
Y, mientras, Rajoy accionaba la motosierra
Se impone traducir a hechos y cifras lo que supusieron para la sociedad los descomunales recortes del Gobierno de Rajoy, mientras su ministro de Hacienda ayudaba a una serie de empresas a evadir miles de millones de euros en impuestos, forrándose él y sus socios con esa actividad
Se cifró en 1.000 millones de euros, cuando saltó la noticia, lo que la trama de Montoro ahorró a las empresas gasísticas que la contrataban exactamente para eso. Pero en apenas una semana ya vamos por los 4,7 millones solo con lo que le pagaron este tipo de empresas, y conforme avanza la difusión del sumario la cifra se amplía con otros clientes. Se han añadido 4.200 millones más por los favores a las renovables, influyendo en la legislación que proponía el gobierno de Rajoy. Y seguimos conociendo pagos suculentos hasta de una empresa de la Comunidad de Madrid (Madrid Network), creada por Esperanza Aguirre, dirigida por un alto cargo de Montoro y en la que trabajaron Ayuso y Abascal, la crème de la crème. Se vislumbra un agujero inmenso en todo caso a las arcas del Estado, mientras ese mismo gobierno perpetraba el mayor recorte de servicios públicos de la democracia (por así llamarla).
Rajoy lo hizo muy en su estilo de “a la chita callando”, con refrán y todo. Ya saben que los usa para afianzar su papel de despistado campechano. Por lo que vemos, el Gobierno del impoluto M.Rajoy se organizaba por parcelas en distintos ministerios. Interior con sus cloacas policiales para degradar con mentiras a sus adversarios políticos y lavar en lo que se pudiera la corrupción del partido; varios ministerios trabajando en el proyecto común –no olvidemos Justicia y hasta Educación y Cultura–; el definitivo –vemos ahora– era la Hacienda Pública de Cristóbal Montoro.
La investigación apunta a que la banda de Montoro obtuvo “presuntamente” comisiones cercanas a los 50 millones de euros a cambio de marcar líneas en el Gobierno para legislar a favor de sus clientes. La corrupción es como el elefante en la cristalería: para llevarse 50 millones, aun siendo mucho dinero, se destrozan para la sociedad en su conjunto miles de millones que se detraen de su uso para todos.
Se impone traducir a hechos y cifras lo que supusieron para la sociedad los descomunales recortes del Gobierno de Rajoy, mientras, presuntamente, su ministro de Hacienda ayudaba a una serie de empresas a evadir miles de millones de euros en impuestos, forrándose él y sus socios con esa actividad. De momento, parecen confirmados –solo sumando las partidas– unos nueve millones de euros, pero al ritmo que avanza esto cualquiera sabe adónde llegará.
Rajoy entró en el Gobierno de España con la motosierra desde el primer momento, con una que no hacía excesivo ruido mediático. El mínimo para los tremendos tajos que dio a servicios tan esenciales como sanidad y educación, y todos los demás con algunas precisas excepciones. Solo en 2012 practicó un recorte de 117.353 millones de euros en los presupuestos generales. Casi un 17% en distintos ministerios, aunque preveía “ajustes fiscales”, precisamente, para aumentar ingresos, se dijo. El primer gran tajo se lo llevan educación y sanidad, sobre todo sanidad: se les detrajeron más de 10.000 millones de euros, porque hubo dos mandatos al efecto.
Aumentaron el número de alumnos por aula, se redujeron profesores y apoyos a los estudiantes, se restringieron ordenadores, becas y ayudas a libros o comedor. El mayor palo se lo llevó (un 68%) el presupuesto de educación compensatoria para los alumnos más rezagados. Las enseñanzas universitarias perdieron un 62,5 % de su asignación (más de 1.200 millones de euros) y se triplicaron los costes de matriculación. Calculen lo que podría haberse salvado con el dinero que “ahorró” Montoro –presuntamente– solo a las gasísticas.
El brutal recorte en sanidad pública supuso el cierre de algunos servicios de urgencias, de plantas de hospital y quirófanos, y –con la inestimable ayuda de las comunidades autónomas gobernadas por el PP– se avanzó en las privatizaciones de nuestra sanidad pública; nuestra, recalco. Lo más llamativo popularmente fue el copago farmacéutico y la salida del sistema público de un abultado número de medicamentos: 400, que el usuario debía pagar desde entonces en su totalidad. Casualmente, solo con eso se ahorraba el Gobierno 450 millones. Habría que oír las risotadas –presuntamente– de Montoro. La ministra Ana Mato, la que se encontró un jaguar gürtelano en su garaje, aconsejaba infusiones para algunas dolencias a falta de antiácidos, por ejemplo, si no se podían pagar. Antidiarreicos también sacó con el medicamentazo. Háganse idea.
Sí se mantuvo el gasto para Seguridad e Instituciones Penitenciarias y aumentaron los fondos reservados del CNI en dos millones de euros. El gasto en antidisturbios y material de protección pasó de 173.670 euros en 2012 a una previsión de 3,26 millones en 2013.
