A prisión los tres detenidos por matar a golpes a un hombre en Tenerife, entre ellos un miembro de Desokupa

A prisión los tres detenidos por matar a golpes a un hombre en Tenerife, entre ellos un miembro de Desokupa

Además del luchador profesional y miembro de Desokupa Moisés Baute y el portero de discoteca Jonathan Martín, la jueza también ha enviado a la cárcel al presidente de la Unión Deportiva Añaza, Aarón Vargas, supuesto autor intelectual

Un luchador profesional miembro de Desokupa mata a golpes a un hombre en Tenerife y lleva su cadáver a la comisaría

La jueza de Instrucción 2 de Santa Cruz de Tenerife, Eva Esther Juárez, ha decidido este sábado enviar a prisión a tres hombres por el asesinato de Alberto González Padrón, de 35 años, presumiblemente a causa de una paliza propinada a principios de semana en un inmueble de Güímar, en Tenerife. Los tres hombres, todos ellos españoles, son el luchador profesional Moisés Baute, representante de Desokupa en Tenerife; Jonathan Martín, portero de discoteca, y Aarón Vargas, presidente de la Unión Deportiva Añaza, detenido este viernes como presunto autor intelectual del asesinato. Los dos primeros, presuntos autores materiales, trasladaron el cadáver de su víctima en un coche hasta una comisaría en Santa Cruz de Tenerife, donde supuestamente se entregaron reconociendo el crímen.

Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Canarias este sábado, la jueza, que ha decretado el secreto de las actuaciones, ha decretado prisión preventiva, comunicada sin fianza de los tres detenidos, a los que investiga por los delitos de homicidio/asesinato (según resulte de la instrucción), lesiones agravadas, detención ilegal y contra la integridad moral. Los detenidos se acogieron a su derecho a no declarar ante la Policía y ante la jueza.

Dos de los detenidos, Vargas y Baute, son viejos conocidos de la Policía, bien por delitos violentos o relacionados con el tráfico de drogas. Ambos son de Añaza y compañeros de algunas andanzas.

La Policía ha intentado estos días de reconstruir los hechos, que se produjeron en unas edificaciones de la localidad de Güímar. El hecho de que los dos primeros detenidos recogieran el cadáver y lo trasladaran a la Comisaría de la Policía Nacional en la capital tinerfeña, perjudica la reconstrucción de los hechos por haber sido alterado el escenario del crimen por los dos principales sospechosos.

El primer atestado policial recoge el extraordinario momento en el que Moisés y Jonathan se presentan en comisaría declarándose responsables de la muerte de un hombre cuyo cadáver han acarreado hasta allí sentado en el asiento trasero de un coche. En ese atestado no se pudo acreditar con precisión cuánto tiempo pasó entre la muerte del hombre que viajaba en ese coche y el momento en ser presentado ante los agentes como víctima.

Aunque la causa ha sido declarada secreta por la jueza, ya se sabe que en este suceso hay una segunda víctima que sufrió algunos golpes por parte de los dos primeros detenidos, Moisés Baute y Jonathan Martín, lo que contribuye a la tesis de que la muerte de Alberto González Padrón puede estar relacionada con una pelea en la que intervinieron varias personas y en la que a algunos de los intervinientes pusieron más violencia que otros. Esa segunda víctima está ingresada en un centro hospitalario recuperándose de los efectos de la pelea.

Para este sábado estaba previsto que los tres detenidos declararan ante la jueza de instrucción, después de haberse negado a hacerlo ante los funcionarios policiales que investigan los hechos.

Además de sus actividades públicas como luchador profesional de kick boxing, Moisés Baute, Moi el Orejas, como se le conoce en algunos ambientes, aparece al frente de una empresa que, bajo la denominación de Desokupa Las Palmas y Desokupa Tenerife, se dedica a esa lucrativa actividad de desalojar personas expeditivamente de propiedades cuyos dueños requieren sus servicios profesionales.

Las autoridades policiales saben que se encuentran ante un matón profesional que ya ha sido condenado en varias ocasiones por amenazar violentamente a víctimas por encargo de determinados clientes que, junto a él, se han sentado en el banquillo para responder por estas prácticas.