras de influencias han quedado difusas, sobre todo ahora que Bananza tiene la vista puesta más que nunca en el cine y que los monos han dejado de ser solo una amenaza.

Del villano bobalicón al héroe más mono

Tras debutar por la puerta grande, Donkey Kong tuvo presencia en series de televisión como Saturday Supercade y un par de continuaciones: en la primera, su hijo intentaba rescatarlo de las garras de Mario, en su única aparición como villano, y en la segunda irrumpía en el invernadero de Stanley, un supuesto primo del fontanero, que le fumigaba para evitar que acabase con sus flores. El funcionamiento desigual de estas secuelas hicieron que el simio quedara en el olvido hasta la década de los 90.

El estreno en 1994 del innovador Donkey Kong Country para la NES renovó al personaje al mismo tiempo que expandía su universo. El videojuego, además de por sus mecánicas, recibió grandes críticas por su gran diseño, tanto por el cuidado aspecto visual como por la banda sonora, dos elementos que Bananza ha querido tener también muy en cuenta. Curiosamente, en este título se explica que a quien ahora conocemos como Donkey no es el protagonista del arcade original, sino que ese era su abuelo, ahora llamado Cranky Kong. Tal fue el éxito de este revival, que los personajes hasta protagonizaron una nueva serie de animación, la primera mediante captura de movimiento, El país de Donkey Kong.

En los siguientes años, se publicó la trilogía Donkey Kong Land para Game Boy y varios spin offs, algunos con propuestas tan sorprendentes como el videojuego de ritmo Donkey Kong Jungle Beat, que venía acompañado de unos reconocibles mandos en forma de bongos. También en 2004 se inició la saga Mario vs. Donkey Kong, en la que el simio vuelve a quedar como un secundario simplón a quien su obsesión por los juguetes Mini-Mario lleva a enfrentarse con el italiano. De esa manera, da la sensación de haber estado dando bandazos respecto a su personalidad y papel, pues no es hasta los últimos años que definitivamente ha pasado de villano ramplón a protagonista carismático.

Adiós a los secuestros, hola a los puñetazos

Con todo esto en mente llega Donkey Kong Bananza, un videojuego realizado por el mismo equipo del laureado Super Mario Odyssey, que presenta un rediseño del personaje con el que buscaban transmitir todo su “encanto” y, de algún modo, alejarse del tono más gamberro que lucía en los 90 para volverlo adorable, muy en la línea de lo que funciona en la actualidad, como también le ha sucedido al alienígena Stitch. En el evento de presentación celebrado en Madrid, los responsables de Nintendo han destacado que la producción del título es muy cercana a las de las películas de animación, por lo que parece evidente que quieran tender puentes cada vez más firmes entre ambos mundos. Es por eso que, aunque Donkey Kong es capaz de abrirse camino a través de puñetazos en el nuevo videojuego, lo emparejan con una adorable cantante para que la dupla resulte más atractiva para todos los públicos.


Donkey Kong en la pelicula de Super Mario Bros

El origen de su aliada en esta aventura es curioso, pues forma parte de la tríada original del arcade, ya que ella era la joven secuestrada por el simio, Pauline. En sus primeras apariciones su aspecto y rol son más similares a los de la Peach inicial, pero, al igual que la princesa del Reino Champiñón, su papel ha pasado de ser una secundaria a una mujer con personalidad propia. Ha aparecido en varios títulos, particularmente de Mario vs Donkey Kong, en los que pasa de ser amiga a secuestrada por Donkey Kong sin mucha continuidad. No es hasta Super Mario Odyssey que le dan una personalidad, ya que es presentada como alcaldesa de la ciudad Nueva Donk y como cantante de jazz, en lo que quizá sea un guiño a los libros de colorear de los 80, en los que ella ya aparecía asociada al mundo de la música.

Ahora es una joven de 13 años y su voz juega un papel fundamental, pues es la que desencadena las transformaciones del protagonista, que les permitirán avanzar por los diferentes escenarios. Con esta decisión se alejan de la vinculación con el secuestro y apuestan por un cliché que ha ganado popularidad en los últimos años: el del varón que se ablanda tras tener que hacerse cargo de una niña. Este estereotipo, presente en videojuegos como The Last of Us o Death Stranding ha tenido también su eco en series como The Mandalorian o películas como Monstruos S.A. o ¡Rompe Ralph!, dos claros referentes con los que quiere asociarse Nintendo. El último caso es especialmente curioso por cómo la inspiración de los protagonistas viene inicialmente de los videojuegos de la compañía nipona, de manera que las producciones se retroalimentan y los roles se vuelven cada vez más rígidos.

Más allá de esto, lo probado durante la presentación permite ver un videojuego divertido, repleto de escenarios coloridos y una banda sonora con entidad propia, cuidada y enérgica, que mezcla las composiciones originales con nuevas piezas de Kenta Kubo. La mecánica de avanzar a base de golpes es realmente gustosa, por lo que la aventura promete ser entretenida, y tanto una buena puerta de entrada para nuevos fans del personaje de todas las edades como una reafirmación de la presencia que cobra Donkey Kong cuando se le permite brillar, con toda su brutalidad y comedia intactas, pero abrazando también la ternura y el trabajo en equipo.

Mirar al pasado para encarar el futuro

En realidad, Donkey Kong no ha estado completamente olvidado en los últimos años, ya que ha tenido un papel notable en otros títulos del universo, como Super Smash Bros. o Mario Kart. También aparece en la adaptación animada de Universal Pictures e Illumination Entertainment, donde le pone voz Seth Rogen en versión original y su papel fue bastante celebrado. Tampoco hay que pasar por alto que menos de un año después de la película, el parque de atracciones Universal Studios Japan abría la primera expansión del área de Super Nintendo World, que se centraba exclusivamente en el mundo de Donkey Kong.

La estrategia de Nintendo de ir dando protagonismo a cada uno de sus personajes clave está muy pensada y nace de manera transversal, pues va mucho más allá de las consolas. Ya no dejan que sus IP deriven en productos secundarios sobre los que no tienen el control. Que el rediseño ideado para Donkey Kong Bananza es el que se ha tomado como modelo en Super Mario Bros: La película y Mario Kart World demuestra que tienen todo calculado. Ahora que acaban de anunciar los actores protagonistas del live action de The Legend of Zelda, parece claro que han sabido aprovechar las posibilidades crossmedia del cine mainstream y que quieren convertirse en un gigante absoluto del audiovisual. Solo queda ver si seguirá mirando a sus orígenes para proyectar hacia el futuro y en qué nuevo medio son las próximas aventuras del mono con corbata más querido.