
Libros electrónicos para leer en la playa: cómo elegirlos y cuidarlos para que no se estropeen
Son la solución perfecta para no cargar con el peso de los libros impresos en vacaciones y evitar que estos se estropeen: así puedes escoger el tuyo y cuidarlo para que te dure muchos veranos
Leer en papel o en pantalla, ¿de qué manera afecta a tu vista?
¿Lees libros solo (o sobre todo) en verano? No estás solo. Las estadísticas confirman lo que intuimos al recorrer las playas. Según datos del Barómetro de Hábitos de Lectura 2024 proporcionados por CEDRO, el 30.9% de los lectores españoles confiesa leer más durante las vacaciones estivales de verano.
Este fenómeno tiene una explicación fácil de entender. Los días sin obligaciones laborales dejan libres huecos en nuestro tiempo diario en los que podemos perdernos en las páginas de un libro. La Federación de Gremios de Editores añade otro dato: junio y julio registran un repunte en ventas de libros, impulsadas por ferias literarias y la anticipación del verano.
Antes, los libros eran la única forma de entretenimiento que tenía sentido llevarse a la playa o la piscina. Hoy en día, los móviles hacen mella el números de lectores de libros, pero hay esperanza. Los jóvenes entre 14 y 24 años son los lectores más asiduos, según datos del Ministerio de Cultura. Eso sí, no es necesario que sea en papel.
El libro electrónico, el compañero para las vacaciones
Si tienes tres semanas de vacaciones, puede que consigas leer unos cuantos libros. Libros que, impresos en papel, ocuparían un espacio excesivo en tu maleta, sin contar con el peso, algo que resulta mucho peor si viajas con una mochila a cuestas. Además, cuando los termines de leer, tendrás que cargar con ellos el resto del viaje. Si eres un lector voraz, también puedes quedarte sin lectura a mitad de las vacaciones.
Los lectores de libros electrónicos de tinta electrónica son los claros ganadores. Estos dispositivos pesan menos de 200 gramos, y tienen capacidad para cientos o miles de libros. Además, los lectores más populares, como Kindle de Amazon o Kobo, disponen de una librería virtual en la que puedes adquirir y descargar nuevos libros en cualquier momento, e incluso servicios de suscripción con libros casi ilimitados.
Algunos modelos de lectores de libros electrónicos disponen de una conexión móvil a Internet, lo que, además de la posibilidad de descargar nuevos títulos, ofrece otras ventajas como diccionarios incorporados para leer libros en otros idiomas y sincronización con aplicaciones para tomar notas.
Pero la mayor ventaja de los lectores de libros electrónicos está en su pantalla. Esta pantalla no emite luz, la refleja, al igual que el papel. La pantalla contiene unas microcápsulas con partículas negras y blancas suspendidas en gel, que suben a la superficie cuando se aplica corriente, y así forman las letras. Aunque los modelos modernos incorporan una luz trasera para poder leer en la oscuridad, este tipo de pantallas no sufren del deslumbramiento que afecta a las pantallas LED de los móviles y tablets, y permiten leer incluso al sol del mediodía.
La gran innovación de los últimos años son los modelos con pantalla de tinta electrónica en color, como el Kindle Colorsoft o el PocketBook Color. Aunque son más caros, su pantalla permite mostrar textos e imágenes a todo color. Estos colores no son tan brillantes como los que producen las pantallas de los móviles, pero proporcionan una experiencia similar al papel mate, y son perfectos para leer cómics.
La otra ventaja es que el consumo es muy pequeño, ya que solo se consume energía por la luz trasera, y cada vez que se pasa una página. Esto hace que una carga de la batería dure semanas.
Cómo proteger tu libro electrónico
Aunque un libro impreso en papel es resistente, ya sabemos que el agua es su peor enemigo. Por el contrario, los libros electrónicos son resistentes a la humedad y las salpicaduras, especialmente los nuevos modelos, y también sobreviven fácilmente a chorros de protector solar y el rebozado ocasional en la arena.
El libro electrónico es resistente, pero no invulnerable. Si el agua puede con el papel, la arena puede ser el mayor problema para este dispositivo. Los granos de arena pueden rayar la pantalla o colarse en los puertos de carga. La solución es tener cuidado y nunca apoyar el dispositivo directamente sobre la arena o la tumbona.
Otra medida recomendable es usar una funda con tapa. La tapa protege la pantalla cuando el libro electrónico no está en uso, y en la mayoría de los modelos también lo apaga automáticamente al cerrarla para que no consuma batería. Las fundas envolventes, además, tienen una carcasa dura que protege la parte trasera.
El otro enemigo de los lectores de libros electrónicos es el calor extremo. Dejar el lector bajo el sol en una tumbona puede elevar su temperatura interna a niveles en los que los componentes electrónicos dejan de funcionar y, además, se reduce la vida útil de la batería de litio que contiene. Debemos recordar que el lector no debería estar expuesto directamente al sol más de 30 minutos y que conviene resguardarlo en la sombra o dentro de la bolsa de playa cuando no lo usemos.
¿Y si por cualquier motivo tenemos que llevarlo cerca del agua del mar, por ejemplo, en una excursión en barco? El salitre es altamente corrosivo, y si lo combinamos con la grasa de los protectores solares, la capa resultante puede atacar el plástico del lector. En estos casos hay un truco casero infalible: una bolsa de congelación con cierre zip, que incluso nos permitirá seguir leyendo.
También existen fundas impermeables que sustituyen con ventaja a la bolsa de congelación. Están fabricadas en plástico transparente más grueso y resistente, y tienen un cierre estanco que permite incluso sumergirlas completamente en el agua. Además, son compatibles con pantallas táctiles, por lo que también podremos poner dentro el teléfono móvil y seguir utilizándolo.
Un lector de libros electrónicos es una inversión, pero con opciones como la de descargar libros gratuitos la puedes amortizar muy rápido.