Imagino que ya se estarán haciendo una idea e irán recordando aquellos días memorables de 2012 y 13 y 14, etc. El árbol de la ciencia sufrió una auténtica poda con los gobiernos de Rajoy. La función 46 que financia la investigación, desarrollo e innovación en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) perdió en 2012 un 26,38% y otro 6,23% en 2013, nunca volvió a las cifras anteriores con Rajoy. Algunos científicos, concretamente Javier López Facal, del CSIC, escribía, en uno de los libros que coordiné, sobre estas y otras cifras: “Unos datos tan escandalosos deberían haber producido una cierta alarma social o incluso unas ruidosas protestas de carácter multitudinario”. Pero ya saben que de estas cosas se informa poco y menos en los medios de la derecha. Por cierto, lo de Montoro ya decae algo informativamente, claro está. Ya, en menos de una semana.
Espectacular fue la amnistía fiscal de Montoro aprobada por el Gobierno de Rajoy en 2012, por Decreto Ley, en marzo, prácticamente recién llegados al Gobierno. El pleno del Tribunal Constitucional la anuló por unanimidad en 2017, al considerar que legitimaba el fraude y después de haber cosechado múltiples reveses jurídicos. Pero no prácticos. Porque el tribunal avaló las declaraciones a las que se acogieron 31.000 contribuyentes para regularizar el dinero evadido. Todavía no sabemos quiénes estaban “dentro” y si esto se hizo gratis o cómo. elDiario.es publicó los 60 nombres que trascendieron. Un 0,19%. Una interesante lista, sin embargo: todos eran del PP o vinculados al partido.
Recordarán que Rajoy y Montoro subieron espectacularmente el IVA: del 18% al 21% en su tramo más alto, y del 8% al 10% en su tramo medio; el reducido quedó igual, en el 4%. El IVA español a la cultura se convirtió en el mayor de la Zona Euro. La subida al 21% del IVA a los libros electrónicos fue una de esas torpezas que no atiende a la promoción del conocimiento. Y, mientras, recordemos cómo el ministro Montoro se desparramaba ayudando a evadir impuestos a lo grande a sus clientes, siempre según el sumario del juez Ruz, de Tarragona, tras siete años de investigación.
Añadamos la Reforma Laboral que precarizó drásticamente el trabajo, la reducción de las prestaciones por desempleo, la supresión de las subvenciones especiales de promoción a mujeres autónomas o el reglamento de pensiones y paro de los autónomos.
El ministro de Educación, Cultura y Deportes, José Ignacio Wert, planteó que no había que estudiar lo que apeteciera sino lo que fuera necesario para el mercado del trabajo. En Educación introdujo textos cercanos al creacionismo, incluso llegó a incluir en el BOE de 24 de febrero de 2015 una frase de este calibre: “El alumno reconoce con asombro y se esfuerza por comprender el origen divino del cosmos”.
Gallardón en Justicia se mercó un nuevo Código Penal, del que se dijo que “va más allá de lo que Franco se atrevió a implantar”. Y, ¿saben quién lo calificó así? El Consejo General del Poder Judicial, antes de que, también Rajoy, le metiera mano en su mecanismo de elección. Su sucesor, Rafael Catalá, se hizo una nueva vida tras dejar de ser ministro, explotando el juego en la empresa Codere, que también figura en el sumario de Cristobal Montoro.
Por no ser más exhaustiva les recordaré que aquel Gobierno llegó a dejar en 0,00 euros la asignación a las bibliotecas públicas mientras las grandes empresas se ahorraban semejante pastizal en los impuestos gracias, presuntamente, a su ministro Montoro. Solo o en compañía de otros.
Capítulo importante: las pensiones. El Gobierno de Rajoy también modificó el sistema para su revalorización sacándolas de su adscripción al IPC de forma que no subieran más del 0,25 anual, lo que supuso su congelación de facto. Tras los incrementos anuales, la pensión media en España se ha incrementado con los gobiernos de Sánchez una media del 33% y conviene recordarlo porque las pensiones gustan poco a la derecha y como gobiernen con Vox las dejarán en nada. Tampoco les gustan los incrementos en el salario mínimo que con este gobierno han subido un 61% en siete años.
A pesar de tan ingentes recortes, la deuda española pasó del 70% en 2011, al 86% en 2012 y al 93,7% en 2013 sobre todo por el rescate a los bancos –ese que no nos iba a costar ni un euro y que se fue a fondo perdido por arte de magia– y la disminución de la actividad económica y el consumo.
Los recortes habituales de la derecha se incrementaron drásticamente con el Gobierno de Rajoy, solo que esta vez, y a través presuntamente de su ministro Montoro, fue robando impuestos a manos llenas para sus empresas clientes, porque la autoría será todo lo presunta que quieran pero desde luego que esos impuestos se detrajeron del dinero de todos es un hecho.
Fue sobrecogedor que, tras el fuerte revulsivo que supuso para la sociedad española (y hasta en otros países por imitación) el 15M con el lema “no somos mercancía en manos de políticos y banqueros”, el PP de Rajoy, de Montoro, de Fernández Díaz, de Gallardón… fuera ganador en las elecciones generales, municipales, autonómicas y europeas. Y ya ven los resultados. Y encima aspiran a repetir.